Conozco a un tipo que trabajaba cómodamente en una importante empresa mediática española hasta que un buen día le echaron a la calle. Tenía un sueldo decente y había estado unos años trabajando, así que le dieron un buen finiquito. Tuvo dos opciones: tomarse un año sabático a cuenta del paro y viajar por el mundo con el dinero de la empresa -como por cierto muchos han hecho y ahora lamentan- o usar ese dinero para montar un negocio que tenía en la cabeza pero que hasta el momento no se había atrevido a plantear. ¿Qué hizo? Emprender.
Vale, tú no trabajabas cómodamente en una importante empresa que te haya dado un dineral para emprender. Eres otra de esas casi cinco millones de víctimas de la crisis, parados en España, especialmente entre los jóvenes. Como el espíritu de esta página es dar noticias positivas y no ahondar en las miserias, hablemos de las soluciones en lugar de los problemas. Aunque no tengas dinero, ¿te has planteado ser emprendedor? Espera, vayamos paso a paso. ¿Sabes qué es ser emprendedor? Vale, hagamos un minitutorial con algunas palabrejas que te serán últiles.
Emprendedor/a. Dícese de aquel o aquella que emprende, es decir, que se lanza a montar un negocio a partir de una idea. Lo que toda la vida ha sido hacerse empresario, pero rebozado de este espíritu heroico que concede esta sociedad a todo el que se atreve a emprender una aventura como esa. Y como en estos tiempos nos molan los neologismos, aparecen derivados como ‘emprendeduría’ o ‘emprendimiento’. Es como el palabrejo ese tan de moda de ‘empoderar’ a la gente.
El emprendedor o emprendedora a veces empieza buscando cobijo en un vivero de empresas, un lugar lleno de despachos, generalmente de la administración pública, que se ceden a muy bajo coste a emprendedores y proyectos emergentes para que puedan desarrollar su actividad. Disponen de lugares públicos compartidos -como salas de reuniones y demás- y servicios -desde reprografía a asesorías económicas-. Un lugar ideal para que un emprendedor pueda disponer a bajo coste de recursos inalcanzables para alguien que empieza.
Vale, tenemos a un emprendedor cómodamente instalado en una oficina comunal y barata. ¿Qué necesitamos ahora? Dinero, claro. Introducimos una nueva palabreja: crowdfunding. Esto es buscar financiación, pero no de un único capitalista, sino de multitud de donantes. Imagina que tienes una idea y la subastas y que hay gente dispuesta a aportar una pequeña suma de dinero para que la lleves a cabo. Imagina que necesitas 10.000 euros, pero nadie va a ponerte ese dinero en la mesa. Entonces busca mil personas que pongan diez euros cada uno. Eso es crowdfunding.
¿Y eso funciona? Y tanto: un ejemplo muy conocido es KickStarter, una plataforma para ‘patear’ el culo de alguien con una idea reuniendo dinero para que pueda poner en marcha su proyecto. Aceptan cualquier tipo de proyecto siempre y cuando sea innovador.
¿Y en España eso funciona? Claro. Aquí tenemos un muy buen ejemplo, el de ‘El Cosmonauta‘, un largometraje que se está llevando a cabo gracias a una pequeña aportación captada vía crowdfunding. Y tenemos una versión local de ‘Kickstarter’, pero con un nombre algo más fino: Lánzanos. Funciona de forma sencilla: te das de alta y pasas a ‘la caja’, de donde salen sólo los proyectos con más votos recibidos para intentar recibir la financiación solicitada en un número concreto de días.
¿Y qué gana quien te apoya? Eso lo decides tú: según la cantidad que te donen puedes fijar una compensación.
También hay proyectos de crowdfunding sectoriales. Por ejemplo 12designer reúne a creativos y diseñadores para poner al alcance de cualquiera su talento a bajo coste: logotipos, eslóganes, imágenes corporativas… la empresa pone el precio y un grupo de profesionales responde. O Verkami, un portal que busca financiación para artistas independientes.
Y claro, también hay hueco para el ‘crowdfunding’ periodístico. Spot.us fue el pionero. Ellos no escriben historias, sino apadrinan proyectos periodísticos: cuentan qué quieren hacer y cuánto les costaría, y el lector decide con su voto o con su dinero qué proyecto vale la pena llevar a cabo. O, más en general, hay proyectos como ‘J’Aime l’info‘, que busca mecenas para proyectos informativos digitales. Y como el periodismo no son sólo palabras, también hay ‘crowdfunding’ para fotógrafos: Emphas.is.
¿Y si no trabajas en un medio pero tienes la exclusiva o la foto del año? Entonces tu página es Seed, donde mandas tu material y ellos lo difunden para que te paguen por él.
PD.- Por cierto, al tipo del que os hablaba al principio le suelo ver de sarao nocturno en sarao nocturno. Siempre invitando a copas y hablando con gente, siempre a la caza de nuevos clientes. Y os diré que no le va mal del todo: no amasa fortunas, pero vive bien y ha generado algunos empleos a su alrededor. Vale, lo de invitar a copas para captar clientes no vale como ejemplo de ‘crowdsourcing’, pero el ejemplo me venía al pelo para empezar el artículo.
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@borjaventura es jefe de coordinación de lainformación.com