En el mundo del cine la palabra remake está a la orden del día y, según algunos, es un cáncer para la industria. Pero en el del videojuego hay otra que significa algo similar a lo contrario y que resulta difícil imaginarse en otro ambiente creativo aparte de la música de 8 bits: el demake. Coger un videojuego actual y llevarlo a los estándares, gráficos y rutinas jugables de los 80, cuando la NES y la Master System eran las consolas caseras más punteras del mercado.
Precisamente a la NES es a donde ha llevado Jasper Byrne el clásico Silent Hill II. El juego original, un survival horror que cuenta la historia de como James Sunderland viaja al terrorífico pueblo de Silent Hill tras recibir una carta escrita por su difunta esposa Mary diciendo que lo espera en su “lugar especial”, salió al mercado en 2001 para la consola PlayStation 2. Realizado para un concurso de demakes organizado por el foro de creadores de videojuegos TIGSource, Byrne quedó primero en la competición.
Con el nombre de Soundless Mountain II, Byrne desmasterizó los primeros 15 minutos hasta convertir la aventura poligonal en un juego ultrapixelado y de colores planos. “Una de las cosas más complicadas”, explica, “fue lograr representar los ángulos de cámara tan dramáticos del juego original y adaptar el escenario continúo de Silent Hill II a habitaciones [pantallas] separadas”. Aunque pueda sonar sencillo, Byrne dedicó unas 15 horas a jugar a esos primeros 15 minutos para tomar notas y “captar la esencia”.
Otro participante en la competición fue Dan Fornace, que en su caso escogió llevar el Super Smash Bros de Nintendo 64 a la portátil Game Boy. Este juego, una lucha encarnizadamente divertida entre personajes de Nintendo como Mario, Link (Zelda), Pikachu o Donkey Kong vio la luz en 1999. “Hay toneladas de ventajas en crear un juego de estilo Game Boy”, explica Fornace. Al ser los dibujos en la pantalla mucho más pequeños “no se tarda tanto en animarlos” y “los controles son muy simples”. Esto también fue una desventaja al tratar de recrear la experiencia de juego “solamente con [el botón] A para saltar y el B para atacar”.
Aunque pueda parecer un proceso novedoso, lo cierto es que algo similar al demake se aplicó en el mundo del videojuego durante los años de los salones de arcade y las consolas. Se llamaban conversiones y consistían en amoldar un juego de maquinita como el Out Run o el Street Fighter a sistemas increíblemente inferiores como un Amiga o un ZX Spectrum. “Quizá un demake es un cosa ligeramente diferente con un giro posmoderno”, reflexiona Byrne, que creció como videojugador en los 80. Ahora acaba de sacar al mercado Lone Survivor, un juego que el mismo reconoce como “seguidor espiritual de Soundless Mountain II” y que le ha llevado tres años de trabajo.
Fornace, por su parte, ve en los demakes una capacidad de “ofrecer una cierta sensación de nostalgia”. “Los mejores, algunos creados por los fans como Halo 2600 y Gang Garrison II, nos enseñan que el modo de juego clásico sigue siendo relevante y nos llevan a los días en los que no nos preocupábamos por la puntuación y los rankings, si no por jugar para divertirnos”.
Lista de Demakes:
– Silent Hill II / Soundless Mountain II
– Super Smash Bros / Super Smash Land
– Left 4 Dead / PixelForce Left 4 Dead
– Team Fortress 2 / Gang Garrison II