Las palabras no sólo se explican con palabras. Por cada término existe un personaje que representa su significado. En su capítulo 2, el Diccionario animado del joven contemporáneo echó el ojo a cuatro voces que han surgido en los extrarradios de la lengua durante los últimos años: melofo, huelebragas, cagaprisas y poticaca.
Días antes de las últimas elecciones generales aparecieron en los muros de algunas ciudades varios esténciles que decían: ‘Garzón #melofo’ o ‘Garz♥n Melofo’. Se referían al político Alberto Garzón. Esta voz empezó a circular por las calles y los foros hace unos años para expresar el deseo de ‘me lo fo(llaría)’ o directamente el ímpetu de ‘me lo fo(llo)’.
En 2013, un comentario de un foro explicaba así este neologismo empleado, casi exclusivamente, por los jóvenes: «Cuando una florera dice «melofo» es que piensa ponerte a 20 uñas y dejarte el culo como un bebedero de patos».
Hay incluso quien propone la ‘operación melofo’ como sustituto de la ‘operación bikini’. En un blog, un chico explica sus planes de ponerse a dieta e ir al gimnasio para que, al cabo de unos meses, pueda mirarse al espejo y exclamar: «Soy un melofo».
Garzón es un eneano gilipolla que la tiene pequeña… ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Cómo se nota que ignoráis lo que es un buen rabo!!!!