«Zorro había tenido una vida larga y feliz, pero ahora estaba cansado. Observó su querido bosque una última vez y se quedó dormido para siempre». (El árbol de los recuerdos, Nube Ocho)
Es lógico pensar que, ya que la sociedad ha evolucionado hasta abrazar ampliamente lo que antes se consideraba «diferente», los cuentos infantiles deberían haberlo hecho con ella. Pero la realidad es que la mayor parte de la oferta sigue apostando por personajes y situaciones tradicionales y «políticamente correctas», a pesar de que las mismas enseñanzas pueden transmitirse de una forma mucho más actual, inclusiva y realista.
[pullquote class=»left»]«HABLAMOS DE SENTIMIENTOS Y DE SUPERACIÓN DE PROBLEMÁTICAS»[/pullquote]
La editorial NubeOcho comenzó tratando la diversidad sexual en cuentos como La princesa Li. «Lo hicimos porque apenas había libros con esa temática en el mercado», explica su fundador, Luis Amavisca. «Pronto nos propusimos trabajar con otros temas como los complejos, la aceptación de uno mismo, la igualdad, el medio ambiente…» También les interesaban los temas difíciles, como la manera de hablar de la muerte a los niños, que abordan en el precioso cuento El árbol de los recuerdos. «Otro de nuestros ejes temáticos son los sentimientos y la superación de problemáticas. En esa línea hemos publicado No me han invitado al cumpleaños o Mapache quiere ser el primero, que trata de la competitividad». Un sentimiento muy común y difícil para los niños con el que trabajan especialmente es el miedo: «Hemos lanzado cuatro títulos sobre este tema, tres en clave de humor y otro desde una perspectiva más poética». El perro negro, una bella historia ganadora del prestigioso premio Kate Greenaway, explica con una metáfora cómo las cosas parecen más grandes cuanto más las tememos.
[pullquote class=»right»]«EL 90% DE LAS EDITORIALES SIGUEN TRATANDO HISTORIAS CLÁSICAS»[/pullquote]
Las editoriales que se fijan en temas como la diversidad o la igualdad de género son muy escasas. Algunos ejemplos son A Fortiori, Topka o la colección “Llegué de…” de la Editorial La Galera. El libro Oliver Button es una nena, antecedente de Billy Elliot, es uno de los pioneros en mostrar un protagonista que se salía de los cánones imperantes ya en 1979. «El 90% de las editoriales siguen tratando historias clásicas y “políticamente correctas”», estima Amavisca. «Sus publicaciones siguen un esquema social machista en el que la figura de las niñas es relegada y las princesas no son las que resuelven sus problemas, sino que buscan a un príncipe como objetivo vital. Se comienza a observar una apertura con respecto a los valores de las chicas y su valentía, pero el progreso es lento». Un país que nos lleva ventaja desde hace varios años en este sentido es Francia: «En la mayor parte de las librerías francesas con sección infantil tienen apartados separados para quien busque libros de ciertos temas como la diversidad, la igualdad, el divorcio, la muerte, la soledad o los sentimientos». ¿Veremos algún día un protagonista homosexual en una película de Disney? Esta es la opinión del fundador de NubeOcho: « EEUU como potencia que ha perpetuado tantos cánones equivocados está ya cambiando. Hay muchas editoriales que ya están apostando por la plasmación de la diversidad en sus títulos. Disney lo verá, claro que sí, pero quizás tendremos que esperar un poquito más. De hecho, recientemente, en una serie de televisión de Disney Channel, ya ha aparecido un caso de un niño con dos mamás».
[pullquote class=»left»]«ES IMPORTANTE TRABAJAR LA EMPATÍA Y EL FRACASO COMO PARTE DEL CRECIMIENTO»[/pullquote]
De los cuentos tradicionales, repletos de malvadas madrastras y princesas débiles, lo que más molesta a Luis es el machismo: «se sigue transmitiendo no solo en los cuentos tradiciones sino en muchos modernos», asegura.
«Otro tema que me irrita es la competitividad. Educamos a nuestros hijos para ser los “vencedores”, con mil ejemplos en esos cuentos donde el “mejor” tiene un premio. No se acepta el fracaso como parte del crecimiento ni lo sabemos transmitir. Nosotros trabajamos la competitividad en Mapache quiere ser el primero y el fracaso escolar en Greta y el circo de Simba yo-yo». Luis puntualiza que es un error pensar que este último libro es para niños que suspenden: «Es muy importante trabajar la empatía y el fracaso como parte del crecimiento». Pero también hay aspectos de los cuentos tradicionales que conviene mantener: «Hace muchos años que la fantasía y la magia aparecieron en la literatura infantil, y hay ejemplos muy bellos. La honestidad y solidaridad son valores que también vemos en cuentos populares. A nivel narrativo la utilización del miedo como recurso era en algunos casos muy interesante», acepta el fundador de NubeOcho.
[pullquote class=»right»]«EL CARIÑO NO SIEMPRE SUPLE LA INFORMACIÓN CORRECTA»[/pullquote]
Enseñar valores sin caer en la moralina no es fácil. Intermon Oxfam intentó hacer cuentos sobre la tolerancia que ocurrieran en distintos lugares geográficos pero no obtuvo el éxito esperado. A veces, se trata de que la diversidad no sea la protagonista de la historia, sino solo una característica más del contexto, para que los niños lo vean realmente como algo natural. «La forma no puede tener una apariencia exclusivamente “didáctica”. Los niños quieren divertirse con la acción. Uno de los mejores recursos es el humor». Según explica Luis Amavisca, también ayuda que el cuento sea atractivo visualmente: «Cuando las ilustraciones y el formato son bellos, el objetivo se logra con mayor éxito. En NubeOcho hemos trabajado con ilustradores como Emilio Urberuaga, Noemí Villamuza, Roger Olmos, Sonja Wimmer, Myriam Cameros, Olga de Dios… La magnífica aportación visual que ellos hacen es clave en la captación de los mensajes».
Quizá hay quien se pregunte por qué deben tratar los cuentos temas tan serios que quizá deberían ser enseñados directamente por los padres. Luis Amavisca tiene su teoría a ese respecto: «Los libros y la literatura ayudan a los niños en muchos temas difíciles. Los psicólogos se ayudan de textos, pero sobre todo los padres los necesitamos para explicar cosas que no sabemos cómo expresar a los más pequeños. Los padres no somos educadores, y el cariño no siempre suple la información correcta. Es muy aconsejable y beneficioso que nos apoyemos en lecturas que nos ayudan a inculcar valores como la empatía».
[pullquote class=»left»]«LOS NIÑOS TODO LO ENTIENDEN DESDE LA SENCILLA PERSPECTIVA DEL AMOR»[/pullquote]
Hace poco se popularizó una campaña viral que mostraba cómo ven los niños a las personas discapacitadas antes de la llegada de los inevitables prejuicios en la edad adulta. ¿Interpretamos mal los adultos el respeto hacia estas personas creando, sin creerlo, una diferencia mayor? Luis Amavisca opina que es realista lo que se muestra en esa campaña: «En los niños no existe prejuicio ninguno cuando se tratan ciertos temas a temprana edad. En el caso de la diversidad nosotros ya hemos comprobado como para ellos todo es normal y lo entienden desde la sencilla perspectiva del amor. En temas como la discapacidad necesitan a veces un mayor entendimiento. Podrían reírse porque piensan que el discapacitado está jugando. Pero ojo, el discapacitado no se ofendería ante el niño que siente curiosidad. Es cierto que nosotros marcamos muchas veces un tabú social donde no debería haberlo».