Leo quejas sobre cómo los guionistas de Juego de Tronos manejan las distancias en la séptima temporada. Quejas de críticos de televisión y de una parte del público. Incluso hay personas que calculan cuánto tiempo llevaría —en el mundo real— ir de un punto a otro a pie, a caballo, en carro o en barco. Los amigos de la verosimilitud se quejan de cuán penosos eran los viajes en las primeras temporadas. Recuerdan a Arya y Perro deambulando por Poniente, y a Tyrion atravesando el mar escondido en una caja de madera para huir de la ira de la hermana.
Quejas de los modernos que ignoran o rechazan que las películas y las series funcionen con la naturaleza de los sueños. Las quejas no son nuevas. Hitchcock expuso a Truffaut cómo sus películas habían sido vilipendiadas por cierta crítica «porque carecían de lógica».
Buscar la lógica nos maquiniza
En el mundo onírico suspendemos la crítica. Siguiendo las técnicas surrealistas hace años que llevo un diario de sueños donde anoto los instantes de lucidez. En un sueño reciente, pertenecía a un club de caballeros ingleses victorianos amantes del alcohol, las meretrices, el opio y el karaoke. ¿El karaoke? Sí, había uno dentro de una carpa de circo, entre otras carpas en un recinto cerrado. Uno de los caballeros, calco de Freddie Mercury, cantó no recuerdo qué. (El inglés no mejora en los sueños). Aprecié las incongruencias entre la época y los artilugios técnicos. Por suerte, el breve desconcierto no me despertó. Me dejé llevar por estos caballeros decadentes hasta que la alarma me trajo a la realidad. Lamenté no tener los medios para filmar todo cuanto vi, olí y percibí.
La peste de la verosimilitud
La búsqueda de la verosimilitud es una peste contra el arte fílmico y televisivo. Crecen los artículos dedicados a destacar los fallos de continuidad en las películas y las series. Se señala que el personaje X tiene un sombrero hongo en un plano y una gorra en otro. En las redes sociales el público rebate la ciencia de la ficción. Se queja del salvamento en el último momento. De las balas infinitas de un revólver. Quejas cuando el espectáculo ha acabado. Después de las emociones. ¿Miedo o vergüenza por haberse dejado llevar por la fantasía? ¿Necesidad de sobresalir, destacando la obviedad de que existen las mentiras y las elipsis?
Las distancias para la vida, las elipsis para las ficciones
Las distancias forman parte del mundo real. Los asistentes de conducción de los móviles estiman cuánto tiempo nos llevaría ir de un punto a otro. Esto es necesario.
En la ficción, el tiempo y la distancia dependen de las necesidades dramáticas. La pequeña odisea de Arya por Poniente y su estancia con Los hombres sin rostro dan tiempo a mostrar la transformación de niña a mujer. Con frecuencia, madurar es un proceso penoso, y Arya lo ha hecho por sí misma. La penosa travesía de Tyrion encajonado permite que la sed de justicia crezca en el personaje. Pero cuando los personajes han crecido, la dilatación del tiempo es contraria al drama, a la emoción. Arya atraviesa poniente en dos capítulos porque la trama lo exige de la misma manera que Ser Jorah Mormont sana y atraviesa un continente de un capítulo a otro.
El juego con el tiempo no es nuevo en la ficción. En el cine y las series la mayoría de las comidas duran un par de minutos. El amor surge tras un puñado de palabras. En los 84 minutos de tiempo supuestamente real de Solo ante el peligro caben tres o cuatro horas. Las elipsis devoran los aburrimientos, las preguntas incómodas y los porqués. La verosimilitud forma parte de las antipelículas de bodas, bautizos y comuniones grabadas por aficionados, sin cortes. El público quiere emociones, no un acta notarial. Saber quién acabará en el Trono de Hierro.
Me gusta lo que decis. El tiempo es relativo dijo un cientifico hace tiempo. Si voy en auto con amigos o familia me pasa mas rapido todo y si voy solo aveces mas lento. Talvez podriamos entender el tiempo como subjetivo y esa seria la respuesta. El tiempo en got tambien se acelera con el paso de las temporadas (algo que dicen que ocurre en l actualidad. Mi abuela tenia tiempo de sobra y a mi me falta)
Si quieren historias cientificamente comprobadas? que se compren un reloj de arena y miren su mundo con la camara del cel
Las elipsis son maravillosas, lo que hicieron en el capítulo 6 no. Está muy bien que Gendry llegue al Muro y que nos saltemos el vuelo del cuervo y el viaje de Daenerys y los dragones para verlos aparecer en el último momento, pero destruye la magia que todo eso parezca pasar en menos de un día de Jon y los otros. Vivan las buenas elipsis y las historias bien contadas.
Tres palabras: Deus ex Machina. Escribir ficción no significa disponer de un cheque en blanco y la fantasía, para manter la suspensión de la incredulidad exige un esfuerzo doble para establecer unas normas de un universo ajeno al espectador que este pueda aceptar y encuentre coherentes. Juego de Tronos durante mucho tiempo destacó precisamente por eso y hasta esta temporada, las licencias que se tomaba en pos de la épica podían resultar aceptables. El problema es cuando en un único episodio optar por romper todas las normas y acuerdos tácitos a los que había llegado con el espectador para construir un relato en pos de una épica sobresaturada que con la perdida del factor sorpresa carece de todo interés.
Entre un vídeo de la comunión y un relato audiovisual de alta calidad hay grados; Juego de Tronos, a la vista de todos, ha bajado en esa escala.
Eso mismo. Todo era tan chirriante pero tan chirriante que no se podía disfrutar de la historia épica que pretendían contarnos (¡dragones más allá del Muro!, ¡Caminantes Blancos con dragolances!). Pudo haber sido un capítulo memorable para bien y resultó muy decepcionante porque la suspensión de la incredulidad era imposible.
Aunque tampoco soy de la escuela Neil DeGrasse Tyson de la verosimilitud ni creo que las historias de ficción deban cumplir las mismas leyes de la física de nuestro mundo, siento que el problema con lo que están haciendo ahora en Game of Thrones es que rompieron con las reglas que ya habían establecido. Si durante 6 temporadas tu serie se trata precisamente de, entre otras cosas, lo difícil que es llegar de un punto a otro, de repente no puedes quebrar esas reglas y decir «bueno, de ahora en adelante todo se hace en 5 minutos». Si Daenerys puede llegar en menos de 5 minutos a cualquier lugar de Westeros y los cuervos envían mensajes que con seguridad le llegarán al destinatario en el mismo capítulo, la tensión baja… o al menos eso es lo que yo siento.
digamos que vas a un baile al cual te cuesta ir, porque digamos que no eres de ir a fiestas… de pronto te vas incorporando a la noche con la música, la compañia, la bebida… te gusta en especial la música y realmente estas pasando una noche increible, el ritmo lento, ha ido cambiando progresivamente y no te diste cuenta pero ya estas bailando esa musica que nunca imaginaste bailar… y la estas pasando bien, un narrador te introduce a un mundo de sueños, fantasias, magia…. etc. con tal maestria que crees en las viscicitudes, te angustias cuando el personaje va caer.. te identificas con el… empatía… te conoces las reglas de este nuevo universo porque ya habitas en el y puedes detectar cuando algo es imcompatible, accesorio, irreal, no necesitas ser un literato, ni un critico de Cine, o literatura para darte cuenta que te estan timando.. te estan tomando el pelo, te cambiaron la pista de baile, sientes el cambio de ritmo, la falta de tacto, la escasa maestria con la que te engatuzaron y aceptaste el viaje…
cuando las cosas estan mal, no necesitas un titulo que te permita hablar… eso se llama traicionar la verosimilitud, traicionar al personaje, pues ya no tienen desiciones propias sino que se mueven como titetes y se ven los hilos…
-cuando el mago deja ver como hizo el truco, la magia se pierde-
Creo que mezclas conceptos, una cosa es el tiempo en pantalla y otra el tiempo vivido por los personajes. En cuanto a la búsqueda de la lógica no consiste en que una serie o película tenga que ser realista pero sí ser coherente en sí misma y atenerse a sus propias reglas, o romperlas puntualmente por buenos motivos. Por ejemplo en La princesa prometida es coherente resucitar a alguien con chocolate, hablar en verso o reponerse de graves heridas empujados por la fuerza del honor. Forma parte de las reglas de un cuento onírico de fantasía. El universo de Juego de tronos, a pesar de su componente mágico de dragones y caminantes, tiene unas reglas y desde luego romperlas simplemente para hacer que me cuadre el guion es «hacer trampas», no es dejarse llevar por la fantasía. Es resolverlo por la vía rápida en vez de pensar en algo que se ajuste al universo creado en torno a la serie. Por eso es trampa que un personaje recorra en pocas horas la misma distancia q a otro le lleva días. Dicho lo cual personalmente ésto no me impide distrutar de la serie. Además es como en el fútbol, la mejor parte para muchos es poder discutir después los errores del árbitro :P.
Es perfecta la descripción, digamos entonces, dejémonos de ideoteses, olvidemos el balbuceo del razonamiento, pretendamos que no nos importa y pongámonos a disfrutar del cine y la TV tal cual, así, nada más, cómo es, onírico.
No queremos verosimilitud extrema, por su puesto, pero sí que la serie mantenga cierta coherencia con los mismos axiomas que nos presentó en sus inicios. Es decir, asumimos que es un mundo donde existen la magia, los dragones y los no muertos. Pero nos choca que haya cambios radicales con respecto a lo que se nos presentó en su día, cambios que rompen la «suspensión de incredulidad» como pueden ser las distancias cambiantes (incluso dentro del mismo episodio) o ciertos comportamientos de los protagonistas que no encajan con el personaje.
Menudo truño de explicación. Parece que te paguen los de HBO. Se entiende el asunto de las elipsis en la serie, a veces un poco exageradas, pero lo del pasado capítulo es reírse del espectador, incluso si obviamos el cuervo supersónico, está lleno de absurdeces. En serio son tan tontos los guionistas para forzar la situación de esa manera? Yo creo que es cuestión de vagancia y de considerar al espectador como un tonto que se traga lo que le echen mientras haya acción y algo de amor… Total ya habrá gente que escriba en páginas como esta intentando defender el argumento por absurdo que sea.
Por cierto si buscar la lógica nos maquiniza, no buscarla nos hace imbéciles manipulables…
No puedo estar más en desacuerdo. En la ficción y la fantasía, se pueden suspender las reglas de la lógica, en tanto en cuanto se establece una realidad basada en unos supuestos fantásticos. Hasta ahí bien. Como ejemplo, si vemos «Superman», todos aceptamos que puede volar, porque es de Kripton. Pero justamente, esa es la base de un buen relatro fantástico, aunque se separe de la realidad, tiene sus reglas definidas. Si el relato es de calidad, se atendrá a sus propias reglas, sin hacer excepciones. En el caso de esta serie, en la última temporada (o especialmente en ésta, aunque hay ejemplos anteriores) se están saltando las reglas que George R.R. Martin estableció con claridad. El tiempo no es flexible. Poniente tiene largas distancias y las noticias tardan en llegar. Por muchos cuervos, dragones, verdevidentes o visiones en el fuego que quieras poner, no puedes saltarte esta lógica. Los viajes toman tiempo. Las noticias tardan en llegar. La velocidad del hiperespacio que está alcanzando la serie, es característa de Star Wars (otro universo fantástico, con sus propias reglas), no de Canción de Hielo y Fuego. Es sólo un ejemplo, no cito Deus Ex Machinas (horrorosos) ni siquiera decisiones estúpidas de personajes que parecían coherentes (la excursión de la Patrulla Suicida más allá del muro o incluso el viaje de Jaime a Dorne, lamentables). Como mínimo, se deben respetar las normas del universo de ficción en el que está el relato. Si no se hace eso, se pierde el gusto en la historia, porque salta la ilusión de ficción. Sin esa ilusión, la historia se convierte en un «todo vale».
Como bien explicas el manejo del tiempo es un problema, pero no el más gordo… el problema es la falta de coherencia con el estilo de Martin en los nuevos guiones. J.R:R: Martin se caracteriza por montar un mundo fantástico, y en el desarrollar la cruda realidad. Si te hacen prisionero te torturan, si te juzgan te sentencian, si te traicionan o si te enfrentas a la muerte… mueres. Sin embargo estamos viendo a Jon Nieve ponerse en peligro por matar 10 no muertos más, a una expedición ponerse en peligro cuando ya tienen un potencial no muerto en su expedición, o a un manco ir de frente contra un dragón y salir vivo… el problema no es el tiempo, es la identidad de la historia y como contarla, algo que parece que solo J.R.R. Martin sabe hacer.
En general, está claro que la ficción hay que creersela (es decir no puedes estar sacando punta a todo por que si no, eres un espectador frustado), pero también es cierto que dentro de las reglas que se impone cada serie o pelicula debe haber una lógica o verisimilitud interna. Es por eso que no se deben cambiar las reglas de esta «verosimilitud» en mitad de una serie o pelicula, por que el espectador se siente un poco traicionado.
Es curioso, a mí las elipsis de las que tanta gente se queja es lo que menos me «molestó». Son necesarias dado el punto al que se ha llegado de la narración. Ya conocemos a los personajes, todas las piezas están sobre el tablero, las tramas tienen que empezar a cerrarse. Me chirría más que se abuse tanto del Deus Ex Machina, esos rescates (un tanto previsibles) en el último segundo (el tio Benjen por segunda vez, los dragones llegando en el último momento, la batalla de los Bastardos, etc.). Pero vaya, tampoco pasa nada.
GoT hace tiempo que dejó de ser una serie de TV al uso para convertirse en un fenómeno de masas. Es a los shows televisivos lo que el fútbol al deporte. Tiene fallos, hay trampas, quizá no es lo mejor que haya, pero mueve millones (de fans y de dinero en merchandising), la gente se reúne en bares para ver los capítulos, hay docenas y docenas de vídeos de comentarios, reacciones, teorías y análisis… y si tu equipo gana la final de la Champions con un gol en fuera de juego y con la mano en el minuto 97, sales a celebrarlo igualmente.
LLevó muscho tiempo difrutando con tus artículos, geniales muchos de ellos, pero creo que en este patinas un poco. Estoy muy de acuerdo en que la verosimilitud en la ficción está sobrevalorada en el sentido que expone Hitchcock. La ficción no tiene porque tener una lógica impecable y realista, cada ficción tiene su propia lógica interna y para ser verosimil tiene que ser coherente con su propia lógica interna que puede tener bien poco que ver con la lógica de la realidad. Hasta aquí de acuerdo.
Con lo que no coincido en absoluto es que una elipsis implique manejar tiempo y distancia como se desee. Una elipsis consiste en no contar una parte de la historia en beneficio de la dramatización pero esto no significa que acortemos distancias o reduzcamos tiempos. El tiempo y la distancia transcurren o existen pero no lo contamosen pos de la dramatización. Como decía Voltaire «El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo.». Pero en esta temporada de Juego de Tronos están manejando muy mal las elipsis y por eso chirría. [ALERTA SPOILER] En el capitulo 6 se transmiste primero la sensación de que recorren un gran camino que gendry desanda en horas y la el asedio de los caminantes a Jon y compañía transmite el paso de horas y esto es incompatible con la suma del tiempo de Gendry retornando al muro más el tiempo que puede tardar un cuervo que nuestra imaginación estima en función de lo que vimos en la serie hasta ahora y no nos cuadra por eso chirría.
La ficción es libre pero se debe someter a sus propias reglas internas, hasta David Lynch somete sus ficciones a una lógica interna. Y la elipsis es una herramienta fundamental pero desde luego elipsis no implica que las distancias desaparezcan o el tiempo y el espacio se plieguen. Los ejemplos que propones dfe Arya y Jorah Mormont son elipsis bien construidas pero en muchas otras los guinonistas se están columpiando.
Es que la geografía y las distancias son elementos imprescindibles en relatos como este o el señor de los anillos para generar ese tono de aventura y épica. Por un lado se subraya continuamente su importancia dramática, Cersei paseándose por una representación a gran escala de los siete reinos en uno de los patios del Palacio, Jon Nieve diciéndole a Sansa que el norte está seguro porque está lejos, etc.. y por el otro se niega cada vez más al irse precipitando el desarrollo de las tramas y para ello teletransportar a los personajes cuando es necesario. Lo que parece es que la serie va traicionando poco a poco las pautas que ella misma establece y esa es la única verosimilitud que se le pide, no parece un ejercicio voluntario de estructura onírica sino simplemente una chapuza en algunos aspectos y una serie que va perdiendo el norte cual stark. Queda seguir disfrutando muchas de las escenas en si mismas
Una cosa es omitir las partes que no aportan a la construcción de la historia, y otra muy diferente que una trama que en gran parte basa los giros de guión en problemas de estrategia militar, rompa sus propias reglas y sea incoherente consigo misma.
De la misma forma, no pido que la vestimenta sea perfectamente acorde al nivel tecnológico de la sociedad que se describe, pero me molestaría que hubiera fallos evidentes de «raccord». La frontera entre la fantasía y la dejadez debería ser gruesa, y no nos engañemos, el asunto no es que Arya haya crecido y su personaje haya pasado a ser una foto fija de su personalidad adulta, sino que ya no haya libros en los que fijarse para saber cómo explicar con cierto detalle que de repente se le haya ido la pinza.
No son elipsis, son fallos.
Hombre de Paja a la vista.
Quién dice usted que quiere un acta notarial? El público que se queja? Será usted muy fan del final de Lost o de los Serrano? «Sí, es un sueño, y qué? Son ustedes unos tristes»?
Están abusando con atropello de la suspensión de credibilidad y plantando decisiones no ya erróneas (que eso nos vale y nos pasa a todos) sino absurdas.
Aquí a tope con John Difool, Neil Tyson y Tula de Salquarim.
No estoy de acuerdo para nada. En toda obra de ficción se establece una especie de contrato entre el autor y el espectador. En dicho contrato el autor puede poner toda la imaginación que quiera, desde magos y dragones o tiburones volando dentro de un tornado hasta un nerd saliendo con una supermodelo. Es obra del espectador aceptar o no ese contrato.
Lo que no puede ser es que una vez puestas las reglas estas se cambien a voluntad debido a la incapacidad del autor de hilvanar su argumento siguiéndolas.
Si en una obra de ficción, pongamos una comedia romántica que acontece en un escenario como nuestro mundo, para lograr resolver el enredo en que se ha metido el protagonista necesita la ayuda de los Pitufos en su escena final, está claro que ningún espectador entrará en el juego. Si los Pitufos forman parte del argumento desde el principio, no se viola ninguna norma antepuesta y el espectador lo aceptará si ha entrado en el juego desde el principio.
En el caso que nos ocupa, el episodio 6×07 de Juego de Tronos, sencillamente está mal resuelto ya que no se puede explicar con elipsis. El escuadrón suicida no puede haber estado ni 12 horas en peligro desde que mandó a Gendry a Guardiaoriente hasta que aparece Dany con sus niños para salvarles. Sobre todo porque, al parecer, se le indicaron las coordenadas GPS para que una persona que en su vida ha estado al norte de Rocadragón los encuentre en ese pequeño lapso de tiempo.
Y el problema, a mi entender, es que era muy fácil de resolver esa situación con idéntico desenlace. Desde hacer que Daenerys se impaciente y tema por su (casi seguro) pretendiente y decida ir al norte con sus hijos para ver qué pasa mientras estos aun están de caminata y que, por lo tanto, se encontrase en Guardiaoriente cuando llegó Gendry con las noticias. Listo, se acabó el problema y no se rompe el contrato para nada. Y esta es una solución que se me ocurrió en cinco minutos, me parece increíble que con el equipo de guionistas que hay nadie haya dicho que lo que hicieron es una barbaridad.
Si fuese una producción amateur hecha con cuatro duros se podría disculpar, pero esto es un superproducción con presupuestos de más de 6 millones de leuros por capítulo (algunos de ellos, como este mismo). Siendo además una serie que casi se ha convertido en religión, qué demonios se esperaban.
Espero que el argumento de que, como es una serie de fantasía se puede hacer lo que se quiera, no aparezca Darth Vader a luchar con los Caminantes Blancos…
En realidad, los cuervos de ese mundo saben encontrar al destinatario esté donde esté. Pero como es algo que Martín puso desde el principio lo aceptamos como verosímil.
Lo que no es de recibo es que el vuelo que le hubiese llevado muchos días (incluso semanas) lo haga en diez minutos.
El caso de la aparición por segunda vez de Benjen en el último momento, pese a que no me gusta porque repite una situación límite ya mostrada dos veces con anterioridad, sí que puede tener una explicación lógica. Dentro del mundo de Canción de Hielo y Fuego, claro.
El que esté a medio camino entre los vivos y los muertos es porque los niños del bosque y el Cuervo de Tres Ojos lo ingresaron de urgencia y pudieron salvarlo, aunque con graves efectos secundarios. Uno de ellos es la conexión que tiene con el CdTO (ahora ya Bran) y que es el que le envía ya que sus poderes le permiten ver presente, pasado y futuro en cualquier lugar de Poniente.
Lo dicho, no me gusta que se use por tercera vez el mismo recurso, pero es viable con las normas puestas con anterioridad.
Para nada de acuerdo. Las elipsis son un recurso excelente y necesario, pero en juego de tronos no están bien echas.
Si me metes 100 planos de distintos paisajes, intercalados con largas conversaciones, dando a entender que los personajes van muy lejos, luego no pretendas que me crea que el recorrido inverso se hace en una hora.
Si estoy narrando visualmente una historia en la que voy de Madrid a Berlín en coche y me tardo 8 horas, por más elipsis que meta me van a decir que soy un ígnaro rampante, que se tarda muchísimo más aunque vayas en un bólido del futuro. Pero vamos a suponer que no son Madrid y Barcelona sino Madragón y Berlinaria del Rey, y que voy en cuervo y vuelvo montado en un dragón flamígero en lo que dura un parpadeo… y me dirán lo mismo aunque meta diez elipsis por minuto, porque el sentido de la distancia construido previamente en el relato, en decenas de capítulos bien cuidados, en el imaginario del esquema fantasioso, en la estructura propia del relato original, no lo borra ni esa ni ninguna figura de la magia del cine. Es una realidad que se le ha bridado con cariño al espectador (o al lector, que pal caso da lo mismo) y que no se desmonta porque un día te apetece. Así que lo de Juego de Tronos con sus espacios, sus distancias, es una cagada monumental y llamarlo de otra manera es justificar la mediocridad del guión con excusas de escritor descuidadete.
Claro, es cierto lo que comentas, y precisamente algo que comentas es quizá el mayor fallo de esta temporada. Quizá una de las mayores confusiones de gran parte de los espectadores es estar quejándose sin saber exáctamente de qué se están quejando. Porque creen que el problema está en que tengan que poner demasiado de su parte en la suspensión de la incredulidad con determinada elipsis o determinado raccord, pero no es eso lo que les está afectando.Claro que las elipsis son necesarias y más en esta fase del relato, pues es concluyente. Estamos al final del viaje. Claro que el tiempo y la distancia en ficción son relativas a las necesidades dramáticas. Lo que sucede es que estás basando tu análisis en lo que la gente dice. Y vamos, el público general no suele estar muy puesto en el por qué de lo que una ficción le transmite. La séptima temporada de tronos me está gustando, pero el fallo generalizado es evidente. Una elipsis te puede aportar algo, pero también te lo puede robar. Ya no hay grandes viajes (interiores) que seguir. Ni habrán grandes cambios madurativos en los personajes en la conclusión. Nada que implique un largo y justificado viaje. Pero el error es queno tormarse la propia acción y la aventura como algo que también necesita de ser narrado y de unos códigos para ser narrado, provoca efectos. Ya no se trata de lo verosímil que sea algo o deje de serlo. De lo que estamos hablando es de que el acelerón narrativo tan in extremis afecta a la transmisión emocional. Pongamos un ejemplo: si vemos huir a Gendry, y en su siguiente aparición ya está en el muro, no ha habido nada que nos transmita desasosiego, lucha, coraje… Lo visceral también necesita ser narrado. Si la elipsis hace que vayamos tan sólo de un evento épico a otro, no hay lugar a que se establezcan conexiones de empatía y conexión con lo que están viviendo los personajes. Es decir, el drama no se alimenta. El cambio de ritmo en la serie ha sido gigantesco, y aunque está justificado en su mayor parte, tiene evidentes connotaciones negativas la manera tan abrupta en la que se está ejecutando. Es evidente que no hubiera pasado nada si esta temporada se hubiera acercado a los 10 capítulos. Y no por ello hubiera sido aburrida o sobrante de metraje. En absoluto. Dígase que estoy de acuerdo con tu análisis sobre lo exagerado de la búsqueda de verosimilitud en la opinión pública. Pero ya te digo, estoy seguro de que ese no es el problema de fondo. Y hay que saber identificarlo. Saludos y gracias por el artículo.
Muy bien lo de los sueños pero uno espera cierta coherencia. Si primero se tarda media temporada en hacer un recorrido y luego se tarda un instante de un capítulo la cosa rechina. Además, es bastante absurdo porque había recursos suficientes. Por ejemplo: Brandom prevé la situación de John más allá del muro (que para algo tiene poderes) y anticipa el envío del cuervo a Roca Dragón. Soy fan de la serie pero eso no me debe convertir en un adorador ciego.
En este caso y aún entendiendo lo que dices, yo disfrutaba la historia por esa apariencia de verosimilitud en la que los guionistas no se notaban.
Ahora todo es demasiado rápido, mágico y adecuado. Planes absurdos salvados por que sí. Escenas de tensión que dejan de serlo al notar que se va a salvar porque es el prota, y punto. En los libros y serie se ha ido construyendo una coherencia que ahora se dinamita en aras de la emoción. Disfruto lo que veo pero cambiando el chip. Y haciéndome esperar los libros para volver a la coherencia interna que tanto me enganchó.
Ojala el único problema de esta Séptima Temporada fueran las faltas de lógica. Las actuaciones cansadas, dialogos flojos, incoherencias argumentales, ¿también son parte de un sueño? ¿Por que no se sucitaron estas quejas en las primeras Cuatro Temporadas?
«Quejas cuando el espectáculo ha acabado. Después de las emociones».
No, Quejas DURANTE el espectáculo, precisamente porque no llega a despertar las emociones.
Cuando presenciamos una obra de ficción, los espectadores estamos dispuestos a suspender la lógica de la realidad para entrar en una lógica fantástica, a veces absurda, pero que tiene su propia urdimbre de espacio y tiempo. Nos creemos los dragones, las personas que no arden, los que resucitan, los muertos que caminan y luchan, los cuervos mensajeros y de tres ojos, la magia, los magos. Nos lo tragamos todo, porque la historia tiene una coherencia interna.
El problema surge cuando, después de seis años, seis temporadas de una historia, de pronto la coherencia interna de la historia se rompe sin motivo alguno. Ni caballos, ni hombres corriendo, ni barcos, ni cuervos, nada sigue el ritmo de los seis años previos, y tampoco se nos ofrece una razón, ni real ni mágica para tal cambio.
La intensidad dramática de la historia, con la coherencia con la que se han trabajado los personajes y su evolución, se esfuma. Dos hermanas, una asesina entrenada en la mentira, la ocultación y en reconocer la mentira, y otra que se supone a madurado en una corte de embusteros que lo traman todo, se enzarzan en una discusión infantil donde su supuesta inteligencia y preparación y empoderamiento femenino se caen por los suelos.
La batalla en el lago es un calco de la batalla de los bastardos, y desde el primer momento se sabe que es sólo una excusa para que aparezca Daenerys con los dragones. El propio director del episodio lo reconoció, que el guión era inverosímil. Los muertos, que ya están muertos, sólo tienen que amontonarse para llegar a la isla. Detalles como estos impiden al espectador emocionarse, porque se nota el artificio, la incoherencia.
La muerte del tío Benjen se nos presenta absurda. Bastaba una sola frase: «El caballo no podrá con los dos». En cambio se nos presenta el ridículo «No hay tiempo».
Se necesitaba que un dragón muriese y pasase a manos del Rey de la Noche, pero a estas alturas ya no sabemos si hay alguna razón en la trama que realmente lo justifique o sólo se va a quedar en una complicación sin sentido para darle más «emoción» falsa a las peleas que vendrán. O dicho de otro modo, en esta temporada da la impresión de que los guionistas han perdido el rumbo y se están limitando a hacer «una americanada» con mucho chim, pam, pum al estilo de las estúpidas películas de super héroes y perdiendo la sustancia, la densidad emocional que venían acumulando durante seis años.
O recuperan esa coherencia, esa sustancia, en la última temporada, o va a ser la mayor cagada en la historia de la televisión.
Yo creo que están deseando acabar la serie y van a toda leche. Desde luego, se nota que la historia ya no se sostiene en George R. R. Martin (un novelista) sino en un par de guionistas.
No me importa si es verosimil que un dragón echafuego surquueo los cielos o que alguien sea capaz de usurpar la conciencia de un cuervo. Lo que me resulta dolorosamente inverosimil es la comedia romántica en la que se ha convertido la relación Snow-Danny (nótese ironía en el apelativo de la madre de dragones). Por otro lado, a pesar de la violencia, me gustaba disfrutar del JdT de las estrategias y las sorpresas más descabelladas, no de la previsible Jungla de Cristal 7, que contiene muchas explosiones forzadas y ningún argumento que lo sostenga. Sr. Meléndez de su opinión, pero no me trate con condescendencia; entiendo que la lógica no tiene porque formar parte de esta serie, pero las críticas no van exactamente por ahí.
Mmmm…sí pero no…
Como lector y espectador fiel..creo que en esta temporada se rompe un ritmo que se había llevado en las otras 6 temporadas…claro, que yo tampoco era de los que se quejaban de que nunca pasaba nada y que la serie era lenta.
Añoro al Tyrion más ingenioso, el diálogo con Varys mientras hablan de sus experiencias como Mano del Rey me parece de bajo nivel para esos dos fenomenales personajes.
La idea de Tyrion de traer un muerto, me parece mala…solo espero que el último capítulo depare alguna sorpresa de las buenas, retorcida, claro está.
Si es un sueño, que sea todo un sueño…
De lo que se trata es de que no se hagan trampas en elguión para que todo cuadre, que dentro del universo creado, sea o no de fantasía, la estructura narrativa tenga coherencia. No se trata de que sean científicas las historias, o que sean en el mundo real, de lo que se trata es que tenga coherencia en esa realidad que nos cuenta. Si esa realidad que nos cuenta es un sueño, entonces sí tendría esa coherencia en la historia, pero no se trata de un sueño. Bueno, lo de «desperté era todo un sueño» tambien es un recurso típico cuando no se sabe como cerrar una historia.
Juego de Tronos perdió esa coherencia, también perdió algo que la hacía especial, y es su carácter desmitificador de la fantasía épica. No había héroes claros, los buenos y malos no eran binarios. Ahora eso se ha ido al carajo
No es sólo el asunto del tiempo. En el episodio 6, cuando los dragones (Danny se lleva a los tres, no sólo a uno de ellos como hace cuando ataque al ejército Lannister) se enfrentan al ejército de muertos, se suceden los actos incomprensibles:
– ¿Por qué no acaban con todo el ejército?
– ¿Por qué no atacan a los jefes, al Rey de la Noche?
– ¿Por qué decide el Rey de la Noche matar a uno de los dragones que vuela en lugar de hacerlo con el que está en tierra?
– ¿Por qué se entretiene Jon Snow matando un puñado más de muertos?
– ¿Por qué no funden los dragones el hielo para ganar tiempo?
– ¿Cómo consiguen los muertos atar con cadenas al dragón hundido para sacarlo? ¿De dónde las han sacado?
Me temo que las respuestas en todos los casos son la misma: porque me estropea el guión.
Quiza, sea más simple, y no por eso menos preciso, comprender que las últimas temporadas carecen de la gran base argumental que le proveía los libros de la historia original; haciendo que el relato propio de los guionistas sea cada vez mas permeable. Hay un cambio de calidad notable…
Cuantas mas incosistencias nos surgen en una ficción, más nos cuesta sumergirnos en una fantasia. No necesitamos que un argumento sea científicamente comprobable, alcanza con que sea convincente o posible en nuestra cabeza…. o, mas importante aún, que la fuerza del relato haga que la inconsistenciano nos estorbe o no la notemos. Esa es la magia del autor.
El público quiere «sentir» emociones y da igual si se consigue con un acta notarial o con un haiku. Y en este caso en particular se acostumbró al público a un estilo de relato que parece no pueden sostener sin la base original. A esta altura el público no quiere saber quién termina en el trono de hierro, sino cómo. De otra forma, seria irrelevante si se consigue arriba de un dragón o con un ejercito de no muertos…. un momento, existen los dragones y me estoy cuestionando el paso del tiempo? Qué esta fallando acá: mi incapacidad de seguir fantaseando o tu impericia para mantenerme en el ensueño? Pareciera que algo llamado calidad… se fue perdiendo; no pretendas que me asuste un gatito cuando vengo viendo leones… o por lo menos no me hagas notar que siempre fueron gatitos.
Suerte.
Cierto, las elipsis temporales son un recurso y, como todo recurso, bien utilizado cumple una función narrativa. El problema es que en esta temporada ese uso casi ilimitado de las elipsis no hace otra cosa que empeorar todavía más la percepción de los espectadores, uniéndose a unos diálogos cada vez menos trabajados, personajes con un desarrollo muy desigual (caso especial de un Jon Snow cada vez más plano) tramas muy simplificadas …
El resultado de todo esto, un telefilm cutre en cuanto a guión con un acabado de superproducción cinematográfica. Los seguidores de la serie se esperan algo más que lo que nos han ofrecido este año. No se trata de utilizar una u otra técnica, se trata de emocionar, empatizar y sorprender, y de eso… no hay ni rastro.
En dónde quedaron las sensaciones que sentimos con el último capítulo de la sexta temporada? De los anhelos de esas sensaciones vienen estas críticas. Quien quiera que tome nota.
La elipsis es el favorito de mis recursos.
Es magnífico cuando se emplea para sugerir y es vulgar cuando se emplea por motivos mundanos como la falta de tiempo.
Tras seis temporadas sin apenas elipsis por fin podemos disfrutar de su abuso…