Cuando la guerra acabó, muchos de los que habían luchado o mostrado su apoyo al bando perdedor tuvieron que salir de España y seguir con sus vidas en otros países. Algunos consiguieron regresar muchos años después. Otros no pudieron hacerlo o no quisieron.
El exilio español tras la Guerra Civil guarda nombres muy conocidos, pero junto a ellos también marcharon otros muchos personajes, no tan conocidos unos y anónimos los más. A todos ellos quiere rendirles un homenaje la exposición Exiliados ilustrados, que ha llegado ahora a Valladolid después de su paso por Valencia.
Se trata de una exposición colectiva en la que 36 ilustradores que desarrollan su trabajo en el campo de la prensa o el cómic rinden homenaje al exilio. Nombres como Paco Roca, Paula Bonet, Calpurnio, Paco Giménez, Mik Varo o Cristina Durán, entre otros, retratan algunos personajes relevantes de la historia de España que tuvieron que salir del país como Max Aub, Dolores Ibárruri, Rafael Alberti, Luis Buñuel o Clara Campoamor.
«Nos centramos en ilustradores valencianos por ser la ciudad donde nació la exposición», aclara Mac Diego, comisario de la muestra. «Además, están representados casi todos los estilos gráficos que podemos encontrar en el mercado: línea clara, realismo, simplicidad, naif, caricaturesco, etc. El que los estilos sean completamente diferentes es enriquecedor para la exposición, y creo que otro de sus atractivos».
Que sean 36 no es casualidad. La referencia a la fecha del inicio de la Guerra Civil española es clara, aunque, según explica el comisario, es un detalle que se perderá a medida que la exposición recorra otras ciudades. En la edición de Valladolid, por ejemplo, el número ha aumentado a 40 ya que se han añadido cuatro personajes más relacionados con la ciudad pucelana (Pío del Río Hortega, Rosa Chacel, Jorge Guillén y Aurelio García Lesmes), retratados por los artistas vallisoletanos Cinta Arribas, Raúl Allén, Óscar del Amo y Jorge Peligro, respectivamente.
«Los personajes fueron escogidos por la importancia que tuvieron tanto en la vida política como cultural del momento y la lucha que les tocó vivir. Muchos son fácilmente reconocibles para la gran mayoría, pero otros no tanto. Como tampoco es conocido el trabajo que desempeñaron, así que también sirve para darlos a conocer», asegura Mac Diego.
A cada ilustrador se le asignó un personaje al azar, salvo en el caso de Mique Beltrán, que por su vinculación con el mundo del cine pidió retratar a Luis Buñuel. Como condición, además de las proporciones, se les pidió dibujarlos de cuerpo entero y que el color predominante de fondo fuera alguno de la bandera republicana.
Para Paco Roca ha retratado a Amado Granell, militar republicano que se exilió a Francia y formó parte de La Nueve, la primera compañía aliada formada prácticamente por españoles que entró en París tras la ocupación nazi. Para Roca no era un personaje desconocido. «Amado Granell no era ni anarquista ni comunista, puede que ni socialista», aclara el ilustrador.
«Hasta donde sabemos sus ideas eran más bien de centro y era monárquico. Esto es interesante porque muestra la variedad ideológica que había entre los que lucharon por defender la República. El franquismo, en un juego de semántica, agrupó a todos los demócratas bajo el nombre de “rojos”. Y esta palabra aglutinaba todos los males posibles: comunistas, bolcheviques, peligrosos, masones…».
En opinión de Roca, esa idea ha prevalecido hasta ahora. Sin embargo, Granell, como muchos otros demócratas, nunca dejó de luchar contra lo que para ellos era el peor enemigo: el fascismo. «Lo hicieron en España y continuaron su lucha en Europa. Gente como aquella merece un recuerdo en nuestro país y en nuestra democracia».
No es la primera vez que el ilustrador valenciano habla sobre el exilio español. Ya lo abordó en su novela gráfica Los surcos del azar. «Me parece un periodo dramático; toda esa gente que se vio forzada a abandonar su país, su hogar y sus familias, en muchos casos para siempre», comenta Roca.
«Reemprendieron una nueva vida en otro lugar echando de menos sus raíces y acabando no siendo ni del país de huida ni del que los acogió, o mirado de otra forma, siendo de los dos. Con los exiliados republicanos, además, se da el caso curioso de que se consideran los herederos directos de los ideales republicanos españoles ya que no son el resultado de vivir una larga dictadura y de una posterior monarquía».
Plasmar en una única figura toda la historia y el peso de un personaje como Granell supuso un gran reto para el ilustrador. «Claro, es muy difícil y no dejas de ilustrar un tópico o una foto fija de un personaje, pero a veces, esa iconicidad del dibujo consigue tener mucha fuerza emotiva», afirma. «En el caso de mi dibujo de Granell, muestro su determinación en recuperar su país. Todos los combates y los muertos que dejaron en su lucha en África y en Europa cada vez lo acercaban más a España. Su objetivo era liberar España del franquismo y poder regresar a sus casas con sus familias. Pero ya sabemos que eso nunca llegó a ocurrir».
Para Cinta Arribas, una de las ilustradoras elegidas para la exposición de Valladolid, el personaje que le asignaron era prácticamente un desconocido. Pío del Río Hortega fue un neurocientífico español que trabajó con Ramón y Cajal y al que su condición de republicano y gay le obligó a huir de España al inicio de la guerra. «El hospital de Valladolid lleva su nombre así que es muy conocido aquí, pero se sabe poco de su vida», asegura Arribas. «Al ilustrarlo he descubierto más sobre él y su labor investigadora: que tuvo que exiliarse a Argentina, que se quedó a las puertas del Nobel…».
La ilustradora coincide con Roca en que es necesario recordar a estos personajes relevantes, «pero también acordarnos de toda esa gente anónima que tuvo que huir». Ella eligió dibujarlo primero en papel hasta hacerse con el personaje y sus rasgos, y darle después un acabado digital. «Me interesaba no tanto mostrar el parecido físico, sino su personalidad y los símbolos que le representan, como el microscopio y lo que ve tras él».
Cada retrato de la exposición va acompañado de un panel donde se explica quién fue, qué hacía antes de la guerra y por qué y dónde tuvo que exiliarse. La misma información, dice el comisario de Exiliados ilustrados, que se les entregó a los ilustradores como base para sus trabajos.
La muestra, presentada por La Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid y Contemporánea, estará expuesta en la Sala Municipal de Exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid hasta el próximo 5 de abril.