Requisitos para ser el más gilipollas de Halloween

No falla. En cuanto hay alguien con intención de divertirse, salen cientos tratando de erigirse como estandarte de la pureza, la integridad y la dignidad. Y diciendo que te diviertes mal. Como yo soy uno de esos imbéciles, sé de lo que hablo.

El problema llega cuando se trata de una celebración como la de Halloween. Se me quitan las ganas de criticar por dos motivos. El primero es que cualquier excusa para festejar algo y vestirse de mamarracho me parece buena. ¿O es que es mejor limpiar nichos que cogerse una cogorza de Jager vestido de camionero zombi? La segunda es que si la celebración es pagana, además de entretener, alimenta.

En cualquier caso, si tu intención es pasar por gilipollas en la celebración del 31 de octubre, aprende los consejos de un maestro de la gilipollez: yo.

Convertirse en un insoportable cretino es relativamente sencillo. A mí, al menos, me sale solo. Sin embargo, por si andas despistado, estos son mis reglas de oro, las que no te fallarán en ningún caso.

1.- Critica la celebración de la fiesta por ser extranjera y pagana mientras degustas una refrescante Coca-Cola, a la vez que abres los regalos de Santa Claus que compraste en el Black Friday junto a tu árbol navidad adquirido en Ikea.

Y bueno, que la fiesta tiene origen celta y no hay nada más celta que un gallego. Ni nada más español que un gallego.

2.- Critica la celebración de la fiesta porque «asusta a la gente». Y todo desde un chiringuito con algunas tradiciones y prácticas bastante más macabras y espeluznantes que vestir a la chiquillería de zombi; desde un negocio que amenaza a sus clientes con arder eternamente en las humeantes llamas del infierno si no sigue los preceptos que dictan unos señores con ropajes extravagantes a partir de un libro de dudosa veracidad. Unos tíos que, antaño y de manera nada alegórica, quemaban a personas vivas.

3.- Critica la celebración de la fiesta por ser satánica. Da igual que todo el mundo tenga derecho a la libertad de culto. Si alguien quiere adorar a Pedro Botero, algo completamente personal, hazle ver que tu deidad es la buena. Hay cosas mucho peores: leer a Paulo Coelho, ver Anatomía de Grey o comprar entradas para 30 Seconds to Mars. Adorar a un tipo con cuernos no puede ser mejor ni peor que amar a un hippy con túnica. Si el satanismo es la explicación a los disfraces de bruja sexy, bombero sexy, madero sexy, zombi sexy o bailarina de strip tease sexy, me declaro oficialmente a favor.

4.- Elige el disfraz con criterio desafortunado. Para esto existen varias opciones de cagarla. Se puede optar por disfrazarse de víctima de un atentado terrorista. Otra posibilidad es la de seleccionar el atuendo de la víctima del crimen que despertó el debate más encendido acerca del racismo en tu país en los últimos años. Lo importante es que se note mucho que a tu sensibilidad se la suda todo.

5.- Reparte crudités entre los niños cuando tocan a tu puerta para hacer Trick or Treat. Trata de que se vayan aterrados pensando en dentistas con motosierra y dietistas aficionados al tofu. Diles que el azúcar es veneno y vuelve a tu fiesta de colegas con gintónics y farlopa.

6.- Escribe un post en el que se den consejos para ser el más gilipollas de Halloween. Ojo, no vale cualquier. Hay que ser muy gilipollas para esto.