Lo desvelaba un estudio de Ipsos en 2013: los ciudadanos chinos son los mรกs materialistas del mundo. El 71% de los jรณvenes mide su รฉxito en funciรณn de la cantidad de cosas que poseen.
Hace unos aรฑos, se convirtiรณ en viral un vรญdeo en el que un grupo de jรณvenes chinas confesaban que a la hora de buscar pareja, el dinero era una condiciรณn sine qua non. Mientras, el cantante Sun Hui popularizaba una canciรณn titulada precisamente No tengo coche, no tengo casa, en la que se reconocรญa abocado a la soledad por no cumplir con tal requisito.
El pragmatismo impera entre la juventud china. Aunque generalizar sobre una sociedad tan mastodรณntica y compleja es un suicidio. Mientras algunos milenials piensan en cambiar de mรณvil antes de quitar el protector de pantalla del que ya tienen, hay muestras de que la obsesiรณn con el materialismo podrรญa estar decreciendo.
Una investigaciรณn reciente de Agility Research en la que se entrevistรณ a varias decenas de nacidos entre 1995 y 2000, aportรณ un jugoso titular: muchos de los encuestados se autodenominaban ยซjรณvenes Budaยป. Comprar y tener cosas carece de interรฉs para ellos. Sin embargo, la mitad reconoce no hacer ascos al lujo ya que es algo que no creen que tenga que asociarse con lo material.
Realidades que rayan lo paradรณjico desde un punto de vista occidental. ยซEn China, las religiones de salvaciรณn no llegaron a acaparar el poder estatal propio de muchos paรญses occidentales de herencia cristiana. Por eso, en general, la de China es una cultura mรกs orientada al โmรกs acรกโ, aunque eso no acarree necesariamente una mentalidad materialistaยป, explica Javier Telletxea.
Segรบn el sociรณlogo y autor del blog Historias de China, en el paรญs asiรกtico no existe una visiรณn tan contradictoria ni negativa frente al dinero ยซporque histรณricamente han vivido al margen del dilema occidental de disfrutar de la riqueza o ganar la salvaciรณnยป. ยซEn China โaรฑadeโ asegurar la prosperidad del linaje era, y sigue siendo para muchos, un mandamiento moral porque favorece la continuidad y el bienestar de la familia como organismo intergeneracional, y es a travรฉs de este logro como se obtiene la salvaciรณn personalยป.
[pullquote]El gobierno chino ha suspendido la emisiรณn de la serie BoJack Horseman temeroso de que la sinceridad cรญnica de su protagonista acabe contagiando a los jรณvenes[/pullquote]
Sobre la bรบsqueda interior y la vuelta a algunos de los valores tradicionales chinos, trata el documental Summoning the Recluse. La cinta se hace eco de la realidad de jรณvenes que llevan al lรญmite su huida de las grandes urbes, donde todo a su alrededor les impele al consumo y a un ritmo de vida frenรฉtico. Hartos de las cenas con amigos y los karaokes, los protagonistas se retiran a la montaรฑa, para conseguir eso a lo que de forma tan recurrente se refieren los libros de autoayuda: encontrarse a sรญ mismos.
Un anhelo de recogimiento que nada tiene que ver con la de los tradicionales ermitaรฑos. Los nuevos anacoretas no renuncian a tener mรณvil; prefieren mantener contacto con sus seres queridos.
Los jรณvenes budas han despertado el interรฉs de medios de comunicaciรณn y consultoras. Los estudios los muestran como un grupo heterogรฉneo y esquivo a las etiquetas. The Straits Times, de Singapur, conversรณ con algunos. El cansancio ante las altas expectativas puestas en ellos y cierto conformismo parecรญan ser los รบnicos puntos en comรบn.
Arengas como las del presidente Xi Jinping apelando a los jรณvenes a esforzarse para conseguir ยซel sueรฑo chinoยป no calan entre ellos. No aspiran a ser los mejores y se conforman con estar dentro de la media en todas las facetas de la vida.
Desencanto y falta de ambiciรณn que han desembocado en fenรณmenos como el sang, que toma su nombre del carรกcter chino que significa funeral. Pesimismo, ironรญa y cinismo definen a esta subcultura que se ha propagado en los รบltimos meses por las redes y que mantiene inquietas a las autoridades chinas. De ahรญ las presiones a los medios audiovisuales chinos para difundir contenidos mรกs positivos o la suspensiรณn de la serie BoJack Horseman, conocida por su sinceridad cรญnica, una de las mรกs populares entre los sang, y que algunas voces achacan a esa apuesta del gobierno por el optimismo.
Y mientras desde la Repรบblica se lucha para evitar que sus jรณvenes se conviertan en unos tristes, Zhao Zengliang, uno de los sang mรกs populares, proclama en Reuters: ยซLos medios de comunicaciรณn nos han hecho tragar demasiadas historias de รฉxito. Sang es una protesta calmada contra la presiรณn implacable de la sociedad para alcanzar el ideal tradicional del รฉxito. Una manera de admitir que simplemente no podemos hacerloยป.
