Cuando alguien intenta vender algo, tiene dos opciones: que la clientela se acerque a conseguir aquello que uno vende al lugar en el que lo tiene almacenado o, directamente, ir a donde está la gente y poner la mercancía a disposición del cliente de tal manera que el esfuerzo empleado en adquirirla tienda a cero. Vamos, que si no vienes, te lo llevo a casa. Con el cine y Facebook pasará lo mismo, o así al menos lo piensa Miramax.
La sublimación de la ley del mínimo esfuerzo es el objetivo que la productora estadounidense, que ha firmado un acuerdo con Warner Bros., Paramount y Universal, persigue con su proyecto para llevar el alquiler de películas en streaming a la red social más populosa del planeta. Se trata de evitar que el usuario salga del entorno en el que maneja su vida social en línea pero también que las películas estén disponibles en el mayor número de dispositivos posible.
La iniciativa, que tendría un precio de 30 créditos Facebook por películas, parece una apuesta ganadora para todos los agentes implicados ya que ampliaría la omnipresencia de la red social en la vida de ocio de los usuarios, conseguiría la monetización del streaming de cine con el consiguiente beneficio para productoras e incluso abriría la posibilidad de desarrollar gadgets destinados a este tipo de consumo.
Con Netflix aumentando su cuota día a día en Estados Unidos, el streaming cinematográfico de Facebook podría ser el espaldarazo definitivo para el consumo masivo de cine online. Como siempre todo dependerá del catálogo, de los precios y, claro, del caprichoso designio de los usuarios, de sus usos y costumbres.