Existe un Escarabajo que desde hace 66 años puede alcanzar velocidades impropias de ‘su especie’. “Sobre todo, cuesta abajo”, ironiza Caita Montserrat, directora de marketing de Volkswagen. El Beetle del siglo XXI corre aún más, “tanto cuesta arriba como cuesta abajo”.
(Advertorial)
Se ha renovado o mejor dicho se ha reinterpretado porque ha querido conservar su diseño original. Aquel que Ferdinand Porsche diseñase en 1938 y que, según Montserrat, “es similar a las líneas que traza un niño cuando trata de dibujar un coche”.
También trata de conservar su esencia. La del vehículo que comenzó a producirse en las postrimerías de la II Guerra Mundial y que muy pronto conseguiría convertirse en un auténtico ‘Volks Wagen’, esto es, el automóvil del pueblo, un vehículo básico y económicamente accesible.
En definitiva, el lanzamiento del Beetle del siglo XXI es, en realidad, el relanzamiento de un coche más deportivo, más ‘másculino’, más innovador y con muchas más prestaciones (“el mejor Beetle de la historia”, lo llama la directora de marketing de la marca) pero que, al final y al cabo, sigue siendo un Escarabajo.
Porque por muchas décadas que hayan pasado ¿qué marca podría prescindir de un vehículo que debe su apodo al The New York Times y que se ha convirtió en un símbolo del flowerpower hippie, en un objeto de arte de la mano de Andy Warhol, que ha protagonizado películas de Disney o que apareció en la portada de Abbey Road de sus medio tocayos The Beatles?
Hasta el 29 de diciembre, la exposición De 0 a 200 en 66 años, en la Plaza de Callao de Madrid, muestra la historia del Beetle mediante un recorrido por los hitos más relevantes de las últimas seis décadas en las que el vehículo de Volkswagen ha estado presente.
