Estaba destinada a morir olvidada entre los cientos de hits de artistas de un solo éxito que invadieron los 60. Porque eso fueron The Choir, un grupo de garage con un solo tema en los primeros puestos de las listas que se desintegró rápidamente. No tuvieron ni la oportunidad de lanzar un álbum en vida. Y ni siquiera los Raspberries, que contaban con tres cuartas partes de la formación de The Choir, decidieron rescatar It’s cold outside hasta que se reunieron, décadas después.
Pero It’s cold outside fue conquistando su lugar en la historia de la música poco a poco, a través de recopilatorios y versiones. Y ha llegado hasta nuestros días como una precursora del power pop, un clásico inspirador para el punk más melódico y una joya beatlesca con la que lamentar los desengaños amorosos.