El rito consumista

3 de noviembre de 2011
3 de noviembre de 2011
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Cuando los diseñadores Mireia Serrano y Bernat Solsona se enteraron de la convocatoria de un concurso de diseño del centro comercial Glóries, tenían dos opciones. Presentar una propuesta para ‘imaginar el centro comercial del futuro’ o apuntarse al apartado de ‘Dream’, que buscaba ideas más abstractas y conceptuales. No solo optaron por lo segundo. Fueron un paso más alla con un proyecto que ironiza (¿o no?) sobre la obsesión con el materialismo. Bienvenidos a El Rito Consumista.

«La persona que busca la gratificación para sentir plenitud debe escuchar sus deseos y necesidades más profundas. Solo la culminación de sus expectativas le llenará de satisfacción, mejorando su experiencia vital, llevándola hasta los límites de la euforia. La compra le otorgará éxito, abundancia y felicidad a través de la energía del intercambio. Aún así, posteriormente, la persona podrá sentir una sensación de vacío o insatisfacción que solo la ilusión por una nueva adquisición podrá llenar», reza la presentación del proyecto.

¿Te recuerda a algo?

Según Mireia Serrano, el rito consumista no es nada y lo es todo. Es un estado de ánimo que nos llena de satisfacción pero también de vacío. «Surge del paralelismo que encontramos entre la religión y el consumismo. El consumismo transmite valores en torno al ritual. Elevamos la experiencia a nivel espiritual».

Para cumplir con la plenitud materialista hace falta seguir los 8 pasos marcados por El Rito Consumista.

1) El dinero es flujo

«El dinero es la forma de expresión del movimiento continuo del hombre. Vivimos para adquirirlo a través de nuestro tiempo y esfuerzo personal, y a él le debemos utilizarlo. Eres cuanto objeto hayas podido anhelar o toda persona que hayas pretendido ser. El deseo del ser humano genera este impulso canalizado a través del consumo. Este movimiento incesante por el cual vive y recibe el hombre lo identificamos como energía».

2) Todo a tu alcance

«Somos lo que queremos. Obtenemos todo aquello que deseamos. Nuestras expectativas vitales pueden ser colmadas. La humanidad en general tiende a expresar equívocamente la escasez de aquello que más necesita; cuando, en realidad, tenemos todo a nuestro alcance. Solo tenemos que ser conscientes de la ventura que poseemos. Alcanzar el éxito, la belleza, la abundancia y, al fin, la felicidad, es posible (…). La fiel devoción y fe por el consumo nos otorgará lo que da sentido a nuestras vidas. Pero, solo si creemos firmemente en aquello que deseamos y queremos obtener. Todo está a nuestro alcance, ahora es el momento de disfrutarlo».

3) Adquiere belleza, juventud y éxito

 

4) El templo

«Somos seres sociales, necesitamos el contacto, la reunión, el ágora. En la época actual es difícil encontrar espacios para la comunión. El templo es un lugar de congregación y afirmación del ser. Visitamos frecuentemente estos espacios para encontrarnos con nosotros mismos, nuestra imagen ideal. Disfrutamos del placer del consumo en un entorno ideal. El templo debe contar con ciertos elementos que hagan de este espacio un emplazamiento sagrado. Elementos como el agua, la luz y la naturaleza son fundamentales para invitar al visitante a sentir paz y armonía, haciendo de su experiencia un momento místico».

5) La rueda del consumo

La persona que busca la gratificación para sentir plenitud debe escuchar sus deseos y necesidades más profundas. Solo la culminación de sus expectativas le llenará de satisfacción, mejorando su experiencia vital, llevándola hasta los límites de la euforia. La compra le otorgará éxito, abundancia y felicidad a través de la energía del intercambio. Aun así, posteriormente la persona podrá sentir una sensación de vacío o insatisfacción. Solo la ilusión por una nueva adquisición podrá llenarla de nuevo».

6) Devoción por el deseo

«El ritual del consumo mueve nuestros sentidos hacia el éxtasis más profundo, a través de una liturgia que contempla todas las percepciones. Mirar es una afirmación de deseo, tocar aquello que queremos adquirir es sentir su belleza. Nos aproximamos al objeto cautivos, con toda nuestra alma. En realidad, existe una conexión espiritual con los productos que adquirimos; se crea un vínculo entre el ser y su forma. Es por eso que nos apegamos a ellos, y es por eso que deseamos tenerlos; porque son una proyección de nuestro interior. De manera que si forman parte de nosotros, tenemos que obtenerlos».

7) Culminación del propósito

«El momento más preciado en el rito consumista es la culminación del propósito. Cuando se cumple el deseo, el alma se llena de gozo; como cuando el hombre tiene sed y se satisface. Entonces toda la perfección y belleza se materializa en nuestro ser. Alcanzamos la imagen que deseamos mostrar. Tal como si un rayo de luz nos atravesara y nos hiciera brillar. La adquisición es sagrada, y así la trataremos; la envolveremos con tacto en una suave tela digna de tal prodigio. Todo confluye para que se realice esta ilusión. Disfrutad de este momento, porque es el único en que alcanzamos la perfección».

 

8) Días de plenitud llenarán ese vacío

¿Es una crítica o una celebración del consumismo?

El mensaje es deliberadamente ambiguo, según Serrano. «Hemos abierto un universo para la reflexión. Lo dejamos libre para la interpretación».

Para el jurado del concurso de diseño no lo fue tanto. El Rito Consumista se llevó el primer premio.

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