Las orillas de las carreteras nacionales de España están llenas de esos lugares sombríos disfrazados de un vulgar glamour que son los prostíbulos. No es difícil localizarlos: brillantes neones llaman la atención de los coches y camiones que circulan por ellas, como para no verlos.
Lo que no vemos es lo que esconden esos neones. Las vidas de cientos de mujeres obligadas a ejercer la prostitución y que languidecen a fuerza de sonreír sin ganas a hombres con los que jamás hubieran querido estar, ni siquiera por dinero.
Médicos del Mundo España ha hackeado uno de los símbolos de la prostitución, los monopostes de neón, para denunciar la auténtica realidad que se esconde tras las paredes de estos locales y de la práctica en sí, y lo ha hecho con motivo del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas.
Para ello ha contado con la agencia creativa La Despensa, que se ha encargado de la creatividad de los postes. Esta acción se engloba en la campaña de exterior y digital Neones Sinceros, enmarcada dentro del Plan de inserción sociolaboral para mujeres en situación de prostitución. Está impulsada por el Ministerio de Igualdad, la Secretaría de Estado de Igualdad y Contra la Violencia de Género y el Instituto de las Mujeres, y la han puesto en marcha, además de Médicos del Mundo España, otras cuatro ONG (APRAMP, Fundación Cruz Blanca, Mujeres en Zona de Conflicto y Obra Social de Adoratrices en España).
El lema de estos neones es «Si pagas por esto, eres cómplice de esta situación» y tiene el objetivo de mostrar crudamente que pagar por sexo vulnera los derechos humanos. La prostitución, la trata y la explotación sexual producen efectos devastadores en la salud física, mental y emocional de las mujeres.
Tienen impactos en su salud sexual y reproductiva como infecciones urinarias, de transmisión sexual, depresión, intentos de suicidio, dolor crónico, trastornos de estrés postraumático, ansiedad, problemas de sueño, trastornos de la conducta alimentaria y psicosomáticos y efectos derivados del consumo de alcohol y otras drogas, entre otros.
Las vallas y monopostes hackeados, que lucen el nombre de prostíbulos ficticios como «Violencia Palace», «Maltrato Show» y «Exxxplotación», pueden verse en Madrid, en la A-5, en la A-4 (Valdemoro), en Villa de Vallecas y en la A-3, zonas donde se concentran buen número de prostíbulos.
«Existe la explotación sexual porque existe la demanda —afirma Pepe Fernández, presidente de Médicos del Mundo España—. Y nuestro objetivo con esta intervención es implicar a la sociedad en su conjunto para que deje de normalizar esta forma de violencia contra las mujeres y, con ello, contribuir a que desaparezca una de sus principales causas: la demanda».
«Los neones de prostíbulos tratan de mostrar una imagen feliz e idílica que oculta la realidad que esconde la prostitución. Por eso era el momento de que alguien mostrara la cruda realidad. Y no hay mejor forma que adueñarnos de su propia comunicación», señala, por su parte, Marcos García, director creativo de La Despensa.
