En risoterapia, el arte de producir beneficios mentales y emocionales mediante el sano ejercicio de mover la mandíbula, distinguen entre varios tipos de risa. Está la irónica, algo sardónica y despectiva; la pícara, tras la que se oculta una pequeña maldad; la tímida, que nos lleva a ocultarla; la reprimida, al ver a alguien caer en la calle… Y luego está la sincera, que es la que se produce en esos momentos de gran felicidad como, cuando tras mucho tiempo, volvemos a encontrarnos con un ser querido. Navidad suele ser, por aquello de las fiestas, un gran escenario para ejercitar esta última versión.
En el anuncio #Verteesunregalo de General Optica de este año puede observarse una gran demostración de este hecho. Cuatro personas -el hombre llamado Medir, la niña Mía, la adolescente Mónica y la mujer Amalfi-, esperan en una sala con los ojos vendados. A la señal, se descubren los ojos y ante ellos aparece una persona que hace tiempo que no ven o que desean encontrar. El profesor de piano de Medir, Papá Noel para la niña, Rosa de OT delante de la adolescente, su perro Runa en el último caso.
La reacción es, en los cuatro casos, la misma. Una risa sincera, incontrolable. Algo muy beneficioso para la salud. Y es que reírse aumenta la serotonina y la adrenalina, da felicidad y elimina los pensamientos negativos, ayuda con el insomnio ya que mover la mandíbula cansa, sirve para expresar emociones y comunicarnos, descarga tensiones… además de ayudar a la columna vertebral, mejorar la tensión arterial y la oxigenación de los pulmones.
En el vídeo, todos los felices reencuentros no son iguales. La adolescente abraza a su ídolo, entre la risa y el llanto. El exestudiante de piano encorva la espalda, sin creerse lo que ve, y se lanza a los brazos de su mentor. La niña gira los hombros, incrédula y tímida. El perro salta ladrando alrededor de su dueña. Pero todos tienen algo en común: los protagonistas ríen mostrando la mejor risa del mundo: la sincera.