Los videojuegos se dibujan. Luego sus trazos se vuelven interactivos, los brochazos se alicatan de píxeles y el dibujo se difumina entre tanta tecnología. Pero si rascas la pátina de lo virtual, debajo de los personajes de videojuegos puedes ver la estructura de una ilustración. Julián del Rey se dedica a crear esas estructuras. Es, podría decirse, dibujante de videojuegos. «Dibujar es una parte de crear videojuegos, el apartado creativo se entrelaza estrechamente con otras disciplinas, como el diseño, la programación, la producción…», explica el artista.
Julián del Rey es artista conceptual en Riot Games, creadora del famoso juego League of Legends. «Somos unos 15, entre ilustradores y concept artist», explica. Cada uno de ellos trabaja ahora mismo desde casa por motivos obvios. Pero también porque un juego tan grande (115 millones de jugadores en 2020, hasta 155 campeones o personajes jugables) necesita de un equipo grande localizado en distintas partes del globo. En concreto, Del Rey se encuentra en Barcelona. A veces hace dibujos que después son perfeccionados por otros en Los Ángeles, diseñan piezas que se van ensamblando como un puzle. «Trabajar con compañeros a kilómetros y kilómetros de distancia y conseguir que el trabajo salga perfecto es como magia», señala el ilustrador.
La parte menos mágica es que, al ser un trabajo compartido, un ilustrador de videojuegos raramente puede reivindicar su autoría. No hay una esquinita del lienzo en la que estampar tu firma. No hay exposiciones, ni muchos corazoncitos en Instagram. «Es cierto que artistas independientes pueden tener más followers, pero eso nunca me ha preocupado», señala el ilustrador.
Él disfruta de su trabajo, no de las palmaditas en la espalda. Además, asegura, tener detrás un nombre como League of Legends siempre ayuda, y hoy en día su trabajo está reconocido dentro de la industria. El hecho de que sea compartido, matiza el ilustrador, no les cercena la libertad creativa a la hora de dibujar: «Siempre hay un poco de mí en mi trabajo para League of Legends, intento poner mi granito de arena respetando el estilo del juego». Pocos ilustradores pueden presumir de jugar con sus creaciones. Julián del Rey lo hace. Se considera gamer y le gusta jugar con las skins [apariencia externa que recibe un personaje de videojuegos en función de premios, mejoras o actualizaciones] que él mismo crea.
Es una sensación extrañamente placentera. A veces juega con la skin de Zombie Nunu, la primera que creó para Riot y a la que le tiene especial cariño. O con la de Winter Woner Neeko: «Fue muy especial porque pude colaborar con Daniel Orive, otro español que trabajaba en Riot por aquel entonces y quien diseñó a Neeko».
Las skins más famosas que ha diseñado Del Rey, sin embargo, son las del Worlds 2020. League of Legends es un eSport, y como tal tiene sus campeonatos mundiales. En ellos, los ganadores pueden vestir a sus avatares con una apariencia especial en el juego. Toda la comunidad está pendiente de cómo será ese aspecto. Del Rey creó los de la última edición. «En estos casos se trabaja mucho con los jugadores, los ganadores del Worlds», explica el artista. «Ellos nos dan una idea de lo que les gustaría ver en las skins. Es un trabajo en equipo, tanto en diseños como en animación como en efectos visuales».
Julián del Rey dibuja desde que tiene uso de razón. De pequeño replicaba lo que veía en la tele. Más tarde probó con el diseño gráfico, lo intentó en el mundo de la animación, pero una serie de carambolas le llevaron al mundo de los videojuegos, donde se confiesa feliz. Empezó en Pyro Estudios (la empresa española creadora de la serie Comandos) y de ahí pasó a Riot, cambiando el 2D por las tres dimensiones.
Lo que nunca ha cambiado a lo largo de su carrera es su apego a su libreta de bocetos. «Al ser esto un proceso creativo, la inspiración te puede venir en cualquier momento», explica. «Así que siempre la llevo conmigo». Entre sus páginas se encuentran dibujos que meses más tarde se convertirán en una skin o un personaje. Puede que el resultado final sea tecnológico. Pero la génesis es tan tradicional como lo ha sido siempre. «Yo vengo de pintar en óleo, acrilico, de mancharme las manos. Es un proceso que me encanta». Es un proceso que mantiene. Aunque la tecnología después vista sus dibujos de píxeles.