Cuando en 2009 el Villaverde Boetticher, pequeño equipo de fútbol de este barrio obrero del sur de Madrid, consiguió una plaza para ascender a tercera división, se encontró con que la realidad era más tozuda que sus ilusiones: no podían hacer efectivo el ascenso sin un campo de hierba en el que jugar la siguiente temporada. El sueño se frustró. El Villaverde C.F. se veía lastrado para siempre por este techo de cristal, ya que el coste de cambiarlo era inasumible para esta humilde entidad.
Pero esta es una historia feliz y con final abierto, uno de esos casos en los que la magia aún sucede y la ilusión por lograr algo encuentra la manera de moldear la realidad. El fabricante de Smartphones HTC, con una presencia mediática importante en el mundo del fútbol (es el Smartphone Oficial de la UEFA Champions League y de la UEFA Europa League), pensó que el Villaverde Boetticher era vehículo perfecto para transmitir su idea de que “Hoy Todo Cambia”, de que siempre estamos a tiempo para transformar nuestro destino.
Y lo hizo a lo grande. El pasado 17 de diciembre un autobús de primer nivel pasó a recoger al primer equipo del Villaverde Boetticher, de categoría Regional Preferente de aficionados, con destino a jugar un nuevo partido de liga y, de paso, a la gloria. Cuando los jugadores llegaron al campo se encontraron con la sorpresa: el primitivo campo de tierra se había convertido en un mullido césped artificial y, para hacerlo aún más emocionante, la copa de la Champions League, la auténtica, se encontraba en el campo traída expresamente desde Zurich, como testigo y símbolo de que la gloria puede alcanzarse de muchas maneras.
Ahora el Villaverde Boetticher no tiene freno: el nuevo campo recupera el viejo prestigio (fue uno de los primeros campos de la capital, lo llamaban el “Bernabeu del sur de Madrid”) y el equipo, también con equipación y página web nuevas gracias a HTC, cuenta con el apoyo necesario para intentar cumplir el sueño de ascender a tercera división. Y este no es un asunto menor para un equipo cuya importancia en la vida del barrio trasciende lo meramente deportivo. El Villaverde Boetticher desempeña una gran labor social en este distrito, trabajando y dando oportunidades e ilusiones a más de 200 chavales del barrio que a menudo han crecido en entornos conflictivos. La vida del Villaverde Boetticher, por tanto, ya ha empezado a cambiar.