Las olas acarician la orilla. El sol sonríe y todo parece en equilibrio. El universo está en orden cuando Neil Young comienza su actuación en Mad Cool, en Madrid. Un piano y After the Gold Rush. Su guitarra acústica y Heart of Gold. El principio es todo oro. El minero lo ha encontrado.
La marea comienza a agitarse cuando aparece The Promise of the Real. Las olas alcanzan y salpican las rodillas. El viejo Neil observa cómo el viento agita las copas de los árboles. Mira y señala a la luna creciente, casi llena. Está feliz. Varios miles de personas se dan cuenta del momento y la Gretsch White Falcon va de Hank a Hendrix, pasa por Alabama y por todas las vidas de los presentes cerrando bloque con Winterlong.
Se calza su Old Black, la Les Paul Goldtop del 53 que ya es patrimonio cultural de la humanidad y comienza el huracán con Down By The River. Se alarga (y se hace corta) hasta cerca de 20 minutos. En ese momento, todos saben lo que él ya sabía: esa noche todo va a salir bien. El plácido rompeolas se resquebraja ante el huracán. Todo suena como un huracán.
Cae la noche y aquello se acerca al final. Porque después de eso no debería existir nada. Después de lo que hizo Young, que exista piedad para quien actúe después.
30.000 personas rugen. Keep on Rockin’ in the Free World. Young juega con los jóvenes The Promise of The Real como el que juega con los nietos: feliz, seguro de que hace lo correcto y de que alguien tiene que aprender del libro de la sabiduría. Un relámpago final, el trueno con overdrive que declara el fin de fiesta.
El pueblo corea como si se hubiera ganado la Copa del Mundo. De lo que sea. La banda se marcha. Se llevan los instrumentos. Se encienden las luces. Comienza a sonar la música. A pesar de todo, nadie se va y siguen los cánticos.
Los titanes regresan para romper el reloj de la organización del festival. Love And Only Love. Sólo el amor perdurará. Y tras ver lo del pasado sábado, seguro que la memoria también lo hace. Cuando Neil Young se vaya de este mundo habrá que hacer rock de otra manera.
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Rock ‘n’ Draw es una sección que cuenta cada dos semanas historias del pop y el rock de los últimos 80 años que merecen ser contadas. Os proponemos textos breves y las emocionales ilustraciones de Óscar Giménez, especialmente creadas para contar cada historia de un vistazo.
Si quieres ver entregas anteriores, acerca de Eagles of Death Metal y la sala Bataclan, de la muerte del Lemmy Kilmister, la obsesión de David Bowie por el cosmos, el tiempo que PJ Harvey pasó encerrada en una caja acristalada o la soledad de Janis Joplin, las tienes a un clic.