«En verano se tiene más y mejor sexo». Aparece en tantos titulares que se da por hecho que es algo totalmente cierto, aunque se conozcan casos en los que pasa todo lo contrario.
Cada año, con la llega del calor, pueden encontrarse diferentes afirmaciones sobre la sexualidad que hacen pensar que debe ser así, al menos para los demás. Pero, para quien quiera consolarse, ¿cuánto hay de mito y cuánto de realidad?
Estos son algunos de los falsos mitos del verano:
En verano se liga más
En verano parece que se viaja más, se sale más, se descansa más y se da por hecho que todo eso conlleva que se conozca más gente. Pero ¿realmente eso aumenta las posibilidades de ligar?
La sexóloga y educadora social Isabel Guerrero explica que «lo que sí que es verdad es que parece que hay una expectativa de que esto ocurra. En canciones y películas nos hablan del amor de verano como una experiencia única e inolvidable que se nos inserta en nuestra memoria colectiva y se transmite culturalmente. ¿Os acordáis de Grease o Dirty Dancing?».
Sin embargo, matiza que aunque se disponga de más tiempo libre, eso no significa que se emplee en conocer a gente nueva, sino que sobre todo «nos dejamos ver más e interactuamos con gente ya conocida». Sobre todo esa a la que no siempre podemos dedicarle tiempo el resto del año.
No olvida recordar que en pleno 2017, las personas cada vez interactúan menos en la vida real y lo hacen más en la virtual. «Esta es una sociedad que vive en la era digital de aplicaciones para ligar, para conocer gente de todos los gustos y sabores», por lo que cabe pensar que realmente las oportunidades de ligar online son prácticamente las mismas en invierno que en verano.
En verano se tienen más relaciones sexuales
Puede que los amores de verano sean típicos de otra edad o incluso de otro siglo. Sin embargo, otra de las ideas más extendidas es que en verano, quien ya tiene pareja, gozará de una mejor vida sexual, al menos en cuestión de cantidad.
O quizás no. Susana Ivorra, psicóloga especialista en terapia de pareja, explica que «otro mito muy extendido es el de que en verano se mantienen más relaciones sexuales».
Lo primero que cabe reseñar es que «los datos que arrojan algunas encuestas no tienen el rigor científico necesario para ser tomadas como válidas, para contestar realmente a esta pregunta».
En general, los argumentos a favor suelen basarse en «que gracias al calor veraniego segregamos más serotonina (responsable del bienestar) y más oxitocina (responsable del placer, entre otras cuestiones). Otros hablan de la exposición de más zonas del cuerpo, menos rutinas, menos estrés, etc.».
Sin embargo, como experta en terapia de pareja, Ivorra testifica que «para muchas parejas el verano supone pasar más tiempo juntos, lo cual no siempre es positivo, especialmente si la relación no está bien. Así que estos espacios de ausencia de rutina dejan al descubierto los conflictos ocultos bajo las responsabilidades del día a día, creando más tensiones y malestar».
Motivo por el cual verano y aumento de relaciones sexuales no siempre van de la mano.
En verano se sale más de la rutina sexual
Vale, pues si no se liga más ni se tiene más sexo, parece que la última opción esperable es que, ya que se tiene más tiempo, se salga al menos un poco del sota, caballo y rey. En otras palabras, del te toco, me tocas, te lamo, me lames y empezamos a embestir.
La sexualidad no es solo penetración, ni si quiera se restringe solo a lo genital, y parece que en verano, cuando más se goza del cuerpo, es el momento perfecto para darse cuenta de que toda la piel es una zona erógena en sí misma.
Aunque quizás en este punto hay que tener un dato en cuenta. En verano, también se tiende a la apatía por la higiene y la estética en general. «Barbas de tres días en hombres que suelen afeitarse diariamente, moños y coletas para que el cabello no de más sensación de calor, ropa más informal, más ligera, más sudor… Son muchas las costumbres sutiles que abandonamos con la llegada del verano y la mayor disposición de nuestro tiempo libre», matiza Ivorra.
Un dato importante, ya que para disfrutar del cuerpo propio y del ajeno sigue siendo importante el mimo propio y el ajeno.
Igualmente, otro dato a valorar es si en ese verano hay o no una competición deportiva importante, como un Mundial de fútbol. Porque está demostrado que durante las temporadas deportivas se venden más vibradores, pero parece que no para usarlos precisamente en pareja.
Toda una pena.