A la obsolescencia programada le han plantado cara. La rebelión será en París. El próximo diciembre. El festival de Obsolescencia Reprogramada Make It Up pretende reunir a diseñadores, artesanos, ingenieros, investigadores, emprendedores, artistas y desarrolladores para que diseñen “objetos duraderos, útiles, abiertos y conectados”.
El concepto de obsolescencia reprogramada se aplica su propia filosofía. Utiliza una expresión a la que quieren dar tintes de antiguo, de desecho, para crear una nueva forma de nombrar una actitud empresarial e incluso un hábito de vida.
El proyecto se ha presentado en la plataforma KissKissBankBank con la intención de recaudar los fondos necesarios para poder celebrar el encuentro en Saint-Ouen, al norte de París. El dinero se destinará, según explican en la web, a instalar un mini-fablab, reunir objetos y comprar herramientas y sensores.
En la plataforma de crowdfounding, los organizadores invitan a participar en esta convocatoria a todas las personas “que creen que podemos crear objetos inteligentes y conectados del mañana utilizando residuos del ayer”.
El programa comienza con tres días (1, 2 y 3 de diciembre) en los que los diseñadores, artistas, ingenieros y todos los individuos que quieran participar trabajarán de forma conjunta para crear prototipos de objetos útiles, sostenibles, abiertos y conectados.
Tendrán a su disposición un pequeño fablab con impresoras 3D, residuos procedentes de centros de reciclaje locales y objetos abandonados para reconvertirlos en nuevos productos.
Los días 8 y 9 de diciembre se inaugurará una exposición para que los creadores puedan mostrar sus productos al público. Las presentaciones se harán con música, charlas y espectáculos.
El colectivo que pretende celebrar estas jornadas de obsolescencia reprogramada está formado por compañías especializadas en internet de las cosas y upcycling (convertir residuos en nuevos productos para alargar su vida útil). Son Nod-A, weaveAir, Fing, reaDIYmate, MakingSociety, Wiithaa, Plaine Commune y City of Saint-Ouen.
Gracias a Ana Espejo por la pista.