Si artesanos de la palabra escrita como Albert Camus, Lewis Carroll, Fiódor Dostoyevski o Ernest Hemingway levantaran la cabeza, descubrirían probablemente horrorizados las secuelas que una revolución tecnológica aún en marcha ha dejado en la literatura y el arte. ¿Qué pensarían del libro electrónico, el modelo de distribución de Amazon o la mal llamada piratería? ¿Qué pensarían, en términos más generales, de internet y las redes sociales?
De sus plumas y máquinas de escribir salieron algunas de las páginas más memorables que haya leído el ser humano, ahora más ocupado en revisar notificaciones, buscar matches en Tinder y compartir memes de forma casi compulsiva a través de WhatsApp. Si conocieran todo esto, ¿cambiarían los maestros una sola línea de sus obras? Dedícale un momento a imaginar qué habrían puesto negro sobre blanco si hubieran tenido que contestar al gran interrogante del s. XXI: «¿Qué estás pensando?». Facebook dixit.
Tampoco sabemos cuál sería su opinión sobre el mashup, el arte de coger un poco de aquí y un poco de allá para crear algo (relativamente) nuevo, una reinterpretación con tintes de cultura pop. Tal vez alguno hubiera sonreído al ver las creaciones del artista Julien Britnic, autor del imprescindible blog Pop goes the penguin. Al fin y al cabo es una adaptación de sus novelas más famosas a los tiempos de Facebook, WhatsApp e Instagram.
Por ejemplo, los inolvidables Cien Años de Soledad del recientemente fallecido Gabriel García Márquez convertidos en una publicación con cero likes (aunque bien podría haberse transformado en un forever alone).
Tirando de etiquetas, Britnic es un artista rumano que se dedica a diseñar camisetas para hipsters. Tiene su propia marca, Lana X Britnic, que vende sus creaciones online (por si quieres ir de compras). Según su propia descripción en Facebook, es el «poeta de Google Translate» de la firma. También es el cofundador, pero eso suena un poco más mundano.
Sus prendas encuentran inspiración en «la vida nocturna de Bucarest y la literatura rumana». De hecho, de ahí viene su idea de reinterpretar los clásicos en clave geek. Sus primeros montajes están en rumano. En su Facebook hay mogollón, pero no vamos a poner ninguno porque no los entendemos (y, a diferencia de Britnic, no somos juglares del Translate). Mejor una de sus camisetas.
El caso es que comenzó a coger portadas de los clásicos de la literatura y a darles una vuelta de tuerca posmoderna para reflejar la sociedad del S.XXI. Sus mashups invitan a reflexionar sobre la tecnología y el tipo de sociedad que está configurando (cuando no son directamente una crítica al always on y la amistad en tiempos de Facebook). ¿Nos hemos vuelto huraños que se escudan detrás de una pantalla a la hora de socializar?
Un día Britnic, como buen poeta del Translate, se dio cuenta de que los clásicos de la literatura rumana estaban bien, pero que no iba a llegar muy lejos con sus obras – ni con sus mensajes – si no apelaba a autores más universales. Así decidió abrir su Tumblr y empezó a rediseñar portadas de la editorial Penguin, la que trajo a España (y se ve que también a Rumanía) esos libros que el profesor de inglés nos hizo recitar en el colegio con mejor o peor fortuna.
También hay cabida en sus montajes para la cultura de la imagen, Instagram y los omnipresentes selfies, que quedan (auto)retratados con la nitidez de una cámara de 40 megapíxeles en estas reinterpretaciones de la segunda parte de Alicia en el país de las maravillas, el desayuno más famoso del cine y la historia del viejoven predecesor de Miley Cyrus que salió de la pluma de Oscar Wilde.
Así es el S.XXI, una mezcla entre la juventud rebelde e iracunda de La Naranja Mecánica, que expresa su indignación en Twitter y se organiza en las redes para protestar, y la sociedad orwelliana vigilada 24/7 por el Gran Hermano (¿por qué edición va la NSA?).
Menos mal que a Camus, Hemingway y Dostoyevski no les da por levantar la cabeza… Nos harían unfriend a todos.