Cuando comienza el año todos tenemos buenos propósitos, pero en mi caso voy a ir más allá. Con estas diez acciones confío en entrar en el sistema y en recuperar la ilusión, aunque no va a ser fácil. No sé cómo he podido llegar hasta estos extremos, pero lo importante es haberlo detectado a tiempo. Es hora de volver al redil o, al menos, intentarlo.
1) Me sacaré el carnet de conducir. Ya está bien de presumir de no ser un chófer y de que todos mis amigos y conocidos tengan carnet y coche, pero yo no. El seguro, las gasolineras, el taller, los radares, las multas y los parquímetros entrarán a formar parte de mi vida.
2) Voy a empezar a ver la televisión. Como no tengo, deberé conectar al Mac un aparatito de esos que subvierten el ordenador y le hacen dar un paso atrás evolutivo. Pero quiero llegar a casa y tirarme en el sofá y hacer zapping.
3) Voy a empezar a fumar. Ahora casi no tengo vida social, por lo que así saldré a la puerta de los restaurantes y entablaré fugaces pero prometedoras relaciones con desconocidos también entregados a las delicias del humo.
4) Me voy a aficionar al fútbol. Me tragaré todo lo que he dicho y escrito al respecto, y abrazaré sin reservas la que parece ser la única fuente de felicidad de muchas personas que veo cada día. Memorizaré la alineación de dos o tres equipos de primera, y trataré de involucrarme emocionalmente con uno de ellos. Defenderé sus colores.
5) Voy a jugar a la ONCE, y de vez en cuando a la Lotería Nacional. Sentiré cómo palpitan en mi cartera los boletos adquiridos, como vísceras prometedoras de un futuro mejor.
6) Voy a ahorrar para largarme unos días a Punta Cana a uno de esos resorts con pulserita “todo incluido”, para ponerme ciego a cinco mil kilómetros de casa y regresar después con redoblada furia y unos kilos de más.
7) Voy a ir a IKEA y a empezar algo nuevo en ese cuarto que no utilizo en casa más que como trastero. Pasaré una deliciosa tarde de sábado eligiendo muebles impronunciables y comiendo albóndigas de reno.
8) Elegiré una ONG con un logotipo chulo, y que acepte cuotas razonables, y me haré socio. No soy un activista, pero tengo buen corazón, y si todos ponemos un granito de arena, el mundo puede ser un lugar mejor.
9) Me sé de memoria la letra de La abeja Maya, las ideas de Vickie el Vikingo me parecieron siempre estupendas y me emocioné cuando Marco encontró a su madre, así que voy a contratar un plan de pensiones, uno modesto, pero por algo se empieza.
10) Y por último, pero no por ello menos importante, voy a buscar un empleo, a ser posible remunerado, o si no, tendré difícil cumplir los nueve puntos anteriores.
Deséenme suerte.