El mundo está cambiando, también el de las relaciones. Uno de los cambios más evidentes es que cada día hay más singles. Un simple vistazo a la calle puede constatarlo, y otro a la librería puede darnos pista de por qué se está produciendo. La periodista Kate Bolik escribió en 2016 un ensayo de título sugerente que arrasó en medio mundo. Solterona, la construcción de una vida propia (editorial Malpaso) mezcla experiencia propia con datos y estadísticas sobre la soltería. Bolik analiza cómo las falsas expectativas y las ganas de encajar en la sociedad lastran la capacidad de muchas mujeres para construirse una vida creativa y profesional rica.
De estadística tira también Bella DePaulo, profesora del departamento de Psicología de la Universidad de California. Esta investigadora comenzó su particular cruzada en 2007, cuando empezó a pregonar que la soltería está llena de prejuicios cimentados sobre estudios científicos poco rigurosos. DePaulo argumenta que en todos los estudios que comparan la vida de solteros y casados (y en los que siempre se acaba loando a estos últimos) solo se tienen en cuenta las parejas que aún están juntas. Y eso es una muestra poco representativa.
En los países occidentales, más del 40% de los matrimonios acaba en divorcio, una cifra que se dispara hasta el 60% en España. «Es obvio que muchas de esas personas no se volvieron más felices o más saludables como resultado de su matrimonio. De hecho, la mayoría terminaron siendo menos felices que cuando estaban solteras», afirmaba en una entrevista con El Español.
En 2018, la periodista Catherine Gray publicó un libro sobre cómo su búsqueda de la felicidad la llevó a tomarse un año libre de citas. El título lo dice todo: The Unexpected Joy of Being Single (La inesperada alegría de estar soltera).
La sociedad lleva siglos generando mitos en torno a las singles, estereotipos que no sirven para dibujar una realidad tan diversa como estimulante. El mundo de la cultura y el periodismo está experimentando un impulso para reflejar a las personas solteras como realmente son: seguras, satisfechas y empoderadas. La labor de estas ensayistas y sociólogas ha ayudado, pero en el camino han aparecido aliados inesperados.
El auge de las aplicaciones para ligar y la revolución que se está viviendo en la industria de la juguetería sexual parecen confirmar lo que los números ya venían diciendo desde hace tiempo. Las singles están aquí para quedarse.
LELO es un exponente de este cambio. El fabricante de juguetes sexuales de lujo es pionero en el diseño y la tecnología de estos artilugios. Y un vistazo a sus productos más vendidos (Sona 2 cruise y Soraya 2) da una idea del cambio al que se enfrenta el sector.
La masturbación femenina ha sido un tabú durante décadas, algo que, si se practicaba, se hacía en el más estricto silencio. Pero en los últimos años, la revolución de las solteras parece haber cambiado también este extremo. Las mujeres también se masturban. Y lo hacen alegre, orgullosamente.
Este cambio de paradigma ha producido un cataclismo en el mercado. El porno (al menos algunos sectores del mismo) se ha abierto al feminismo, a reflejar otras miradas y sensibilidades. La juguetería sexual ha empezado a investigar en el placer femenino, encontrando nuevas y revolucionarias maneras de encontrar placer.
Sin embargo, en este aspecto sigue habiendo un sesgo a la hora de publicar y analizar los datos. Una simple búsqueda en Google lo confirma. Al preguntar «cuántos solteros hay en España», el buscador arroja datos sobre hogares unipersonales, viudedad y soledad. Este enfoque mete en el mismo saco situaciones y problemáticas bien diversas. Y contrasta con otros estudios como el de la consultora Mintel, que asegura que el 61% de las mujeres solteras en 2017 estaban contentas con su estado.
Lo cierto es que la mayoría de las singles jóvenes de España no viven solas y ese sí es un problema bien real. Ser soltera sale más caro a la hora de alquilar o comprar una casa, a la hora de ir al supermercado o incluso a la hora de conciliar. Tiene muchos inconvenientes reales sobre los que no se está poniendo el foco. Pero también muchas ventajas.
Las ventajas también se encuentran en el terreno sexual, algo que hasta ahora había sido ignorado por la industria. La revolución single ha puesto el placer femenino en el foco de la investigación empresarial, desembocando en nuevas y revolucionarias formas de placer. Puede que el mejor ejemplo lo tengamos en el SONA™ 2 Cruise, una nueva sensación para alcanzar un nuevo tipo de orgasmo. Muchas lo consideran el mayor avance de la última década en la búsqueda de nuevos orgasmos. Esto es posible gracias a la tecnología SenSonic™ , que estimula más áreas del clítoris que nunca antes. Lo hace además con un diseño ergonómico y características que lo hacen más práctico, como ser resistente al agua.
Pero la existencia de este aparato no es tanto una conquista tecnológica, como una de carácter ideológico. El placer se ha enfocado siempre desde una óptica masculina, por eso los juguetes sexuales se centraban en el orgasmo vaginal, olvidando el clitoriano (a pesar de que muchos estudios destacan que el primero es menos frecuente y no todas las mujeres lo pueden experimentar). No se había investigado en la juguetería sexual femenina y si se había hecho era basándose en prejuicios muy alejados de la realidad femenina.
Los estimuladores de clítoris de LELO están cambiando el modo en el que las mujeres se relacionan con su cuerpo, sirven de lujuriosa arma en la revolución de las singles. Y les dan una razón más, una de peso, para permanecer felices y sin pareja.