Tokio es una ciudad como ninguna otra en el mundo. Un lugar donde las luces de neón compiten con templos centenarios, donde una autopista elevada pasa a escasos metros de una escuela primaria y donde es posible cenar en un bar del tamaño de un armario en el quinto piso de un edificio sin ascensor. Para el turista, Tokio es vértigo, misterio, un caos que le cautiva. Pero tras esa apariencia inabarcable se esconde un urbanismo preciso, espontáneo y profundamente humano. Uno que no responde tanto a un plan maestro como a un entramado de decisiones cotidianas y meditadas.
Jorge Almazán, arquitecto y profesor en la Universidad de Keio, lleva dos décadas viviendo en Tokio y estudiando la ciudad. Fruto de esa experiencia nació Tokio emergente. Diseñar la ciudad espontánea (Satori, 2025), un libro con un diseño tan bello como riguroso en su contenido, que mezcla ensayo académico con el espíritu de una guía urbana y que aporta, además, una mirada crítica sobre los procesos de transformación de las ciudades.