El Italo disco pervive en Ciudad de México

11 de febrero de 2014
11 de febrero de 2014
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Un pantalón de genio recién salido de la lámpara con lentejuelas, una camisa  dorada con un tigre impreso, un cinturón con tachuelas y botas altas, guantes blancos y una máscara con plumas. Smufer se pone la gabardina negra, está listo para la fiesta Hi-NRG.

El Hi-NRG es freak y autentico en México. Cada personaje que va a bailar es un espectáculo único con una historia que contar; es un voyeur y un exhibicionista. Las fiestas son especiales porque no se puede reproducir el ambiente a voluntad”, dice David Dávila, director de Discolocos, el primer documental sobre italo disco.

Esta escena musical en México -también conocida como Italo disco- es única en el mundo: por los centenares de personas que participan en los eventos desde hace 30 años, por la estética de los aficionados, por los pasos ensayadísimos, por una forma femenina de bailar, por las luces, por los círculos de baile. Porque si no hay vinilos, no es lo que se dice que es.

Pero, ¿qué es el Hi-NRG? El documental surgió cuando hace seis años Dávila se hizo esa pregunta, quiso encontrar información y no había gran cosa. Y empezó a investigar hasta convertirse en un discoloco.

Discoloco es como se llama el fanáticos del Hi-NRG, un género que no se puede llevar de manera laxa, que sólo se entiende de forma extrema, un estilo de vida, un personaje propio. Un discoloco es Alan Cornish, alias Smufer, uno de los tres protagonistas del documental, junto con su padre José Luis, alias Puka, y con el músico Pascal Languirand, conocido como Trans X y autor de la canción Living on video, emblema internacional del Hi-NRG.

Dávila construye la historia alrededor de ellos: una familia de clase humilde que no se pierde un evento, que se viste para la ocasión, que se fabrica su ropa, en la que el hijo ama un género que le enseña su padre, uno de los mayores coleccionistas de propaganda de Hi-NRG del mundo, con 45.000 pasquines de fiestas.

Pero hace tres años, Smufer se enfermó de cáncer cerebral y el director decidió parar el rodaje. Para animarle, David pidió a Pascal Languirand que le  grabara un vídeomensaje y le preguntaron cuál era su sueño. «Ver el mar», dijo el adolescente.

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Le llevaron a la playa Pie de la cuesta, en Guerrero, en diciembre pasado, justo cuando el joven discoloco les dijo que se había curado de su enfermedad. Dávila retomó el proyecto con el viaje a la playa. “Smufer Se enfocó en el Hi-NRG para curarse”.

Ahora el proyecto está en fase de posproducción: tiene que reducir 100 horas de material a un documental, realizado en coproducción  de Living On Film (México) y SvenskaFilmstudion (Suecia), que presentará en diciembre de 2014.

La elección de los Cornish no es casual: este estilo de música es propia de las clases humildes de Ciudad de México, particularmente del oriente de Distrito Federal y de algunas localidades de Estado de México. “Esta escena se reproduce en círculos sociales marginados”, dice Dávila. “Yo no soy de clase obrera, pero mi primera cualidad es establecer nexos”, explica el documentalista en una oficina en la colonia Agrícola, al sur de la capital de México.

El tercer personaje del documental es el canadiense Pascal Languirand. Trans X lleva cinco años en México y es el artista más representativo de la escena. Languirand lleva sus flyers, canta, baila, mezcla en directo.

Languirand es el artista favorito del director del documental, que hace tres años que sólo escucha Hi-NRG. “Es el único de los artistas que conozco que hace su show en vivo. Por eso, es el único que puede regresar el género”.

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“Disfruto mucho de mi show ahora, es un tributo al género, con las mejores canciones dance,  y con sintetizadores analógicos que tienen 30 años, es algo nuevo, pero es algo vintage.  Ahora, Daft Punk nos ayuda mucho”, explica este artista de largo flequillo rubio platino, que no se quita las gafas de sol salvo para dormir.

Una vez, Dávila visitó a Pascal en su casa, abrió su armario y se encontró con toda su ropa era negra. “Tú sí que eres como Batman”, le dijo el admirador.

Y si esa es la persona, ¿dónde está el personaje? “Todo el tiempo soy mi propio avatar”, dice Languirand.

Uno de los grandes espacios para este baile este género en el país es la discoteca Patrick Miller, en la colonia Roma de Ciudad de México. Es un lugar donde la gente baila en el centro de los círculos y muchos miran. El espectáculo está tan garantizado que sólo se sirve cerveza. El objetivo no es salir ahogado en alcohol, si no disfrutar de la música y de gente que, si les preguntas, ensayan hasta seis horas semanales para ir al Patrick.

Pero Dávila es crítico: «El Patrick Miller es como el McDonald´s del Hi-NRG, las fiestas auténticas se dan en los barrios«.

Discolocos acervo foto Familia Cornish

Discolocos acervo foto Pascal Languirand

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