A pesar de todo, cada vez hay menos racistas, machistas y homófobos en el mundo

1 de octubre de 2018
1 de octubre de 2018
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El mundo va a peor. Las cosas eran mucho mejor antes. Y ya no digamos los valores. Se están perdiendo los valores. La gente ya no saluda en el ascensor ni cede el asiento en el autobús. Cada vez somos más egoístas. Todo es culpa de la educación y los medios de comunicación. La juventud está perdida. Los milenials son una lacra.

Este mensaje se suele repetir con frecuencia. Es lo que suele opinar la mayoría de la gente. Sin embargo, si tanta gente está de acuerdo en una misma cosa, deberían saltarnos las alarmas del argumento ad populum. Comprobemos los datos.

Discriminación racial

Los prejuicios raciales, étnicos y sexuales están disminuyendo no solo en Occidente, sino también en todo el mundo. Lo que nos lleva a examinar el enorme contraste que hay entre estas estadísticas y las afirmaciones agoreras que se vierten en la mayoría de los medios de comunicación y las personas que ya no son jóvenes.

Para los ancianos que sienten nostalgia del pasado cabe recordarles un dato demoledor: en el año 1950, casi la mitad de todos los países del mundo tenían leyes que discriminaban a las minorías étnicas y raciales. En el año 2003, el número de países se redujo a un quinto.

Alrededor del 90% de todas las personas que viven en los países desarrollados del mundo afirma que es importante tratar por igual a los demás con independencia de su raza, su etnia o su religión, según el estudio masivo de 2008 de la encuesta sobre la Opinión Pública Mundial. Según otra encuesta de Amnistía internacional, el 80% de la gente recibiría a las personas refugiadas con los brazos abiertos.

Mujeres y homosexuales

Para los ancianos que afirman que las cosas iban mejor antes, cabe recordarles que hace un siglo solo había un país en todo el mundo donde las mujeres tenían derecho a voto, Nueva Zelanda. Hoy es justo al contrario, solo hay un país donde las mujeres no puede votar y los hombres sí: Ciudad del Vaticano.

Si nos fijamos en los homosexuales, las cosas, en el pasado, no iban tampoco demasiado bien. Hace muy poco, la homosexualidad era delito en casi todos los países del mundo. Actualmente, es delito todavía en más de 70 países, y un delito capital en 11 países islámicos.

El camino todavía está a medio hacer porque los movimientos por los derechos de los homosexuales tuvieron lugar más tarde que el de las mujeres. Con todo, el progreso en este sentido está siendo muy rápido: desde 2010 a 2016, ocho países han eliminado la homosexualidad de sus códigos penales.

¿Qué valores?

Platón se lamentaba en estos términos: «¿Qué está ocurriendo con nuestros jóvenes? Faltan al respeto a sus mayores, desobedecen a sus padres. Desdeñan la ley. Se rebelan en las calles inflamados de ideas descabelladas. Su moral está decayendo. ¿Qué va a ser de ellos?». Sí, justo lo mismo que dicen ahora los mayores del siglo XXI.

Parece, pues, que hay un sesgo que nos inclina a pensar que las cosas, en el pasado, eran mejores. Quizá porque tendemos a recodar mejor las cosas buenas que las malas, una vez ha transcurrido el suficiente tiempo. «Comedia igual a tragedia más tiempo» que han repetido muchos cómicos, desde Woody Allen a Lenny Bruce. O quizá sucede que añoramos ser los protagonistas de la historia, con todo el tiempo por delante y un gran abanico de posibilidades.

A esto se suma la dificultad que implica definir qué son los valores. Si asumiéramos esta supuesta pérdida de valores, ¿a qué valores nos estaríamos refiriendo? Una sociedad con valores es aquella que evalúa continuamente cuáles son los aspectos de las normas de una cultura a los que merece la pena atenerse y cuáles ya resultan obsoletos.

Ahora, quizás, hay más desinhibición sexual, los alumnos son más descarados con los profesores que antes, las normas en general no se cumplen tan a rajatabla, pero probablemente eso sucedía por el miedo al castigo, no porque las personas fueran mejores.

Como dijo el novelista Robert Howard, «los hombres civilizados son más descorteses que salvajes porque saben que no les van a partir el cráneo por ello». E, incluso ahora que hay menos miedo al castigo, en términos generales somos más empáticos con el prójimo.

Pero, como siempre, más importante que las opiniones y las anécdotas personales, son los datos. Desde 1981, una red mundial de científicos sociales y politólogos lleva a cabo una investigación, haciendo encuestas nacionales representativas en casi 100 países. Esta monumental investigación se llama Encuesta Mundial de Valores.

Estamos hablando de encuestas a 150.000 personas abarcando estadísticamente al 90% de la población mundial. Pues bien, si nos fijamos en los valores de las naciones más desarrolladas (América del Norte, Europa Occidental y Japón), el gráfico muestra una tendencia histórica a ser cada vez más liberales. ¿Qué significa esto? Según explica el psicólogo cognitivo Steven Pinker en su libro En defensa de la Ilustración:

Los datos muestran que los países más liberales son también, por término medio, más educados, más urbanos, menos fecundos, menos endogámicos (con menos matrimonios entre primos), más pacíficos, más democráticos, menos corruptos y menos castigados por la criminalidad y por los golpes de Estado.

Pero echemos un vistazo a países que se han desarrollado lejos de la influencia de la Ilustración: los jóvenes musulmanes de Oriente Medio, la cultura más conservadora del mundo, poseen hoy valores comparables a los de los jóvenes de Europa Occidental a principio de la década de 1960.

Así que no. El mundo no va a peor. Y antes, en general, no se vivía mejor. Esas afirmaciones solo se pueden sostener bajo dos paraguas. Uno: que consideres que es mejor que haya menos derechos sociales. Dos: que tengas estudios y datos mejor contrastados que los anteriormente expuestos.

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