«Fiu» es el sonido que produce al despegar, por ejemplo, un cohete, o un creativo. Los primeros precisan de una chispa, un detonante, algo que los encienda. Los segundos podrían encontrar ayuda en Fiu2016, un festival en el que se ayuda al talento emergente a despegar y «consigan dedicarse profesionalmente a aquello que más les gusta: crear».
(Yorokobu es medio colaborador)
El martes 17 de mayo, la Sala Barts de Barcelona acogerá la tercera edición de Fiu Barcelona, un evento al que se espera asistan alrededor de 900 personas y en el que participarán varias decenas de empresas para conectar con talento craetivo emergente.
«Entendemos la creatividad como la oportunidad de hacer aparecer. Así pues, cualquier persona capaz de hacer aparecer algo que no existía y que, sobretodo, suponga una mejora en la sociedad, en el desarrollo cultural, económico y tecnológico de nuestro entorno es un creativo o creativa. Lo de emergente es una cuestión que se refiere básicamente a la edad», explica Humbert Clotet, uno de los organizadores de Fiu.
Los participantes en el Fiu son denominados fiuers. Personas creativas entre 15 y 30 años, por ser esa franja de edad la que encuentra mayor dificultad a la hora de entrar a trabajar en el sector creativo.
«Los propios profesores te dicen que no encontrarás trabajo hasta que no estés de becario durante al menos tres años de tu vida –explica Clotet–. ¡Para nosotros eso es bullshit! En nuestra opinión cualquier crack de la creatividad debe poder ser oído por muy joven que sea y tener las mismas oportunidades de promoción que los profesionales. En ese sentido, nuestro objetivo es el de presentar a todos aquellos “creativos” que tengan dificultades para darse a conocer simplemente porque son víctimas de un sistema que entiende que a los jóvenes les toca aprender antes de trabajar. No, señores, nosotros queremos que estos cracks trabajen creando».
Para conocer quiénes son estos cracks, los responsables de Fiu recurren, además de a las redes sociales o a las vías de contacto que aparecen en su página web, a un equipo de ojeadores que operan en las universidades de diferentes ciudades del mundo. Profesores, exalumnos, jefes de estudio y otras personas «que nos ayudan a detectar las jóvenes promesas que hay en las aulas de estas ciudades y nos apoyan incondicionalmente desde el principio, porque también creen que muchos creativos emergentes, víctimas de su entorno pesimista, no acaban desarrollando su talento verdadero».
Algunos de esos colaboradores son también en ocasiones frofiuers, o lo que es lo mismo, «gente que nos ha inspirado, que hemos conocido o que nos ha recomendado gente del sector, que cree en Fiu y que si, tuvieran menos de 30 años, serían fiuers».
Definido lo que es el Fiu, los fiuers y los profiuers, la dinámica del evento es la siguiente. «Presentamos una selección de diez creativos emergentes y dos creativos consolidados. Los primeros hacen una presentación de no más de 10 minutos y los segundos intervienen entre 20 y 30 minutos. Creemos que en un festival con estas características ese es el tiempo necesario para darse a conocer, captar el interés de potenciales colaboradores y compartir reflexiones interesantes con un público que estará compuesto mayoritariamente por universitarios, aunque también habrá empresas del sector y creativos profesionales en busca de nuevos talentos».
Después de dos ediciones, la acogida recibida tanto por Fiu como lugar de encuentro creativo, como por los fiuers por parte de las empresas del sector es calificada por los organizadores de muy satisfactoria. De hecho, durante la jornada se proyectará a pieza audiovisual Quién fuera joven, el documental olvidado de Fiu en el que se recogen los testimonios de algunos de los participantes de años anteriores.
«Nuestro deseo es hacerlo más grande y mejor. Salir al exterior. Pero lo más importante, lo que más nos importa ahora mismo es ofrecer trabajo a fiuers y dar respuesta a briefings de empresas con Fiu Productions, productora surgida después de haber trabajado en los pasados eventos con más de 120 creativos emergentes de diferentes disciplinas».
Para finalizar, Humbert Clotet anima a todas las personas sea cual sea su perfil a pasarse por Fiu. «Creemos que la creatividad debe ser accesible para todos los públicos. Cualquier fiuer o profiuer puede transmitir mensajes aplicables a todos los asistentes se dediquen a lo que se dediquen, ya que creemos, la creatividad forma parte de todo ser humano, simplemente que algunos la utilizan como su herramienta principal de trabajo».
Para conseguir esa democratización de la creatividad, las entradas, disponibles a través de la web del festival, cuentan en esta edición con un precio reducido del 50% gracias a la aportación de la marca de ropa Desigual.
«Además, todos los asistentes adquieran la entrada con derecho a fiesta o no, se llevan de regalo una bolsa diseñada por el artista emergente Ricardo González, a quien conocimos en el evento Fiu New York que celebramos el pasado 24 de setiembre de 2015», concluye Humbert Clotet por su hubiera alguien que todavía dudase entre ir o no ir.
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