El arte del cortejo sexual animal

Este es un bonobo que charla tranquilamente en la jungla con otro bonobo. ยซMira que son extraรฑos los humanosยป, le dice a su compi. La conversaciรณn llega hasta ahรญ โ€“muy breveโ€“ porque en menos que canta un pergolero satinado se ponen a fornicar para aliviar tensiones. Tras 10 segundos de intensa interiorizaciรณn, camaraderรญa y romance, continรบan la conversaciรณn. ยซQuรฉ, venรญas calentito hoyยป. ยซEs que cuando te veo me pongo malรญsimoโ€ฆ pero con amor, eh, siempre con amorยป. ยซTranqui, compadre, me debes un plรกtanoยป. Y continรบan la charla sobre sus primos lejanos. ยซEstos humanos se han olvidado de lo que es vivirยป. ยซCreo que tienen una enfermedad llamada estrรฉs, no entiendo cรณmo compartiendo tatatatarabuelo se han vuelto tan estrechosยป. ยซVete tรบ a saberยป.

Si hablasen nuestro idioma, esta serรญa la mรกs que probable conversaciรณn entre dos bonobos. Conversaciรณn que tendrรญa lugar por otra parte entre polvo y polvo porque estos simios son los mรกs promiscuos del planeta. Los bonobos viven en apacibles comunas de bonobos donde calรณ hondo el lema jipi de hacer el amor y no la guerra.

Si dos bonobos quieren un plรกtano, en vez de pegarse, el que apoquina el trasero se lo lleva. Es algo asรญ como una moneda de cambio. Pero no solo utilizan el sexo para resolver conflictos o por puro placer, tambiรฉn con propรณsitos reproductivos. No se vaya usted a pensar que son unos irresponsables. Allรญ no hay un macho alfa que acapare toda la juerga. Todos y todas son individuos sexuales activos y activas que participan en relaciones tanto heterosexuales como homosexuales. Los machos tambiรฉn juegan al doble platanito y las hembras no dudan en arrimar el mejillรณn. De hecho son muy creativos y practican felaciones y todo tipo de guarrerรญas de esas. Incluso los individuos mรกs jรณvenes participan del copuleo evitando asรญ la imperante necesidad de desahogarse con vรญdeos porno cuando alcanzan la adolescencia.

Aunque nosotros seamos animales sexuales muy activos, la promiscuidad no es nuestra caracterรญstica mรกs afรญn con ellos -ya le gustarรญa a usted fornicar como un bonobo-, es el ADN. Estos simios comparten con nosotros el 98,7 % de nuestro genoma, al igual que los chimpancรฉs, un tanto mรกs agresivos y posesivos, todo hay que decirlo. De hecho los gorilas difieren genรฉticamente de las tres especies en un 1,75 %. Es decir, un bonobo es mรกs calcado a un ser humano que a un gorila. Si es que son clavaditos a nosotros. Quรฉ monos.

Si usted es de esos lectores que se ha escandalizado con el video no pasa nada. Ni bueno ni malo. Paz, hermano. Existen otras especies de animales con las que usted puede que se identifique mรกs, que no van tan a saco Paco, o en otras palabras, que no tienen tan naturalizado el arte de fornicar. Estos currantes deben realizar un trabajoso cortejo para convencer a la hembra de que son el espรฉcimen apuesto y adecuado que andan buscando. Las aves son de las mรกs curiosas en este deporte. Son asรญ como el del ramo de rosas y los bombones; el de la tercera cita sin beso; el de los regalitos. Y aunque esta รบltima frase desprenda algo de cachondeo, ni mucho menos es mi intenciรณn desprestigiar la perseverancia y fe de estos individuos. Asรญ lo constata el refrรกn que me voy a inventar: Lo que cuesta un horror, sabe mejorโ€ฆ y ademรกs dura.

Una de las aves mรกs seductoras del panorama selvรกtico es el pergolero satinado, mencionado fugazmente con anterioridad. Este bendito, que se merece un monumento, es capaz de comprarle un chalet de colores a su hembra para mojar el churro. Estรก caro el sexo, seรฑores, sรญ, estรก caro. Para tener รฉxito hay que perseverar y agasajar, perseverar y agasajar. De hecho, tiene tanto arte este pรกjaro que los chicos del festival Blanc Fest de diseรฑo grรกfico se han inspirado en su ritual de cortejo para seducirnos. Sรญ, sรญ, mira como engaรฑa el pรกjaro ese a la tรญa pajarraca con cuatro cosillas.

El pergolero es un currante pero los hay que tiran de pelazo y ya estรก. Este serรญa el caso de las aves del paraรญso, unas especies de Nueva Guinea cuyos machos, de exuberantes plumajes, seducen a las hembras a base de postureo. Algunos como el Parotia de Lawesi van mรกs allรก y se marcan unos bailes de campeonato. Iโ€™m a bird, Iโ€™m a bird, Iโ€™m a bird. Yeah.

Otros que tal bailan son los avestruces, aunque estos ejecutan coreografรญas mรกs majestuosas o ebrias.


Los camellos australianos tambiรฉn bailan ebrios pero sin lo de majestuoso, como un sujeto de discoteca tras 6 Jรคgers. Ademรกs mandibulean y babean de lo lindo. Aquรญ hay trampa.

Para los cangrejos violinistas el tamaรฑo sรญ importa. Y quien dice violรญn diceโ€ฆ

Los calamares opalescentes, en cambio, se lo montan en grupo en algรบn lugar profundo del Pacรญfico. El macho cuenta con un brazo especializado llamado Hectocotylus (no disponible en sex shops todavรญa) que atraviesa el manto de la fรฉmina y esparce el esperma.

En fin, para gustos los colores aunque yo creo que me voy a ir una temporada a la comuna de los bonobos.

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#142 Primavera / spring in the city

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Patrick Thomas

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