Como cada día, en el noticiario de mediodía van a conectar con Berta, la nueva reportera que sale a entrevistar gente por la calle para preguntar por los temas más trending topic. Hoy, después de un importante estudio de la universidad de Matachuches, ha preguntado a los viandantes si se sienten atractivos, guapos, sexis.
En pantalla, fuera de plató, se van sucediendo imágenes de distintos perfiles de Sinstagram, con cuerpos embadurnados en aceite, curvos pero musculados, de silicona algunos. Y la voz en off de Berta resumiendo el estudio sobre la autoestima que es, según la la reputada universidad americana, la más baja de la historia.
De vez en cuando, se muestra a la periodista hablando con alguno de los transeúntes que, deseosos de dirigirse a la cámara, cuentan sus penas o alegrías (los menos) sobre a la imagen que tienen de sí mismos: «Estoy ahorrando para ir a Turquía», dice uno al que no le gusta haberse quedado calvo con 32 años.
«Yo no estoy preocupada, porque mi madre me paga la operación de aumento de pecho cuando cumpla los 18», señala una joven muy segura de sí misma. «No me acuerdo de la última vez que comí chocolate», apunta otra antes de que su amiga concluya diciendo que «es la única forma de estar como las influencers».
Cuando la imagen vuelve a plató, siguen con el mismo tema porque, al mismo tiempo, en Sillicon Valley, conscientes de que esta situación les puede hacer perder usuarios en Sinstagram, algunos de los programadores más importantes de PETA llevan tiempo desarrollando un filtro especial para aplicar a las fotografías antes de que se suban a la red social.
Según dijo el CTO de la compañía en un entrevista al poco de conocer los resultados, «este filtro hará que Instagram deje de ser una red superficial para convertirse en la referencia en belleza interior».
Algunas imágenes, enviadas desde PETA, aparecen ahora enseñando la usabilidad del filtro junto a la voz en off de Berta explicando que, como ella misma asegura, no es más que un escáner capaz de verte por dentro. Eso sí, no te ve los órganos o las vísceras, ni los huesos o los músculos, si no que lo que te ve, y lo que acaba por subir a la red, es tu alma.
De esta manera, cuando una gran persona se haga una foto y la suba a la plataforma, no hará falta que tenga unos abdominales increíbles o un culo sin celulitis, porque si es buena persona de verdad, aparecerá una fotografía bella, con cuerpos espectaculares y en un estado rebosante de felicidad.
A Berta, que ya no aparece preguntando a gente por la calle Preciados, se la ve ahora en el laboratorio en el que PETA ha juntado a algunos voluntarios para hacer las primeras pruebas antes de sacar el filtro definitivamente. La mayoría de ellos se sorprenden al ver el resultado de su selfi tras pasar por el filtro y solo unos pocos ven cierta mejoría.
La reportera, que es una gran profesional y prefiere saberlo todo de primera mano, se acerca a uno de ellos y le pregunta si esta evolución puede cambiar el futuro de las redes sociales, la autoestima y la salud mental.
La respuesta la cortaron del directo, pero se ha filtrado en Tuiter:
—No sé si va a tener mucho éxito. La mayoría de nosotros no queremos o no estamos preparados para mirarnos ahí dentro. Quizás seamos más feos por dentro que por fuera.