Vivir como piojos en costura o como gallinas en macrogranjas

8 de enero de 2025
8 de enero de 2025
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macrogranjas the atomic garden

Si has visitado el centro de Madrid estos días habrás vivido la experiencia asfixiante de estar atrapado en la multitud. La angustiosa sensación de no poder moverte con libertad, de no contar con el espacio necesario para caminar o incluso detenerte a mirar un escaparate, si así lo deseas. Tú lo has vivido durante unas horas, un instante en tu vida. Pero los animales criados en macrogranjas lo experimentan a diario, cada minuto de su vida hasta que son sacrificados.

Para denunciar las terribles condiciones en las que viven los animales en estos espacios, cuatro jóvenes estudiantes del Máster de Creatividad Publicitaria de la escuela The Atomic Garden (TAG) (Carolina Martín González, Alba Gómez Martín, Jone Pocero Marinero y Marta Rumbo Hermida) han creado la campaña de guerrilla Un minuto de tu vida es una vida de ellos, que comenzó durante las navidades y que seguirán desarrollando hasta el próximo 12 de enero.

macrogranjas the atomic garden

«Esta campaña nació como parte de un trabajo para la asignatura de Realidad Publicitaria, donde cada grupo debía desarrollar una campaña sobre temas de social, salud, medio ambiente o animales, con el objetivo de comunicar una problemática —explica Reyes García, de la agencia de comunicación Jerónimo Agency, creada, igualmente, por los alumnos del Curso de Comunicación y PR de TAG—. Eligieron la categoría de animales, ya que todas han tenido mascotas cerca y les motivó el poder concienciar sobre este tema».

Para ello, comenzaron investigando la situación de los animales en las macrogranjas y todos los problemas que sufren allí que aún no han sido solucionados. «Al ser una lista extensa, seleccionaron los más relevantes para centrarse en crear una campaña efectiva. Eligieron abordar la realidad invisibilizada de las macrogranjas, donde los animales viven en espacios reducidos, sin libertad ni movimiento. Encontraron datos actuales sobre este problema en nuestro país, lo que les dio claridad para continuar».

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Con un modelo de producción intensiva que la coloca a la cabeza de Europa, España confina a más de 86 millones de animales en espacios diminutos. El 99% de los conejos, el 95% de las cerdas y el 73% de las gallinas ponedoras pasan toda su vida en jaulas, según datos del Ministerio de Agricultura y PACMA. En 2020, se sacrificaron 56 millones de cerdos, 2,4 millones de reses y más de 800 millones de aves para consumo humano. Tales estadísticas justifican por sí solas la llamada a la acción, en opinión de las estudiantes.

«Investigando, encontramos que la realidad de miles de animales de granja está siendo ignorada, pero no es invisible pues solo hace falta ver las terribles cifras e imágenes colgadas en internet —explican las estudiantes creadoras de la campaña—. Si nuestras mascotas vivieran en estas condiciones, nadie lo toleraría y actuarían».

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Con los datos claros, decidieron que la manera más impactante de transmitir el mensaje era poner a las personas en el lugar de los animales. Buscaban con ello generar empatía pero sin ser confrontativas ni agresivas. Después, redactaron las frases que imprimirían en los carteles, buscando que fueran concisas y fácilmente legibles, y pasaron a su producción, eligiendo la tipografía en lugar de la imagen con un máximo de dos colores para garantizar su impacto a distancia.

«Decidieron realizar la campaña en el centro de Madrid, en lugares abarrotados de gente, donde el agobio y la dificultad para moverse reflejarían la experiencia de los animales en las macrogranjas. Este contexto fue perfecto para la acción de guerrilla, además de brindar la oportunidad de obtener buen material audiovisual para difundirlo en redes sociales», comenta Reyes García.

Así, de una manera tan inmersiva, invitan a las personas a reflexionar sobre el sufrimiento animal en este tipo de instalaciones. «Lo que buscamos principalmente con este contraste es despertar empatía al ponernos literalmente en su lugar».

«Para medir los resultados, combinamos la acción en vivo con la difusión en redes sociales. Utilizamos el Instagram de The Atomic Garden para compartir un vídeo recopilatorio e imágenes impactantes, sin necesidad de edición, que están logrando una gran repercusión orgánica». Hasta el momento, solo el vídeo cuenta ya con casi 60.000 visualizaciones.

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