El mindfulness bordado de Maite Canet

1 de noviembre de 2023
1 de noviembre de 2023
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Maite Canet

A Maite Canet le hablaron de la importancia del trabajo manual como herramienta de liberación de ideas hace años en un curso de creatividad. Esta alcarreña de Guadalajara afincada en Valencia es directora de arte y diseñadora gráfica en la agencia y productora audiovisual Montaña, aunque su formación fue la de diseñadora industrial.

Así que se puso a buscar su propia técnica manual con la que expresar su creatividad y probó con el crochet, eso que entonces estaba tan de moda. Pero no, no resultó. «Fue imposible, me descontaba y me generaba más ansiedad que otra cosa. Fue entonces cuando volví al bordado, porque, en realidad, ya lo había hecho en casa, de niña. Mi madre fue bordadora profesional, bordaba ajuares por encargo. Ella bordaba a máquina e intentó enseñarme, pero como yo tenía miedo a pillarme los dedos, ella me traía plantillas de ilustraciones para bordar a mano en punto de cruz. Y acordándome de eso, fue que pasé de mi fiasco con el crochet a empezar a bordar de nuevo. Fue perfecto», relata su experiencia.

Maite Canet

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Canet borda letras, principalmente. «Me encanta la tipografía, prácticamente solo bordo letras de canciones, alfabetos y alguna frase», confirma. «Me gustan las palabras, pero también me gusta mucho cuidar el color en mis piezas. Soy más de colores saturados que de pasteles y más de colores alegres que de tristes».

Para la diseñadora, esta actividad de crear con aguja, hilo y delicadas puntadas le hace sentirse bien. «El bordado me ha enseñado a ser paciente, es una labor totalmente manual y pausada en la que no puede haber prisas, en la que todo fluye a un ritmo muy lento. Te relajas con cada puntada, con los movimientos repetitivos de la aguja, con el sonido del hilo al atravesar la tela. Ese ritmo lento te lleva de forma natural a algo parecido al mindfulness (yo lo llamo stitchfulness) —comenta con humor—. Conectas con el aquí y el ahora, y esto es genial para afrontar nuevos proyectos creativos».

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En su opinión, el bordado es una técnica «superagradable y agradecida. Son materiales naturales, cálidos, limpios. Apenas necesitas útiles o herramientas para crear, solo aguja, tela, hilo y tus manos. Con el hilo se crean texturas y acabados que son únicos e imposibles de reproducir usando cualquier otro material». El único inconveniente, dice, está en la limitación de diseños que puede hacer. «Siempre hay muchas más ideas de las que las manos pueden bordar. El tiempo que requiere cada pieza hace que tu productividad sea limitada y muchas ideas se queden en el tintero».

Maite Canet

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Maite Canet, que se define como «una persona muy sencilla, fan de la música, las series, mis gatos y los huevos fritos con patatas», crea sus propios diseños, aunque explica que sus referentes artísticos proceden del campo del diseño, principalmente. «Paula Scher y Álex Trochut son mi top». Utiliza las mismas herramientas con las que trabaja en su día a día. «Ser diseñadora me potencia como bordadora», afirma. «No suelo bocetar a mano. Trabajo con tableta y ordenador porque son las herramientas que controlo.

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Busco un concepto para bordar cada pieza. Si voy a bordar música, el nexo puede ser la estética de la época, la del vinilo o incluso la de los músicos. Si la pieza es un alfabeto, trabajo más libremente y el concepto es puramente estético. Empiezo eligiendo una paleta de colores y seleccionando qué tipo de hilo y puntadas quiero utilizar. Compongo los letterings o alfabetos en la estética que he elegido, traslado el diseño a la tela y ¡a bordar!»

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Entre sus creaciones, las letras de canciones son las más repetidas. «Me encanta la música. No hay un día que no escuche una canción, y las canciones cuentan historias, y en esas historias encuentro una manera de expresarme. Antigua o actual, siempre hay una canción para el momento en el que me encuentro. Si quiero decir que estoy feliz, hay muchas canciones para eso; si quiero decir que estoy enfadada con el mundo, hay muchas canciones para eso también. Me apropio de las frases de las canciones para poder expresar mis sentimientos mucho mejor de lo que yo lo haría». Y todo despacio, sin reparar en el tiempo que le lleva bordar cada pieza.

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Pero las que a nosotros nos han enamorado, por razones obvias, son aquellas en las que ha bordado la palabra Yorokobu y a las que la alcarreña califica como especiales. «Les dedico mucho más tiempo que a las otras piezas y siempre uso puntadas o técnicas que quiero perfeccionar o aprender, así que no son mis bordados más rápidos. He bordado cuatro veces este proyecto. En el primero utilicé punto ruso; en el segundo bordé letras ilustradas con todas las texturas que quería practicar; en el tercero apliqué diseños florales diferentes en cada letra, y en el último, me lancé a bordar sobre madera».

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¿Sobre madera? Sí, has leído bien. «He bordado dos veces sobre madera (una canción y un Yorokobu). En la universidad, cuando estudié diseño de producto, nos hacían trabajar diferentes materiales y creo que me viene de entonces el querer investigar y probar cosas nuevas. A diferencia de bordar sobre tela, que es mucho más libre, sobre otros materiales tienes que tener muy claro dónde vas a dar cada puntada. En el caso de la madera, perforo con una broca cada agujero por donde luego pasaré la aguja», explica Maite Canet.

«También he bordado sobre papel, sobre cartulina, un colador, sobre malla metálica, en carcasas de móvil e incluso una vez me volví un poco tarumba y bordé un estropajo… y seguro que probaré más materiales, soy un culo inquieto».

Pero todos sus diseños, aclara, «son trabajos de investigación en los que quiero jugar y no me marco un tiempo límite» para hacerlos.

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