¿Y si las compras vintage y de segunda mano no fueran realmente sostenibles? ¿Y si el second hand no fuera más que la otra cara de la espiral del consumo masivo? ¿Y si no fuera todo esto suficiente para ayudar a la sostenibilidad?
Mucha gente piensa que la ropa vintage —creaciones que tienen unos veinte años— o de segunda mano y preamada —definiciones más fluidas que se refieren a prendas y accesorios más recientes— es en sí misma sostenible. A menudo, no pensamos que dar una nueva vida a la ropa de segunda mano puede ser sinónimo de contaminación.
¿ES SOSTENIBLE LA COMPRA DE CREACIONES VINTAGE? DEPENDE DE CÓMO LO HAGAS
En los últimos años hemos abordado la moda desde una perspectiva ecológica, prestando atención a cómo y cuánto compramos y a las políticas de sostenibilidad de las marcas que elegimos apoyar. Hemos intentado cambiar nuestros hábitos de compra acercándonos a las prendas vintage y preamadas.
Sin embargo, aunque esta tendencia se ha puesto de moda, sobre todo, gracias a las redes sociales, se siguen produciendo dinámicas de compra típicas de la moda rápida.
Ejemplo de estas dinámicas es comprar mucho y a bajo precio, muchas veces de forma compulsiva y sin necesidad real. Y es una práctica fomentada por formatos ya estandarizados en las redes en los que se muestra el botín, precisamente lo que se ha comprado, con un unboxing (literalmente el proceso de desempaquetar productos) o un thrift haul (una versión sostenible de los vídeos haul nacidos para mostrar las compras realizadas por unos pocos euros en tiendas de moda rápida).
Todo ello está llevando a una homologación de los gustos y de las elecciones de quienes se acercan a prendas y accesorios de segunda mano, convirtiendo lo que antes era una opción de nicho en una moda mainstream.
Acercarse a la moda de segunda mano de forma ética, respetando la naturaleza y el estilo personal suele ser difícil. Muchos consumidores creen que comprar productos vintage y second hand es una opción intrínsecamente sostenible, por lo que no son conscientes de su impacto medioambiental.
LA MODA DE SEGUNDA MANO NO AYUDA A LA SOSTENIBILIDAD SI LA TRATAMOS COMO FAST FASHION
La compra de ropa de segunda mano solo puede ser verdaderamente sostenible si se reduce el número de envíos, se utilizan vehículos eléctricos para las entregas, si se utilizan fuentes renovables en los almacenes y se mejora el embalaje.
Sin embargo, incluso algunos trucos sencillos pueden marcar la diferencia. Por ejemplo, preferir los mercadillos o las tiendas especializadas en lugar de las compras online nos permite contaminar mucho menos.
Si, por el contrario, la prenda que queremos comprar solo está disponible online y compramos a través de una app, podemos elegir el envío con entrega en puntos de recogida: de esta forma, el mensajero hace un único viaje con todos los paquetes y se produce menos CO2.
Por último, es importante evitar las compras impulsivas, las que surgen de las tendencias del momento: así ayudamos al medioambiente, pero también a nuestro bolsillo. Comprar solo cuando es necesario nos permite elegir las piezas que realmente nos gustan, pensando en el uso que les daremos y en los looks que crearemos, evitando así el gasto innecesario en prendas que rápidamente olvidaremos en un rincón del armario.
Y si tenemos problemas para encontrar los artículos adecuados cuando compramos en tiendas vintage y de segunda mano, podemos buscar inspiración en esta breve lista de reglas elaborada por Lou Stokes, consultora de estilo experta en moda sostenible y consumo consciente:
- Identificar nuestro estilo personal. Es crucial para encontrar y comprar los artículos adecuados para nosotros. Para ello, tendremos que encontrar las tres palabras clave que lo definan.
- Tomarnos el tiempo necesario para buscar, rebuscar, explorar. Hay que tener paciencia y tiempo a la hora de hacer compras vintage.
- Probar prendas, accesorios, divertirnos y jugar. Dar rienda suelta a nuestra creatividad.
- Tocar la tela. ¿Es agradable en contacto con la piel? (No hay nada peor que un tejido incómodo).
- Usar nuestra imaginación. Pensar en cómo combinar y mezclar diferentes elementos, patrones, colores, etc.
Y lo más importante: menos es más. Si una prenda o un accesorio no se ajustan a nuestro estilo, mejor no comprarlos.
En resumen, las prendas de segunda mano sirven a la causa de la sostenibilidad si se seleccionan con esmero, se cuidan y, si es necesario, se reparan —también el upcycling, es decir, la recuperación y la modificación de la ropa vieja de forma creativa es una solución interesante—; también, si sustituyen a las compras nuevas o complementan las piezas que ya están en el armario. Porque para ayudar a la sostenibilidad no basta con comprar ropa de segunda mano, tenemos que cambiar de mentalidad y, sobre todo, tenemos que desacelerar.
Y que quieren ? Que compren una prenda al año y así hundir del todo a los pequeños negocios ? Pq la mayoría de las tiendas vintage son pequeños negocios que dan trabajo a las personas y las sustentan , con la mentira del cambio climático quieren acabar del todo con la gente , vergüenza os debería de dar .
Esto ya roza el ridículo… espero que el artículo este escrito desde un ordenador de tercera mano que entontrarais en un punto limpio y la electricidad generada para encenderlo provenga del metano que genera el escritor del mismo como fuente de energía limpia
Sigamos así que vamos genial