Hace mucho que quedó anticuada la idea de arte como la más alta manifestación de belleza estética o de cuna de la elite intelectual. El Lowbrow Art, algo así como el arte del mal gusto, lleva desde los años 70 colaborando a ello. Su sentido del humor es grotesco, para algunos inapropiado, pero sus referencias son conocidas por todos: California, el punk y la iconografía del cartoon, entre tantos otros.
Otra de las etiquetas con las que se define es la de surrealismo pop. Aún así, sigue siendo ignorado, o cuanto menos rechazado, por el academicismo oficial. Su sólida red de apoyo la componen publicaciones especializadas y galerías que en realidad están impulsadas por la propia audacia de los visionarios que crearon esta disciplina. Al menos van encontrando su sitio. Por ejemplo, las ilustraciones de Shag o de Robert Crumb han sido relacionadas con este movimiento. A continuación mostramos algunos de los referentes del arte que nunca gustará a tu madre.
Robert Williams. Un nombre común para un tipo único. Es la máxima referencia del movimiento. Su intención siempre ha sido la de hacer algo popular, sencillo pero a la vez algo bizarro. Sus pinturas son ante todo grotescas. El hecho de ser zurdo tiene algo que ver, según su propia opinión. Por si queda alguna duda, su libro «The Lowbrow Art of Robert Williams», editado en 1979, le confirma como uno de los padres del invento -y de su nombre-.
La luz de Jesús. Uno de los tempos de esta corriente. Está galería de Los Angeles lleva 25 años mostrando mal gusto en Hollywood. Justo cuando otros apostaban por el videoarte o lo abstracto, él se fijaba en lo físico y duradero, como el tatoo art. Billy Shire es el creador de este espacio. Desde allí ha descubierto a gente como Los Feliz o Shag. Por algo le llaman «La Peggy Guggenheim del lowbrow»…
Camille Rose Garcia. Hermanar dos universos como la decadencia de William Borroughs con la estética Disney hacen de esta artista californiana de origen mexicano una de las nuevas valedoras del género. Además ha conseguido ser reconocida por el resto del gremio, como participante del Art Basel de Miami.
Juxtapoz Magazine. Es el brazo mediático del Lowbrow. De hecho, se autodenomina sin ningún reparo la «biblia del underground». Salió al mercado por primera vez en 1994 y es el reponsable del impulso de popularidad que el lowbrow ha obtenido en los últimos años. Su fundador, Robert Williams, ha logrado además que sea una de las publicaciones especializadas en arte más leídas e influyentes en Estados Unidos.
Mark Ryden. Para muchos es el Lennon -o el McCartney- del movimiento. El término surrealismo pop define a la perfección su esencia creativa. A menudo juega con la iconografía del cuento infantil original, la del relato voulntariamente macabro de los hermanos Grimm. En su caso, sus obras si se cotizan en el mercado. Clientes como Michael Jackson o Robert de Niro han disparado el precio de sus obras.
Glenn Barr. La caricatura, el cómic y la novela gráfica son los campos que mejor domina. Un crítico llegó a definirlo como «la traslación al dibujo de una de las películas de David Lynch». Pero Barr, nacido en Detroit a finales de los 50, es también hijo de la televisión y en ella ha trabajado. Algunas de las series de animación de Nickelodeon llevan su huella. También ha ilustrado el videoclip «I Miss You» de Bjork, por poner algunos ejemplos pop de su impronta como artista.
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Créditos:
1.- markryden.com
2.- robtwilliamsstudio.com
3.- Art work ©2011 (Glenn Barr) Photo credit: www.laluzdejesus.com All rights reserved.
4.- camillerosegarcia.com
5.- juxtapoz.com
6.- markryden.com
7.- glbarr.com