La sobreutilización de la definición “Diseño Escandinavo” corre el riesgo de vaciarla de contenido, dice Tore Vinje Brustad. “Se ha convertido en algo un poco cliché, una fórmula reducida a combinar una serie de colores y materiales”, según el cofundador del estudio de diseño noruego Permafrost. Cuando Brustad y sus colegas fueron convocados para aportar su visión sobre la identidad nórdica en una exposición, optaron por hacerlo mediante la creación de una línea de juguetes, como ya adelantó Fast Company.
Previsiblemente, el estudio no huyó de sus raíces aunque decidieron centrarse en lo que consideran la esencia identitaria del país donde residen. «Lo que realmente nos interesaba era representar el verdadero espíritu escandinavo. La simplicidad, la modestia, la humildad y encontrar belleza en lo cotidiano. Este enfoque es quizá muy distinto de juguetes normales ya que normalmente no son muy sutiles. Supongo que la delicadeza escandinava no es algo que importe mucho a los niños”, explica Brustad a Yorokobu.
Las piezas representan elementos que han marcado el devenir económico noruego: los barcos, las plataformas petrolíferas, los helicópteros que ayudan a llegar a ellas, pero también elementos más tradicionales como las casas de madera, los pesqueros o los faros.
“Detrás de su apariencia inofensiva, los juguetes plantean quizá algunas preguntas silenciosas sobre la identidad noruega y su herencia industrial, pero tampoco nos importa demasiado si la gente está captando este contexto más amplio del proyecto. Queremos que cada uno cree sus propias historias con los juguetes y que disfruten de ellos sin tener que entrar en temas políticos si no lo desean», añade el diseñador.
Después de exponerse en el Museo de Arte Moderno de Louisiana, el estudio creó otras dos nuevas colecciones para el espacio que el gobierno de Noruega habilitó en el festival de diseño de Londres celebrado en septiembre. «La acogida fue tan buena que decidimos comercializarlos. En un par de semanas estarán disponibles en algunas tiendas y en nuestra web».
A pesar de su aspecto limpio y sencillo, el proceso de elaboración es más laborioso de lo que parece, explican desde el estudio noruego. “Algunas requieren asistencia de ordenadores. Se fabrican con una combinación de fresadoras de control numérico y fresadoras y torneado más tradicional (…) Hacer algo divertido y entretenido para una audiencia requiere trabajo duro y metódico”, defiende Brustad.
Desde el comienzo del proyecto, los creadores de los juguetes tuvieron claro que no querían encasillarlos. “No hemos querido decir nada sobre el público al que está dirigido. Pensamos que los niños y los adultos pueden disfrutarlos a distintos niveles”.
