La cocina japonesa es casi una religión. Nada que ver con esos take away que conocemos a este lado del mundo ni con restaurantes en los que si saludas con un nihao te responden encantados, porque quienes están al otro lado de la barra tienen más bien poco de japoneses. Y como en toda religión, hay quien muestra su pasión de formas más creativas. Es el caso de Takayo Chiyota.
Esta joven chef e ilustradora es una itamae, es decir, una cocinera especializada en cocina japonesa -no únicamente sushi, aunque en esta parte del mundo se identifica el término con eso-.
Da la casualidad de que, en este caso, trabaja especialmente con sushi, para ser más concretos, con maki sushi (esos rollos de arroz envueltos en alga que se corta en porciones del tamaño de tu boca)
¿Qué hace tan especial su trabajo? Dejando al margen la calidad del producto o el sabor, su aportación al centenario arte de la preparación del sushi es el aspecto visual. Si normalmente el sushi en toda su variedad es colorista, rompedor y alegre en lo visual, en su caso esto se eleva a la máxima expresión: ella es conocida por su talento a la hora de ‘dibujar’ con los maki.
Sus armas son pocas: arroz, algas y colorante. A veces también ingredientes que usa por su sabor… pero también por su color. El resultado: desde comerte un ‘me gusta’ de Facebook, hasta un retrato de Vermeer o el mismísimo Grito de Munch.
La pregunta es: ¿influye el aspecto de la comida en lo que la disfrutamos? Porque muchas de estas creaciones resultan divertidas y apetitosas, pero otras…
Fuentes de las imágenes: Foodiggity, Firstweeat, Nifty, Konbini