«La mejor tipografía es aquella que es invisible»

Para Lucinda Morrissey, profesora de la Facultad de Artes y Comunicación en la Universidad Europea, una tipografía es «el arte de organizar las fuentes para hacer un lenguaje visible, capaz de envolvernos en multitud de formatos y transmitir todos los mensajes necesarios para nuestra compleja vida moderna». Justo sobre esta materia imparte clase en el Grado de Diseño de la Universidad Europea.
De origen británico, está graduada por la Central Saint Martins de Londres, donde también estudió el tipógrafo Eric Gill, diseñador de la fuente Gill Sans en 1930, vive y trabaja en Madrid desde 1991.
P. ¿Para qué sirve una tipografía? ¿Cómo nos influye?
Según el poeta canadiense, tipógrafo y autor Robert Bringhurst, «la tipografía tiene al menos dos tipos de sentido… visual e histórico. La parte visual de la tipografía está siempre visible y los materiales para su estudio son muchos y están muy difundidos. La historia de los diseños de letras y de su uso también es visible para los que tienen acceso a manuscritos, inscripciones y libros antiguos, pero para los demás está oculta en gran parte…»
P. ¿Cuántas familias tipográficas existen?
Las fuentes del siglo XV se han diseñado, copiado y rediseñado hasta alcanzar la gran cantidad de fuentes disponibles en la actualidad. La clasificación más sencilla sería serif y sans serif, pero obviamente existen muchas otras posibilidades (cronológicamente, por atributos formales, influencias, sistemas, etc.).
P.¿Cómo se diseña una tipografía? ¿Qué aspectos se tienen en cuenta?
Inicialmente las tipografías fueron diseñadas y realizadas por grabadores e impresores, las primeras fuentes fueron una continuación de los manuscritos de los escribas. El diseño de una fuente requiere prestar mucha atención a detalles intrincados que más tarde no se percibirán, por ejemplo, para garantizar que ciertas combinaciones de letras (fi, ff, fl, etc) no choquen se incluyen ligaduras. El diseño de cada carácter requiere un gran control de los muchos atributos que componen la forma de una letra. En primer lugar se diseñan los caracteres clave (letras, números o símbolos) y el resto se crean utilizando los atributos establecidos con muchos pequeños retoques. De hecho, diseñar una verdadera buena fuente puede llevar mucho tiempo.
P.¿Cuál es el criterio a la hora de elegir una tipografía u otra? ¿Qué tipografía es la más adecuada para un currículo, para una tarjeta de presentación, para una invitación de un cumpleaños o boda, para un informe laboral…?
Hay fuentes diseñadas para situaciones específicas. Un buen diseñador debe ser consciente de sutilezas como que la sans serif es más legible en la distancia y en formato digital, pero demasiado mecánica para leer cómodamente un libro, para el que se prefiere la serif; o que hay otras fuentes más flexibles. Una fuente tiene que estar completa y tener todos los caracteres, números y símbolos necesarios para un trabajo, hay que tener cuidado porque muchas fuentes gratuitas están incompletas. Por último, cada tipo de letra tiene una personalidad que puede ser seria, frívola, de referencia histórica, decorativo… ¡Un mundo complejo y fascinante donde florecen los geeks de la tipografía!
P.¿Cuándo una tipografía tiene éxito?
Una fuente se convierte en un éxito cuando cumple con lo que se requiere de ella, pero esto es más fácil decirlo que hacerlo. La tipografía a menudo pasa inadvertida pero, curiosamente, la mejor tipografía es aquella que es invisible, tan apropiada para el trabajo que pasa desapercibida.

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Patrick Thomas

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