En la película Blade Runner, que tiene lugar en 2019, los robots son tan parecidos a los humanos que es imposible distinguirlos sin emplear técnicas especializadas de interrogatorio. Pero hemos llegado a 2023 y los robots todavía no están aquí. O, al menos, no como pensábamos que estarían. Porque, de haber apostado sobre cómo sería vivir con los robots del futuro, la mayoría probablemente nos habríamos ido más hacia los replicantes de Blade Runner que a las chatarras de Wall-E.
Preguntados en 2017, un 27% de los lectores (el porcentaje mayor) de la revista neoyorquina Futurism creía que los robots estarían entre nosotros en la década de 2030. Y más del 60%, que para 2050 serían indistinguibles de los seres humanos. No estaban lejos de la realidad. Según las predicciones, los robots con forma humana podrían estar trabajando en fábricas entre 2025 y 2028, y entrar en los hogares a partir de 2030.
Ahora, en plena revolución robótica, la carrera por desarrollar los robots más parecidos a las personas ha comenzado. De momento, la inteligencia artificial avanza imparable en pos de crear las cacareadas «inteligencias generales», y ya hay científicos en la Universidad de Oxford haciendo experimentos para que a los robots les crezca piel humana.
LA ROOMBA: EL ÚNICO ROBOT QUE CONOCES PERSONALMENTE
Aunque, vale, sí, en realidad, los robots han llegado hace un rato. Pero lo cierto es que el primer tipo de robot que consiguió penetrar el mercado de forma masiva era bastante poco excitante. Hoy, se pasea por los hogares de muchas personas, dándose menos golpes que nunca con las paredes y haciendo las delicias de los gatos, pero, sobre todo, dejando el suelo más brillante que el parqué de una cancha de baloncesto. Hablamos, por supuesto, de la Roomba.
Hay otros ejemplos que, sin llegar a meterse en nuestros hogares (o al menos no de la misma manera que la Roomba), han conseguido colocarse en el mainstream. Algunos, incluso, se han hecho virales.
Como Sofía, la terrorífica androide de Hanson Robotics con cara de haberse chutado un bótox regulero que cantó con Jimmy Fallon. O la que podría ser su prima hermana, Ameca, capaz de imitar las expresiones humanas y también bastante mentirosa. Dos ejemplos de robots tempranos que quieren servir como una hoja de ruta en la dirección que deberían tomar los androides para parecerse cada vez más a las personas.
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También se viralizó hace un par de años el robot Atlas, creado por Boston Dynamics en 2013, con una serie de vídeos en los que el androide presumía de sus habilidades motrices. Atlas, no solo es capaz de cargar cajas, también baila rocanrol, corre, salta y es capaz hasta de hacer mortales.
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CAJAS DE HERRAMIENTAS CON PATAS
Sin embargo, el futuro de los robots podría ir en una dirección diferente. Una dirección en la que las máquinas, más que a los humanos, como en Blade Runner, se parezcan más a una caja de herramientas con patas (o ruedas), como en Wall-E o Star Wars.
En algunas ciudades del mundo, los robots ya han comenzado a ser visibles. No están entre nosotros, pero están entre ellos, repartiendo paquetes, patrullando calles o limpiando carreteras.
Quizá el ejemplo más conocido sea el de los perros robot que patrullaban las calles de Singapur durante la pandemia del covid-19 para ayudar a la policía a mantener a la gente confinada y, posteriormente, para controlar que se cumpliesen las medidas de distanciamiento social. Los cánidos robóticos de Singapur, diseñados y construidos por la empresa Boston Dynamics, están equipados con cámaras capaces de escanear los alrededores, y pueden correr, subir escaleras y, llegado el caso, incluso inspeccionar paquetes misteriosos.
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El mismo tipo de robot fue utilizado por la Polícia de la ciudad de Nueva York durante unos meses en 2021. El perro robótico llego a participar en una operación policial desatada por un allanamiento de morada en el barrio del Bronx. Tras recibir críticas de la ciudadanía, que comparaba la presencia de los robots por las calles de Nueva York con un capítulo de Black Mirror, el entonces alcalde Bill de Blasio decidió dar marcha atrás y retirar el androide.
Pero los neoyorquinos no van a tardar en volver a ver robots policía por las calles de la Gran Manzana. El alcalde actual, el expolicía demócrata Eric Adams, anunció el pasado mes de abril que la ciudad había adquirido dos unidades de perro robótico para uso de la policía de la ciudad de los rascacielos.
¿CÓMO SERÁ VIVIR CON LOS ROBOTS DEL FUTURO? MÁS ‘HUMANO COME ROBOT’ QUE ‘ROBOT COME A HUMANO’
Por otra parte, es difícil aventurar cómo será un mundo en el que los robots aparezcan en contextos cotidianos. Para muchos, es una perspectiva terrorífica. No en vano una de las preocupaciones más habituales frente al desarrollo de la inteligencia artificial es que las máquinas terminen por volverse contra los humanos y los esclavicen, como en Matrix, o nos borren de la faz de la Tierra, como en Terminator. Algunos robots, como Sofia, ya han avisado.
Esa predicción profética tiene un fallo. No tiene en cuenta prácticamente todo lo que sabemos sobre los seres humanos. De hacerlo, su predicción seguramente fuese más cercana a la de los parques temáticos poblados por robots de Westworld, en la que los invitados humanos son libres para ir de un lado a otro haciéndole a los androides todo tipo de perrerías.
Al menos eso es lo que podría extraerse de varias de las experiencias con el uso de robots en Estados Unidos. En Los Ángeles, California, varias empresas comenzaron a usar robots para los repartos durante la pandemia como una forma de reafirmar a los compradores con la falta de contacto humano. El problema es que, los robots repartidores, lejos de convertirse en los XXX, se han convertido en las víctimas.
En el caso de Los Ángeles, las empresas que desarrollaban los robots habrían confiado inicialmente en la tecnología para protegerlos dotándolos de cámaras y sirenas. Al principio, la gente respetaba los robots. Hasta que ya no. Ahora, los robots son objeto de hurtos, sabotajes y daños de manera continua.
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En Greenville, Carolina del Norte, habrían sido los alumnos de la Universidad de East Carolina los culpables de vandalizar los robots. Menos de un mes después de que llegaran al campus, los alumnos ya estaban subiendo vídeos a las redes sociales en los que vandalizaban las máquinas dedicadas al reparto del gigante del delivery Grubhub. Los robots de Greenville han sido dañados, dados la vuelta e incluso arrojados a ríos y arroyos.
En el futuro parece que los robots serán la norma. Quizá, a alguno hasta le quiten el trabajo. Está por ver. Lo que también habrá que ver, cuando los androides realmente estén por todas partes, es si al final hemos sido capaces de entrenar a los humanos para evitar que se carguen a los robots. Quién lo hubiera dicho.