Los Seniormeister: décadas de fidelidad a uno mismo

Todas las personas del mundo son jóvenes alguna vez. A partir de cierto momento, ese estado –que no es ni mejor ni peor que otro–, comienza a mutar hacia una nueva realidad en cada individuo. Solo unas pocas, las más intrépidas, se convierten en una canción de Bob Dylan y permanecen «forever young», jóvenes para siempre. Jägermeister ha seleccionado a dos de esas personas para que sean #Seniormeister, embajadores de la marca sin fecha en el DNI y los protagonistas del canal de YouTube de Jägermeister durante los próximos meses.

Las maneras de conseguir ese efecto son variadas y tienen que ver con la forma de afrontar el futuro, pero la que le ha funcionado a Inge Ladd, actriz y diseñadora de joyas, es la de cabalgar a lomos de la libertad más empoderante desde que era niña.

Por el trabajo de sus padres, su vida dio muchos tumbos. Dice que justo en el momento en el que se asentaba en algún lugar, su familia decidía mudarse una vez más. Así, comenzó a crecer en Singapur, donde su educación fue estricta, «muy basada en lo que podíamos y no podíamos hacer». Sin embargo, debido al calor, daba clases de 7.30 a 11.30 de la mañana disponiendo de mucho tiempo libre por las tardes. A esas horas, gozaba de libertad casi absoluta. Cuando sus padres no estaban –«ocurría a menudo»– y su cuidadora se ocupaba de ella, su vida se asemejaba más a la de un cuento de aventuras. «¿Has leído El Libro de la Selva? ¡Pues algo así!», explica.

Su llegada a Reino Unido en 1973 le sirvió para darse cuenta del mundo al que no pertenecía. «Era la primera vez que asistía a un colegio como tal. Yo seguía siendo yo y no quería cambiar. La única cosa a la que entendía allí era a mí misma», explica. En Reino Unido no había nada que ella percibiese cercano: ni el clima, ni la comida, ni la vivienda ni la cultura eran lo que ella había conocido. «Las personas de mi entorno y yo hablábamos el mismo lenguaje, pero no teníamos nada en común». Ladd se dio cuenta de que con pocos amigos y con una madurez que estaba por encima de la de los jóvenes de su edad, todo lo que quería hacer era ser libre.

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Así, ha avanzado a lo largo de cada día de su existencia. Disfruta con cada cosa que hace y piensa que los seres humanos tenemos miedo a la libertad porque no sabemos qué hacer con ella. «Nos pasamos todo el tiempo cuestionado dónde ir, qué hacer o con quién estar. La clave está en ir y venir cuando te plazca, en decir no a las estructuras rígidas», cuenta.

[pullquote]Inge Ladd y Doc Caribbean cuentan con una vitalidad e independencia inagotables que nada tienen que ver con la edad de sus carnets[/pullquote]

Su cuerpo tatuado es una especie de libro de bitácora de su vida. Ingle Ladd pasa a decorar su piel cada 5 años para recordar una historia ocurrida en una fecha muy concreta: el 25 de octubre. «Me recuerdo a mí misma lo que pasó con una sonrisa. Después de todo, aquí sigo. Las mariposas representan el cambio y las flores me recuerdan a Singapur. Me ponen feliz», dice.

La diseñadora reserva una parcela muy importante de su vida a la música. Intentó tocar el piano pero la cosa no cuajó. A cambio, los Stones, Bowie, Joni Mitchell o Guns n’ Roses la llevan de viaje casi astral y si tiene clara una cosa en la vida es que no tiene ningún miedo a envejecer. «Mi fecha de nacimiento es un número, pero ese número no me define en absoluto», resalta decidida.

Ladd comparte esa actitud con José Muñoz, ‘Doc Caribbean’, uno de los pioneros del skateboarding en España y el otro #Seniormeister de la marca alemana. Doc, como Inge Ladd, será uno de los principales protagonistas del canal de YouTube de Jägermesiter. El skater afirma que a pesar de sus 64 años se cuida a base de «seguir haciendo aquello que me gusta. La sensación de libertad que me produce montar en monopatín es difícil de expresar, pero se lee en mi cara».

[pullquote author=»Bob Dylan»]May you grow up to be righteous
May you grow up to be true
May you always know the truth
And see the lights surrounding you[/pullquote]

Mucho antes de este 2017, en los años 60, Doc ya rodaba por las calle del Madrid previo a la democracia De hecho, se recuerda desde siempre sobre ruedas. «En los 60, yo tenía siete años y patinaba con unos patines de aluminio, con correas y ruedas de metal que fueron de mi padre y que aún conservo. Como en aquella época no había nada parecido y poca gente patinaba, la reacción era de asombro y enseguida me preguntaban donde los había comprado».

Después, y gracias a que Doc Caribbean surfeaba en Euskadi, dio el salto de especialidad. «Un día entré en Deportes Todo, una tienda de la calle Preciados de Madrid. Vi lo que era una tabla con ruedas que giraban, con la que suponía que se podía imitar lo que se hacía con una tabla de surf. Me compré mi primer monopatín, un Sancheski 4 en madera de haya maciza».

En contra de lo que pudiera parecer por la época de la que hablamos no tuvo problemas. «Al contrario, la gente alucinaba al verme bajar de pie en aquella tabla con ruedas», asegura.

A principios de los 70 se marchó a estudiar a EEUU. Allí descubrió un universo skater totalmente diferente. «Tuve la suerte de probar por primera vez monopatines con ruedas de uretano: blanditas con mucho agarre y velocidad, rodamientos de precisión, ejes de aluminio, gomas de caucho con un giro espectacular y aceras de cemento lisas, muy lisas», recuerda.

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Doc Caribbean pensó que a este lado del Atlántico también se tenía el derecho de disfrutar de material de calidad. «De vuelta a España, me traje unos monopatines de la marca Hobie y G&S. La gente alucinaba al verlos: giros espectaculares, rápidos, silenciosos. Eran brutales».

Así es como comenzó la carrera emprendedora de Doc. Se llevaba el material importado a la zona Empecé a venderlo, los encargos aumentaron y le comenté a un amigo, Paco Cimarra, hijo del propietario de la tienda Cimarra, que si sabía de algún local por la zona para montar algo estable». Fue el propio Cimarra el que le proporcionó una zona en la tienda para montar su sección Caribbean con una condición: «que los productos que vendiera no fueran competencia de los de Cimarra. Y así empezó todo, compaginando estudios y actividad empresarial», narra el madrileño.

Doc Caribbean sigue regentando las tiendas de skate probablemente más míticas de la capital madrileña y, por supuesto, no tiene pensado bajarse de la tabla mientras le queda una pizca de movilidad en su cuerpo. «No me preocupa mucho envejecer y hacerme mayor. Lo que sí es cierto es que el paso de tiempo te pone limitaciones, te das cuenta de que con 64 años ya no puedes hacer la que cosas que hacías con 15, pero sigo disfrutando a tope, como un niño», explica.

Tanto Inge Ladd como Doc Caribbean han sido seleccionados como representantes del espíritu #Seniormeister por Jägermeister. Son embajadores de la marca más allá de edades y convencionalismos gracias a un característica principal: llevan décadas siendo almas libres. Ambos serán los protagonistas del canal de YouTube de Jägermeister y serán el hilo conductor de una buena cantidad de contenidos realmente excitantes.

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2 Comments ¿Qué opinas?

  1. Están muy bien estas pelis, pocas veces se visibiliza a las personas mayores de 50 años, además de vídeos que los usan como rarezas dignas de difusión, no estaría mal que empezaran a verse canas en la tv, en los anuncios de moda, de viajes, de tendencias (no sólo de pañales anti orina o dentaduras postizas vive el senior) Hay escritores, cantantes, artistas, emprendedores, empresarios y personas de la calle, empleados medios con y sin formación que viven, consumen y aportan mucho a la sociedad. Desde http://www.demasiadojovenesparaserviejos.com reclamamos esta visibilidad y buscamos historias como esta de los seniormeister ¿quien ha realizado los vídeos?

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