Desde la prehistoria, el hombre ha representado la naturaleza de muchas maneras. Los animales, en concreto, han sido una importante fuente de inspiración en el arte, desde la pintura rupestre en las paredes de las cavernas a las inscripciones mortuorias o los bodegones más clásicos. Para Diana Beltrán Herrera, la naturaleza es también el origen de su obra. Un firmamento de colores y formas tridimensionales que representan especies trascendentes de los lugares que ha visitado.
Diana es de Bogotá, Colombia. Estudió diseño industrial en su ciudad natal e hizo un curso de cerámica escultórica en Helsinki. Desde hace algo más de dos años, está dedicada por completo al desarrollo de su proyecto personal.
«Estudio los paisajes y las nociones de movimiento de los seres que habitan esos paisajes», comenta la artista de 26 años. Su trabajo es un homenaje a la madre tierra ya que siente que estamos en deuda con todo lo que esta nos ofrece. Con sus delicadas esculturas pretende mostrar la vulnerabilidad del mundo animal.
Los papeles y las cartulinas son su principal soporte de trabajo. «Esto fue una linda coincidencia debido a la falta de dinero. Simplemente me lo encontré en mi casa, allí siempre habia una cartulina en algún lugar y empecé a experimentar con este material hasta que descubrí que era el que se adaptaba a mis necesidades: es fácil de manejar y muy moldeable y si se daña no pasa nada, siemplemente con una nueva cartulina se vuelve a empezar. Además, el papel me permite mostrar nociones de fragilidad y temporalidad, estrechamente relacionadas a estos maravillosos seres», explica.
Beltrán cuenta que, a partir de fotografías suyas o de amigos, estudia las aves, crea un esqueleto de papel y va añadiendo pedacitos, como si de plumas se tratase, hasta que construye un pájaro que cobra vida y refleja un momento de la historia. La artista también utiliza acuarelas para conseguir los colores deseados, y en algunas ocasiones, cuenta con la ayuda de amigos o asistentes en el proceso de recortar papeles.
Cuando su trabajo tiene fines comerciales, quiere ayudar a mostrar ese respeto que siente tiene por la naturaleza, «algo que todos deberíamos tener», añade. Diana ha mostrado su obra en exposiciones en Europa y América, y muy pronto se mudará a Inglaterra para hacer una maestría en Arte. Desde allí, seguirá defendiendo la naturaleza con sus esculturas de papel.
Esculturas que parecen echar a volar
