Nick Le ordena compulsivamente la creatividad. La clasifica, la etiqueta, la coloca en líneas paralelas y equidistantes y la inmortaliza. Suena extraño, pero es la mejor forma de describir el trabajo de este canadiense, que lleva años fotografiando a creativos junto a su material de trabajo dispuesto en un orden marcial.
El proyecto, que responde al nombre de Gridfiti, es el resultado de la colisión de dos mundos opuestos. La creatividad es caótica, desordenada y amorfa. En la antigüedad se representaba con las musas en busca de una forma física que no tiene. Por otro lado el knolling era un sistema de organización de herramientas. Servía para aumentar la efectividad, pero su componente estético acabó imponiéndose al utilitario y las fotos de esta práctica empezaron a proliferar por internet, sin más finalidad que la de provocar orgasmos visuales a cualquier maníaco del orden.
En estas llegó Le y decidió fundir los dos conceptos. Él tenía un blog de moda masculina, pero empezó a interesarse por los procesos de la creatividad y decidió buscar una forma física de plasmarlos. Así que empezó a hacer knolling con los objetos de personas creativas. Decidió encarnar la creatividad en las herramientas que le dan forma. Se metió en las mochilas para reflejar las mentes, en busca de una foto que representara, de forma física y ordenada, un proceso que tiene mucho de abstracto y caótico.
«Siempre vemos el resultado final, pero raramente vemos el contexto que hay detrás», explica Le. «Es complicado ver las influencias de los creativos, o el material que usan para llegar de una idea a un producto final». Lo que hace él es poner el foco precisamente en este viaje, un proceso que suele ser íntimo y hermético y que él ilumina con flashes. Sus textos también vierten luz sobre el proceso creativo, explican quién es el dueño del equipo y a qué se dedica, pero aquí el producto final es algo secundario, Le no quiere centrarse en el resultado sino en el proceso.
Sus fotografías así se plantean como una especie de puzle de la creatividad. Reflejan las piezas y no muestran el resultado, animan al espectador a que encaje en su mente el significado final. «Ser capaz de reconstruir el proceso a través de knolling es algo único», explica Le. Aún así defiende la autonomía de sus fotografías, que se pueden disfrutar sin necesidad de conocer la obra que hay detrás. «Realmente cuentan una historia por sí mismas», explica.
Le ya ha contado más de un centenar de historias. En ellas, las protagonistas no siempre son herramientas inertes, a veces se cuelan personas o incluso animales. De hecho, reconoce el fotógrafo, las fotografías que tienen un componente vivo son las que más le gustan. «Cuando la gente incluye a sus mascotas es algo interesante», reflexiona. A fin de cuentas las musas no tienen por qué ser divinidades griegas o parejas amantisimas. A veces tienen mucho pelo y cuatro patas.
Le empezó haciendo sus propios knolling, explorando en su propia mente. Después buscó a otros creativos como protagonistas, se introdujo en mentes ajenas. En los últimos meses, la web ha experimentado un nuevo cambio. Los seguidores de la web han empezado a mandar sus propias composiciones y textos. Gridfiti ha dado así un paso hacia lo social, hacia la creación de un espacio colectivo. Está gestionado por una persona pero aglutina el trabajo de muchos creativos, que están dispuestos a hacer un estriptis profesional y mostrar con qué herramientas trabajan, compartir no tanto el resultado sino el camino para llegar hasta él.
Anda que menudo postureo pijo