En Mallabia, Bizkaia, cada mañana arranca con la cabeza dando vueltas antes que las piernas. Entre el aroma a café y el murmullo de las ruedas que esperan ser montadas, los equipos de Orbea imaginan rutas imposibles, prueban ideas que parecen locuras y diseñan bicicletas que, al final, acaban rodando por todo el mundo. No es solo una fábrica, es un laboratorio de caminos, decisiones y curiosidad.
Cada bicicleta que sale de aquí lleva la impronta de un pequeño ejército de creativos, ingenieros y ciclistas que piensan en el futuro mientras pisan el presente. No hay fórmulas secretas ni hechizos mágicos, solo ganas de desafiar la norma, trazar límites éticos y recorrer senderos que otros ni se atreven a imaginar. Porque Orbea no se conforma con fabricar bicicletas, sino que construye experiencias y redefine lo que significa pedalear, competir o simplemente explorar.
El nuevo lema global, ‘Draw the line’, no es solo un eslogan bonito. Es una declaración de principios centrada en crear caminos y establecer límites éticos. Es la manera en que Orbea recuerda que la innovación no está reñida con la responsabilidad, que la creatividad puede convivir con el compromiso social y que cada decisión, desde la elección de materiales hasta los patrocinios, cuenta.
Un voto, una persona
Mientras gran parte de la industria mira hacia la deslocalización, Orbea mantiene el pulso en Mallabia, fabricando aquí para el mundo. Cada empleado tiene voz y voto en las decisiones importantes. «Todas las personas que trabajamos en Orbea somos parte de las decisiones que se toman y todos los votos cuentan por igual. Una persona, un voto», dice Ander Olariaga, director de Marca y Comunicación. Es un modelo que combina cooperación, coherencia y audacia, y se refleja en acciones concretas, como invertir beneficios en empleo local, asumir sobrecostes para proteger a tiendas y clientes clave y seleccionar patrocinios que hablan de valores antes que de cifras.
La campaña que acompaña este relanzamiento no intenta vender bicicletas con imágenes perfectas o cifras técnicas. Lo que hace es mostrar quién es Orbea y qué representa. Desde el spot global hasta los manuales de identidad verbal y visual, todo refuerza la idea de tomar decisiones conscientes y de actuar con integridad. «Nuestro trabajo ha sido verbalizar la esencia que ya existía y convertirla en una narrativa global», explica Isusko Artabe, director creativo de la agencia MUY.
‘Draw the line’ no es solo un lema, sino un recordatorio de que hay caminos que podemos recorrer y límites que debemos trazar. En Orbea se pedalea con la cabeza y con el corazón, y cada línea dibujada es una elección que respira propósito.
