Puede que nunca te hayas parado a pensarlo pero estás asistiendo a un fenómeno extraordinario. Tú estás así, como si nada, pero “no había ocurrido algo parecido desde hace 700 millones de años”. Este hecho insólito es, según Eduard Punset, la evolución de organismos unicelulares a multicelulares.
Eso último es lo que eres tú. “Los homínidos somos comunidades de células andantes capaces de relacionarnos con otros seres. Es algo grandioso. Ahora sí somos distintos al resto de los animales. Por primera vez en 700 millones de años podemos intentar que las personas gestionen mejor sus reacciones emocionales”.
Pero esta diferencia no ha estado tan clara en la ciencia hasta hace muy poco. Nadie se había fijado en la importancia de las emociones en el comportamiento humano. “Cuando yo era niño solo se tenían en cuenta las facultades racionales. Como si las personas solo se movieran por la razón”, indicó el divulgador científico en El Ser Creativo.
Todo lo contrario. Las emociones han revelado tener un mayor peso en la conducta de las personas y, además, ocupan mucho más espacio en el cerebro que el área donde se producen los procesos racionales. “La vida es de una intensidad emocional brutal. Los managers no nacen sabiendo cómo gestionar sus emociones y hoy sabemos que son decisivas en su comportamiento”, indicó Eduard Punset.
“Hicimos un experimento y vimos que la mayor dificultad de un individuo es lidiar con su vecino. Para tratar con él necesita cierta autoestima y seguridad”, explicó. “La autoestima nace del amor. Hay que derrochar cariño y afecto con los bebés para que tengan seguridad. Esto se ve claramente el primer día de clase de un niño. Los que han tenido amor se relacionan con el resto de la clase porque quieren profundizar en esas relaciones con otros niños. Los que no han tenido afecto muestran cierta sospecha hacia el resto del mundo porque piensan que les pueden hacer daño”.
Eduard Punset desmontó otra de las teorías que se daban por válidas en su juventud. En aquella época la razón también era la opción acertada frente a una intuición que se asumía como caprichosa. “Debemos tener confianza en nuestra propia intuición. Ahora confío en mi intuición pero, cuando era pequeño, mis profesores y mi familia me enseñaron que solo me podía fiar de mi pensamiento racional”.
Sin embargo, “hemos descubierto que el pensamiento racional ocupa muy poco espacio en el cerebro. Hay un mundo inexplorado que se nos había prohibido: el emocional. No os fiéis tanto del pensamiento racional y escuchad al intuitivo”, aconsejó el director de Redes.
La razón, definitivamente, no está en su mejor momento de popularidad. Las investigaciones le han arrebatado su protagonismo. “Una de los aspectos más importantes que hemos descubierto recientemente es la necesidad de conciliar entretenimiento y conocimiento. Estas son las nuevas competencias, aunque el sistema educativo aún no las haya incorporado y siga enseñando las mismas competencias que hace 100 años”.
La plasticidad cerebral es otra de las grandes novedades descubiertas en la especie humana y una de las fronteras con el resto de animales. “Estamos programados para ser únicos. La producción de neuronas hace que nos mantengamos vivos durante más tiempo y que el cerebro continúe en forma”, dijo el divulgador científico. “Yo siempre le digo a mis amigos: haced sudokus y no paréis. Porque si dejáis de utilizar la inteligencia, dejaréis de producir neuronas”.