A la humanidad le llevó muchos años conseguir que una necesidad fisiológica como el comer se convirtiera en una experiencia multisensorial que trasciende al gusto y al olfato. Mucho tiempo también (aunque no tanto) pasó desde que los antiguos griegos se convirtieran en pioneros, a la hora de hablar de cultura gastronómica, hasta la eclosión de la llamada nouvelle cuisine. Los chefs que abrazaron este estilo entendían y respetaban la sencillez y la naturalidad de las recetas de toda la vida. Aunque no rehusaron añadirles su toque a través de la innovación y la experimentación.
El intercambio cultural y de conocimiento se ha convertido en esencial para los maestros de la cocina actual a la hora de alcanzar la excelencia culinaria. De ahí que el concurso para estudiantes de arquitectura, International Gastronomic Center, organizado por Arquideas, se haya propuesto la construcción de un espacio donde pueda producirse ese trueque cultural a través de la gastronomía. En él, los chefs dispondrán de espacios dedicados a la innovación y la formación, así como otros destinados a fomentar su creatividad. El edificio, además, debería albergar espacios destinados al público en los que poder impartir conferencias y cursos, y, de esa forma, dinamizar la actividad gastronómica de la ciudad.
De todas las propuestas presentadas, Whipped Stream, de Viktor Nilsson y Pierre Maccario, se alzó con el primer premio.
Whipped Stream propone a los chefs y visitantes un viaje vertical por el arte de la cocina. Imaginación, Práctica y Resultado son los tres estadios en los que se estructura esta aventura. En el área destinada a la imaginación y la inspiración, todo está dispuesto para probar, oler, sentir y entender cómo ‘funciona’ cada ingrediente. «Solo con un conocimiento profundo de cada uno de los elementos que intervienen en el proceso es posible hacerse una idea de lo que podemos conseguir», explican Nilsson y Maccario.
La segunda, el área de la Práctica, es donde las ideas deben transformarse en un plato real. Es también el lugar ideal para influir y dejarse influenciar por inputs de los demás. «A través de enfoque, el trabajo duro y paciencia uno puede finalmente terminar con un producto gastronómico único que se puede compartir en la etapa final.
Esa etapa final, la de los resultados, tiene su sitio en la parte superior del edificio. Es allí donde se presentan los ‘trabajos’ y se comparten con los demás»
Cada uno de los estadios disponen de dos líneas, una para visitantes en la que se desarrollan diversas actividades, y otra para chefs, más íntima, donde pueden realizar su trabajo con mayor concentración. Entre ambas, no obstante, existe un espacio para la interactuación.