Los cambios en las finanzas no están bien vistos. Implican riesgos y se asume que, en ese proceso de traslación, hay un porcentaje, por pequeño que sea, que no está sujeto a control. Por eso, en la economía lo que vende es lo inmutable. El diseñador Travis Purrington quiso experimentar con el cambio. Lo difícil será que estos se lleven a cabo.
A pesar de la estrechez de algunos terrenos de juego, como el del diseño de moneda y billetes, lo cierto es que existen también diferentes opciones de abordar la misión.
No ocurre solo en Estados Unidos. El Norges Bank noruego, la entidad responsable de la moneda del país escandinavo, convocó un concurso para replantear el aspecto de sus coronas. La propuesta más rupturista fue la del estudio Snøhetta Design. El diseño de Snøhetta pixela la parte trasera de los billetes y muestra una serie de fotografías en blanco y negro en la parte delantera de cada billete.
El banco central noruego se decantó por una opción más tradicional, la del estudio Metric System. Los nuevos billetes verán la luz en 2017.
El conservadurismo formal afecta también al dólar estadounidense. No es fácil cambiarle el disfraz a uno de los pilares del capitalismo mundial. A pesar de todo, como cuenta The Verge, el diseñador Travis Purrington pensó que su país merecía barajar nuevas posibilidades por mucho que nunca se convirtieran en realidad.
Circuitos electrónicos, astronautas, altos edificios de vidrio y acero o placas solares son algunos de sus motivos. Purrington ha olvidado a los insignes personajes que construyeron la historia del país y ha mirado a iconos actuales que simbolizan el progreso tecnológico y que homenajean, como escribe en los propios billetes, a los trabajadores de Estados Unidos.
El diseñador ha apartado el foco de quienes echaron a andar al país norteamericano hace más de dos siglos y lo ha puesto sobre quienes hacen que la locomotora siga avanzando.
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