«Nada viene, las cosas, buenas o malas, suceden porque alguien las provoca. HUMANSDID nace de la convicción de que aún podemos elegir». Cada lunes te contaremos dos ideas y tendrás que elegir una de ellas con tu voto. ¿Empezamos a cambiar las predicciones?

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1Portals

Contenedores inmersivos que conectan en tiempo real a comunidades distantes para conversar y colaborar.

La gente no suele reunirse sin motivos. Hablamos por necesidad, costumbre o agenda. Rara vez lo hacemos sin un para qué.

A Amar Bakshi siempre le interesaron las personas fuera de los titulares. Gente común, con historias sin espacio para contarse. Tras años como corresponsal internacional entendió que el relato estaba mediado. Hacía falta un lugar donde esas voces hablaran por sí solas.

Con esa duda instaló un contenedor dorado en el jardín de su casa. Una estructura con pantalla a tamaño real, sonido envolvente y una sola función: conectar a dos personas que no se conocen.

La primera conexión fue Teherán–Nueva York. Lo que empezó como instalación artística acabó en red global. Una forma de unir a quienes viven realidades opuestas y tal vez nunca compartirán un espacio o una idea.

Desde entonces, más de 700.000 personas han entrado en uno. Cada portal es una estructura inmersiva con un interior único: escuela, conferencia, clase de baile… Dentro, sonido e imagen permiten sentir que estás en la misma habitación que quien está al otro lado. Cada espacio lo gestiona un curator local, adaptándolo a su comunidad.

El propósito siempre fue crear conexiones humanas entre personas separadas por distancia y diferencia. Hablar, jugar o colaborar como si no hubiera miles de kilómetros de por medio. ​​Para Amar, lo esencial es estar y ver qué ocurre, cruces de realidades espontáneas, sin agenda.

2Climate impulse

Avión experimental que busca dar la vuelta al mundo propulsado al 100% con hidrógeno verde.

Los aviones que hoy cruzan el mundo emiten más de 900 millones de toneladas de CO al año. Si la aviación fuera un país, sería el sexto mayor emisor del planeta, por encima de Alemania o Corea del Sur. Frenar la globalización es impensable. Así que quizá ya no se trate de volar menos, sino de volar distinto.

Climate Impulse nace desde esa contradicción. Un avión de largo recorrido, diseñado para dar la vuelta al mundo propulsado al 100% con hidrógeno verde. Sin queroseno, ni emisiones, ni compensación de la huella de carbono.

Detrás están Bertrand Piccard —el mismo que cruzó el planeta con energía solar— y Raphaël Dinelli, ingeniero y navegante en solitario que lleva años trabajando en tecnologías limpias. Su objetivo no es batir un récord, sino dejar otro atrás… el de las emisiones de la aviación comercial.

El prototipo está en desarrollo y pretende ser una aeronave funcional, capaz de cruzar océanos, diseñada para demostrar que volar puede ser parte de la solución. Una demostración técnica a la vez que política. Si despega, ya no se podrá decir «No hay alternativa».
Ha llegado la hora de replantear lo que ya está en uso y ponerlo a trabajar a favor de nuestro entorno