Mauricio Gelves acaba de llegar a casa después de un duro día de trabajo. Su casa, esta semana, está en Santiago de Compostela. Su trabajo consiste en viajar en moto, desde Madrid hasta Estambul, conociendo ciudades, personas, lugares. Y grabarlo todo para subirlo a sus redes. «Ahora me pondré con la edición del vídeo del domingo», comenta este nómada digital. De vez en cuando, su trabajo también se desarrolla detrás de un ordenador, como programador de WordPress, solo que en entornos paradisíacos. «También soy brand ambassador de la empresa de hosting SiteGround, y creo contenidos audiovisuales para ellos. Y doy charlas de WordPress en Europa y Latinoamérica». Puntualiza. No suena mal.
Todos los domingos, a las 21.00 horas, Gelves publica un vídeo, puntual como un programa de televisión. Mauri en Moto. Cuenta cómo traba amistad con dos campistas en la bahía de Cádiz, cómo entra en el teatro Manuel de Falla o se maravilla con los paisajes y la sensación de libertad. Para ello, Gelves transita por carreteras secundarias, para poder ir despacio y parar en pequeños pueblos. El camino es tan importante como el destino.
Gelves fue construyendo esta vida alternativa de a poco. Recorriendo, también aquí, carreteras poco transitadas a paso lento. Todo empezó en 2009, cuando agotado de la vida Buenos Aires se fue a vivir al campo. De ahí dio el salto a Madrid. Vuelta a la ciudad y al trabajo presencial, pero al menos en un país nuevo. Sin embargo, el gusanillo del viaje y las ganas de libertad seguían siendo fuertes, así que una vez asentado y con contactos en el sector de la informática, decidió lanzarse por su cuenta como freelance. «Lo que quería era encontrar el equilibrio perfecto entre tiempo libre, viajes y trabajo», explica.
Encontrar ese equilibrio, confiesa el experto, no es fácil. Trabajar de esta forma requiere disciplina, y más cuando se está viajando. «Recuerdo cuando llegué a Milán, una ciudad que no conocía, y tuve que quedarme una semana encerrado programando», explica. «Fue un poco molesto, pero me sirvió para entrenarme en esto de ser nómada digital. Hay que entender que, al igual que en casa, hay un tiempo para el trabajo y otro para el ocio».
Este sería uno de los consejos que da a aquellos que empiecen en el mundo freelance. Muchos otros los ha plasmado en su libro Lanza tu negocio online con WordPress, una guía para crear un negocio en pocos clics y sin conocimientos previos. Sobre el papel suena fácil, pero este libro nace de analizar sus propios errores y frustraciones, de aprender de los fallos. «He volcado aquí todo aquello que me hubiese gustado saber a la hora de emprender este camino», comenta Gelves. «Cómo animarse a dejar un trabajo estable, cuánto dinero debes ahorrar antes de dar el paso, cómo darse a conocer a un mundo nuevo, cómo lidiar con los temas burocráticos y también unos pasos básicos y simples para que podamos tener nuestra primera página web».
Hay lecciones en su libro, no obstante, que pueden ser aplicables a un trabajador por cuenta ajena, sobre todo ahora, que muchos se encuentran trabajando desde casa por primera vez en su vida. O incluso en remoto. «El mayor cambio que trajo la pandemia en el mundo laboral fue que las empresas se dieron cuenta de que su equipo sigue siendo igual o más productivo trabajando desde casa y que esto les conlleva un gran ahorro», reflexiona el nómada digital. «Por eso no creo que volvamos a un sistema 100% presencial».
Esta libertad de movimiento, considera, traerá consigo el sueño de poder viajar por el mundo y trabajar a la vez. Las ciudades se descongestionarán, el campo podrá solucionar los problemas de despoblación y los trabajadores podrán ser más felices, compaginando trabajo y libertad, dos conceptos hasta ahora contrapuestos.
Esa vida posible (y un poco utópica) se asemeja bastante a la que lleva ahora mismo Mauricio Gelves. Apenas ha empezado su viaje, que le obligará a recorrer las carreteras de media Europa, pero se muestra pletórico. Asegura que esto es posible con una buena conducta de trabajo, un buen equipo y una gran conexión a internet, algo básico para un trabajador itinerante. La tecnología, lejos de esclavizarnos, puede hacernos más libres. «Basta un móvil para publicar tus conocimientos en YouTube, basta una cuota muy accesible en una empresa de hosting, como SiteGround, para que tus artículos lleguen a todo el mundo y basta el más simple de los micrófonos para tener un podcast y llegar a miles de personas».