Es posible que no llegues a leer este texto hasta el final porque no tengas tiempo (o tal vez no lo hagas porque, directamente, no te interese, que tampoco queremos pecar de pretenciosos). La prisa ha invadido nuestro día a día hasta el punto de convertirse en un estilo de vida. Aunque, por suerte, existen maneras de escapar de sus garras y crear nuestros propios refugios antiprisas. Algo así como un oasis de tiempo, esos momentos en los que el tiempo se detiene y los sentidos se agudizan para poder disfrutar de algo único.
El caso es que el ritmo trepidante que, en ocasiones, nos autoimponemos nos convierte en la versión humana del conejo de Alicia en el país de las maravillas. Como explica el periodista canadiense Carl Honoré en su célebre Elogio a la lentitud:
«Vivimos siempre en el carril rápido y hemos creado una cultura de la prisa donde buscamos hacer cada vez más cosas con cada vez menos tiempo»
En un mundo como el actual, dar al pause está mal visto. La productividad manda, por lo que hacer el mayor número de cosas en el menor tiempo posible es la máxima. Hasta llegamos a cronometrar y medir lo que hacemos en nuestros ratos de ocio. ¿Cuántos libros te has leído este año? ¿O a cuántos conciertos has acudido?…
La pregunta es inevitable: ¿vivimos nuestra vida al ritmo que nos gustaría? Probablemente sí, aunque ni siquiera nos demos cuenta de ello. Quien sí se ha parado a reflexionar sobre este asunto ha sido Cervezas Alhambra, Incluso, por primera vez, ha sido capaz de calcular algo tan intangible como la prisa a la que vamos. ¿Cómo? A través de un estudio de opinión que la cervecera ha llevado a cabo de la mano del instituto de investigación Ipsos. Así han conseguido medir el Índice de la Prisa de los españoles.
De la investigación se deduce que la sensación de que vamos a un ritmo más acelerado del que nos gustaría es una máxima en nuestro día a día, al situar el índice de la prisa de nuestro país en un 6,4 sobre 10. La consecuencia más tangible de esta vida loca, según el 60% de los encuestados, es que nos perdemos los pequeños detalles de la cotidianidad y no somos capaces de disfrutarlos con los cinco sentidos. Una conclusión que comparte el ya citado Honoré cuando explica: «Nuestra cultura nos inculca el miedo a perder el tiempo, pero la paradoja es que la aceleración nos hace desperdiciar la vida».
Siguiendo con el estudio, por edades, el 73% de los que tienen entre 35 y 64 años sienten que viven más acelerados. Aunque parece que la prisa se desvanece conforme cumplimos años, si atendemos al hecho de que, mientras que entre los menos de 34 años el índice se encuentra en el 6,7, a partir de los 65 años el indicador desciende hasta el 4 sobre 10.
Otro dato curioso revelado por la investigación es que para la mayoría de los encuestados la sensación de prisa es mayor por la mañana (82%). Por la noche, en cambio, aseguran sentirse más en calma. Por épocas del año, el invierno se percibe como la estación más ajetreada (42%), frente al otoño, a la que se considera la más pausada.
Cómo crear tu propio oasis de tiempo
La capacidad invasora de la prisa le ha permitido incluso inmiscuirse en nuestros ratos de ocio. Aunque el 92% de los entrevistados aseguran que son capaces de ignorarla durante sus vacaciones, la mitad de estos reconoce que no son capaces de desconectar a tiempo completo.
Pero, como avanzábamos más arriba, hay muchas formas de engañar a la prisa y que esta pase de largo, al menos en momentos determinados. De hecho, el 70% de los participantes en el estudio aseguran tratar de hacerlo en su día a día de forma activa (apenas 1 de cada 10 confiesa no hacer nada al respecto).
Entre las actividades más frecuentes para evitar la prisa, el 65% de los españoles realiza alguna actividad que le permita centrarse en una sola cosa y olvidarse del estresante multitasking. El 73%, por su parte, prefiere desconectar y olvidarse de todo lo que le genera inquietud, aunque solo sea por unos minutos al día.
El estudio también se interesa por conocer los oasis de tiempo preferidos por los españoles, esos refugios en los que el tiempo se detiene y los sentidos se agudizan para poder disfrutar de manera consciente en el aquí y el ahora. Y de entre todos ellos, uno destaca por encima del resto: el momento desconexión, con una cerveza en la mano (40%). Otro plan que suele funcionar para el 27% de los encuestados es quedar con amigos, ya sea en un bar o en una cena tranquila y con un buen maridaje.
Las tres cuartas partes de los participantes en el estudio asocia el el momento desconexión con compartir una cerveza en un bar o restaurante. Para el 77%, la compañía es fundamental para lograr dicha desconexión.
En cuanto a los beneficios de una vida sin prisa, el 67% señala la idea de vivir con más calma y dar más valor al disfrute, mientras que el 57% se queda con la posibilidad de apreciar los pequeños detalles y maximizar las experiencias.
Ventajas de vivir sin prisa
Y no les falta razón a los participantes de la encuesta porque el exceso de prisa no suele ser buen compañero de viaje si queremos ser capaces de disfrutar nuestro día a día con los cinco sentidos. De ahí que pisar el freno y buscar nuestro propio oasis de tiempo, sea el que sea, resulte de lo más conveniente, sobre todo si nos atenemos a las múltiples ventajas que puede aportarnos, entre ellas:
- Disfrutar de los pequeñas cosas de nuestro día a día
- Darle más valor a las relaciones con nuestros seres queridos
- Romper con la rutina
- Descubrir lugares o aspectos de nuestro propio entorno que no conocíamos
- Disfrutar más de nuestros ratos de ocio
- Vivir con más intensidad cada momento
Aquí la prisa no entra
El estudio realizado en colaboración con Ipsos se enmarca dentro de la campaña Oasis de Tiempo que Cervezas Alhambra ha estrenado en mayo y en la que presenta a su icónica Alhambra Reserva 1925 como un oasis metafórico en el que la prisa no entra.
Porque pedir una Alhambra Reserva 1925 es toda una declaración de intenciones. Quien la pide no solo busca una cerveza de calidad, sino también detenerse un instante, proteger ese momento de la prisa y vivir un instante sensorial y de calidad para disfrutar con los cinco sentidos de todo lo que nos rodea.
‘Sin prisa’ es la filosofía de Cervezas Alhambra desde su creación, su singular forma de ser y hacer. Porque solo sin prisa se consiguen creaciones tan especiales como Alhambra Reserva 1925, fruto de un proceso de fermentación lenta e inspirada en la manera de vivir y crear en Granada.
Por ello, a la luz de los resultados del estudio, te proponemos que, fiel a la filosofía de Cervezas Alhambra, te tomes un descanso, te olvides de la prisa, y pinches aquí para descubrir el resto de conclusiones del estudio. Y, de paso, aprovecha también para probar el filtro de Instagram y descubrir cuál es tu índice de la Prisa.