El arte ya no se hace solo en silencio. En Estudio Inverso, los artistas comparten pinceles, dudas y cafés, y el eco de un trazo se mezcla con la idea del de al lado. Desde este otoño, el estudio suena por partida doble. A Malasaña se le une ahora Carabanchel. Dos barrios, dos latidos y un mismo pulso colectivo.
La nueva sede, Inverso Carabanchel, ocupa 350 metros cuadrados y se encuentra en pleno epicentro del barrio más fértil y más habitado por talleres de artistas de Madrid. Su apertura se celebra con Latido Inverso, una exposición que reúne a los 14 artistas que integran ambos espacios. No hay tema común ni comisariado. Solo el deseo de mostrar el ritmo propio de un grupo que prefiere el verbo compartir al verbo competir.
«Cuando llegué a Madrid fue complicado penetrar en el mundo del arte —recuerda Marcelo Mendonça, cofundador del proyecto junto a Chema Perona—. Los grupos ya estaban formados, los ciclos entre artistas suelen nacer en la universidad o en las escuelas. Las cosas cambiaron cuando empecé a compartir estudio con otros. Ahí nació la idea de crear algo más. Un lugar que fuera taller, pero también laboratorio, plataforma y refugio».
De esa intuición nació Inverso Malasaña en 2022, y desde entonces el proyecto ha crecido con la naturalidad de lo que tiene sentido. Dos años y medio después, un grupo de inversores de arte de Londres, The Flame Foundation, se interesó por el modelo y propuso replicarlo en Carabanchel. «Era un deseo nuestro ampliar el proyecto y tener un espacio más grande, con más posibilidades para la creación artística —dice Mendonça—, y Carabanchel ofrece amplitud y un circuito muy activo, con un público que viene incluso de fuera del país durante las ferias de arte».
Su socio, Chema Perona, lo resume de otro modo. «Malasaña fue el inicio, la chispa. Allí aprendimos a funcionar como un grupo de artistas que trabaja desde dentro, no desde la galería. Pero Carabanchel nos permite expandirnos, abrir el taller, respirar más hondo». Porque Inverso no es una galería, aunque exponga. No es una escuela, aunque se aprenda. Y no es un coworking, aunque se comparta. Es un espacio de colaboración al que no se va solo a producir obras. «Aquí intercambiamos información, compartimos proveedores, invitamos a comisarios, generamos proyectos colectivos. Buscamos que el estudio esté siempre vivo», añade Mendonça.
Perona deja claro que no son una galería ni quieren parecerlo. «Somos artistas y queremos trabajar con las galerías, no competir con ellas. No representamos a artistas, somos los propios artistas». En su visión, el estudio es un espacio de creación y a la vez un escaparate vivo de su trabajo, un lugar donde las fronteras entre producir, mostrar y conectar con el mercado se diluyen, pero sin perder nunca el pulso artístico que lo origina todo.
En Inverso, esa creación se multiplica en muchas direcciones: pintura, collage, instalación, performance, fotografía, arquitectura… «Somos de muchos países: España, Italia, Francia, Chile, Brasil, México…— cuenta Mendonça—. Lo que buscamos no es una estética común, sino una actitud, la del artista con ganas de crear, compartir e implicarse en un espacio colectivo». Cuando alguien nuevo llega al estudio, lo primero que recibe son las llaves. «Y libertad total. Cada uno sigue su proceso. Lo importante es el diálogo que se genera».
Para los creadores de Inverso, esta práctica colectiva ha redefinido la figura del artista contemporáneo. «Existe esa idea romántica del artista encerrado en su taller, pero hoy la práctica artística implica gestionar, comunicar y vincularse. Todo eso es más enriquecedor cuando se hace en colectivo», subraya Chema Perona. Por eso, para ellos, Inverso no es tanto un lugar físico como una forma de trabajar, una red que crece con cada conversación, con cada proyecto compartido, con cada exposición que sale de sus muros.
Con Carabanchel, Estudio Inverso no solo amplía su espacio físico, sino que confirma que el arte contemporáneo crece y se fortalece cuando se trabaja en colectivo, compartiendo procesos, ideas y conexiones más allá de la obra individual.