Las sirenas de tierra y mar de Sara Fratini

Las que viven bajo el agua tiene cola de pez y «leen libros acompañadas de animales acuáticos que suelen ser sus confidentes». Son muy similares a las sirenas de tierra salvo que estas últimas «suelen viajar a otros mundos». A unas y otras, el pelo se les enreda con facilidad por la multitud de recuerdos que guardan en ellos. Y todas ellas son soñadoras, lectoras empedernidas y espíritus libres, «lo que las hace seguras, felices y decididas».

Las sirenas de Sara Fratini tienen mucho de autobiográficas. «Algunas son como yo y otras son, sencillamente, como quisiera ser». Son sobre todo reivindicativas porque, después de una adolescencia obsesionada por adelgazar para cumplir con los cánones de belleza imperantes, Sara se dio cuenta de que eso no iba con ella. Y justo, entonces, nacieron las sirenas. «Por suerte, la sirena a la que no le importa lo que piensen los demás salió a flote. Todas ellas son la presentación divertida de lo que pienso».
Aunque su obsesión por el dibujo no nació durante su pubertad. Años atrás, Sara ya iba cargada a todos lados con una bolsa llena de pinturas y un cuaderno. La acompañaba donde quiera que fuera y, aunque por su culpa («y mi torpeza») se tropezó más de una vez, nunca la dejaba en casa. «Dibujaba siempre. A veces me gustaba jugar a hacer dibujos más grandes y pegaba muchas hojas que luego recortaba en forma de personas, amiguitos de papel. No sé qué tan grandes hayan sido realmente, pero yo los recuerdo de mi tamaño».
De su Venezuela natal viajó a Madrid. Allí estudió Bellas Artes para tratar de dar respuesta a una pregunta que rondaba su cabeza desde que tenía uso de razón: «¿Se podría vivir de algo tan divertido como dibujar?».
«A pesar de que en Bellas Artes no hice nada de ilustración, la base de dibujo de la facultad me dio todas las herramientas para ir por el camino que quisiera. Así que después de mucho tiempo de búsqueda, incluso cuando no sabía que estaba buscado algo, nacieron las chicas y sirenas que hoy dibujo».
Confiesa haberse resistido a ellas al principio porque seguía pensando en ser artista plástica, «exponer en galerías y esas cosas que sueñas cuando estudias Bellas Artes». Por suerte, las sirenas fueron más fuertes, tanto como para conseguir que la mano de Fratini las siguiera dibujando pese a no acabar de estar muy convencida de ello. «Siempre me había gustado la ilustración así que por qué resistirme a ella».
Ahora Sara ha reunido algunas de las últimas viñetas protagonizadas por sus estos personajes femeninos en un libro La buena vida, editado por Lumen. «Muchas de ellas ya han sido ya publicadas en mis redes sociales, pero otras tantas son inéditas. Están casi todos mis monstruos. Todo el libro tiene una visión muy femenina, optimista y mucho humor».
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¡Gracias por la pista, Giulio Vita!

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Patrick Thomas

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