Internet se ha vuelto gris. Aunque de vez en cuando un grupito de alegres GIF le dé un toque jovial, la Red ya es un señor mayor y taciturno. Un oficinista de esos de traje arrugado y maletín ajado que camina cabizbajo, carne de libros de autoayuda. En eso se ha convertido la Red y están surgiendo memes que lo demuestran.
Mientras los padres más talluditos van conquistando Facebook y las demás redes sociales, un tipo de meme muy concreto ha ido ganando terreno hasta hacerse viral. Nada de humor propio de internet ni carcajadas a partir de una simple imagen: en este caso, los mensajes son más bien tristes y van cargados de conmiseración.
Esta nueva hornada de material tiene como principal característica la poca importancia de la imagen frente al texto. Si en un meme clásico una fotografía y apenas dos frases eran suficientes, en este caso se suelen compartir frases kilométricas sazonadas con alguna que otra falta de ortografía estampadas sobre una imagen aleatoria (que suele rozar lo hortera).
En algunos de estos memes de lo rancio sí que se hace uso de los personajes animados más famosos de la cultura popular. Sin embargo, el toque diferencial sigue presente: en líneas generales, nunca tienen nada que ver con el texto al que acompañan, sino que están ahí como simple elemento decorativo.
En cuanto a la temática, basta decir que el éxito de estas imágenes hace que algunos rincones de Facebook parezcan ahora en el diván de un psicólogo mediocre. Los hay para todos los gustos, pero, generalmente, no se puede esperar de ellos una gran cantidad de esa positividad que tanto le gusta a la red social de Mark Zuckerberg.
Así, a medio camino entre los sobres de azúcar y las frases de Paulo Coelho, los extensos párrafos de estas imágenes sirven tanto para lamerse las heridas como para notar el fresco aliento de una supuesta frase para automotivarse (no sin antes meter el dedo en la llaga):
Lo más peculiar es la popularidad que han alcanzado a pesar del giro radical que suponen respecto a los memes que hasta ahora reinaban en la Red. Si la internet anglosajona cuenta con multitud de páginas en Facebook que, gracias a imágenes de este tipo, han logrado tener millones de seguidores, el caso hispano no es muy distinto.
Por suerte o por desgracia, en la red social también abundan las imágenes con mensajes autocompasivos en castellano que parecen haber sido creadas con el único propósito de inundar internet de lástima.
No solo de tristeza vive este nuevo tipo de memes: también tiene algo de bilis preparada para verterla sobre la Red. En lo que parece una vuelta de tuerca más del meme original (al que ya no reconocería ni su madre), los heridos amantes de los mensajes de la pena pasan a compartir con el tiempo párrafos llenos de odio en los que la diplomacia y lo positivo brillan por su ausencia.
La calidad no importa (de hecho, en la mayoría destacan una o varias marcas de agua poco elegantes); lo único relevante es que el mensaje sea muy intenso o que sirva para liberar algo que tienes callado y que prefieres soltar así, con una indirecta y sutil imagen. Por haber, hay hasta para atacar al cuñado de turno:
Siempre hay tiempo para pedir perdón, reconciliarse con internet y con tu entorno. Aunque la imagen sea cutre. Lo importante es que la frase sea tan profunda como para merecer estar en un muro de Facebook. O en miles de azucarillos.
Cuando los 'memes' se vuelven tristes y autocompasivos
