«Hay que ver lo que duran». Fácilmente escucharás este comentario de boca del propietario de un Motorola. La resistencia ha sido desde siempre una de las señas de identidad de la marca. Motorola empezó a hacer teléfonos cuando la obsolescencia programada no era la norma en el mercado: los teléfonos duraban años y se sustituían solo cuando los avances tecnológicos empujaban a hacerse con un nuevo terminal.
Hoy en día, la vida media de un móvil es de entre 18 y 24 meses. Pero la marca sigue apostando por la durabilidad. Los duros llevan Motorola, que diría Morad.
La historia de innovación de Motorola se escribe día a día, pero para entender mejor la solidez de sus dispositivos y su resiliencia como marca, tenemos que hundir la nariz en el pasado.
Motorola siempre ha estado ahí. Resistentes eran las primeras radios para automóviles con las que debutaron como empresa en los años 30 del siglo pasado (de hecho, su nombre surge al unir moto, por el motor, y ola, por las ondas de la radio). Resistente era el transmisor de radio de Motorola con el que se enviaron las primeras palabras desde la Luna.
Resistente era el primer teléfono móvil comercial del mundo, que Motorola lanzó en 1983. Lo que entonces era un prodigio tecnológico hoy sería visto como un ladrillo. Pero un ladrillo con encanto. Resistente era el razr v3, más que un teléfono, un icono pop. En los primeros dosmiles, más de 100 millones de personas consultaban sus SMS abriendo y cerrando un prodigio de la tecnología que sonaba como unas castañuelas. David Beckham era su imagen. Paris Hilton promocionó una versión rosa del mismo.
El célebre móvil con forma de concha se relanzó el año pasado, pero esta vez lo que se plegaba no era una carcasa de plástico, sino la propia pantalla. El motorola razr, actualizado este 2021 con el motorola razr 5G, es uno de los primeros móviles del mundo con pantalla plegable. Combina un aire retro con la tecnología más moderna. Tanto que el teléfono ha sido galardonado con premios como el Red Dot Design. El jurado alabó su diseño —limpio en el exterior, tremendamente ingenioso en el interior—, pero también su resistencia.
[pullquote]Motorola empezó a hacer teléfonos cuando la obsolescencia programada no era la norma en el mercado: los teléfonos duraban años y se sustituían solo cuando los avances tecnológicos empujaban a hacerse con un nuevo terminal[/pullquote]
La adaptabilidad y duración que tienen sus aparatos la ha demostrado, y con creces, la propia marca a lo largo de los años. Motorola ha sabido reivindicar su legado y adaptarlo a las necesidades de una nueva generación. Lo atestigua el relanzamiento del razr, pero también la gama moto g, con la que Motorola ha puesto su tecnología de vanguardia al alcance de todos.
En 2021, la familia moto g está celebrando su décimo aniversario con nuevas incorporaciones. En el primer trimestre de este año llegaba el moto g30, con características sorprendentemente avanzadas para un móvil de gama media. Poco después nos presentaban a su hermano mayor, el moto g100, que corre tan rápido como su plataforma Snapdragon 870 5G. ¿Adivinas qué comparten estos dos modelos? Una batería que dura y dura y dura.
De los coches a la luna y de ahí a los bolsillos de medio mundo. Los nuevos modelos de Motorola permiten velocidades de datos tan rápidas como requiere la vida hiperconectada. Pero en un mundo donde impera la inmediatez, es la resistencia —literal y metafórica— lo que ha convertido a Motorola en un icono.
